Ya cuelgan las glicinias en mi patio de Alájar.
Florecen los pináculos morados en cascada.
Un moscardón rebusca contento entre las flores
ajeno a mi presencia,
interpretando un rito milenario.
Cae la tarde despacio.
Se perciben los tiempos de nuestra madre tierra,
y yo contemplo atónito
la magia de la vida renacida.
Florecen los pináculos morados en cascada.
Un moscardón rebusca contento entre las flores
ajeno a mi presencia,
interpretando un rito milenario.
Cae la tarde despacio.
Se perciben los tiempos de nuestra madre tierra,
y yo contemplo atónito
la magia de la vida renacida.
18 comentarios:
¡Qué bien tenerte de vuelta, tocayo! y además con ese despertar tan bucólico... Bienhallado. Estaba con un poco de mono de blogueína ridaoana.
Un fuerte abrazo.
Ridao ha resucitao
Me encantan los nombres de las flores:
Gliniceas, ciclamen, verdolaga...
Un abrazo.
¡¡Son preciosas¡¡¡ y deben oler genial. Muy bello poema.
¡Bienvenido¡
Besos
Me alegro de que haya renacido la vida en tu patio de Alájar y en tus Andurriales...¿La feria bien?
Besos.
En primavera se cubre de flores y moscardones,que las asedian tenazmente.¡¡Horror!! ¡¡Terror...!!
Un abrazo
Madre mia! airecito limpio veo por aqui! huele huele!!
Besos
Cita
Me alegro que hayas vuelto el poema es muy bonito me encantan esas flores que no sabía su nombre aunque tengo mi casa llena de ellas,me gusta su color y su olor , yo las llamo lilas ¿ eatá mal dicho?.
¡Ay, Ridao! Ya te he dicho que no estoy para sustos. ¿La disfunción fue del pinganillo? :)
Sea como sea te has anotado un punto de oro, tu poema tiene el dulzor de las flores en primavera y del corazón al contemplarlas. Bello, muy bello.
Besazos y bienvenido nuevamente.
Bienvenido a tu casa, José Miguel.
Tus fervientes lectores hemos estado al acecho, custodiándola, quizás con un punto de preocupación, intriga, esperanza, etc.; cada quién según la información con la que contara. (Hay quien habla de la Feria... ¿infundios?) Los que la tienen privilegiada, la información, seguramente habran sobrellevado la espera con estoicismo.
Un abrazo.
Gracias, tocayo. Volvemos a la blogueína, y para empezar algo suavito. Beatus ille...
Y oquídea, Torcuato. Ése me gusta mucho.
Gracias, mangeles. Con la alergia no las huelo mucho. Espero no quitar encanto al poema.
Abrazos de vuelta.
La Feria regu, mangeles. Con niños tan prqueños es difícil.
No es para tanto, Veridiana. Si te fijas en ellos, los moscardones son seres fascinantes.
Me alegro de que huela bien a través de los bytes, Cita. Eso no es fácil.
Abrazos fragantes.
Hola, Bea. Las lilas son flores distintas, aunque tienen un color muy parecido. Si son como las de la foto son glicinias. Otra cosa: me han dicho que el libro se distribuye en Málaga en la librería Cervantes. Si no lo tienen puedes encargarlo.
Qué va, Liliana, fue del dueño. Muchas gracias por tus palabras, siempre destilando poesía.
Infundios infundados, Luis. Un descansito. Me honra ese fervor y esa custodia. Muchas gracias.
Abrazos agradecidos.
Gracias Ridao iré a por el libro.Mis flores son exactamente las que cuelgas en el blog y yo que creí que eran lilas de todas formas me encantan.
Qué bonito texto, Ridao.
Cuando he vuelto de la playa he encontrado a tu libro esperándome en la puerta... la mar de modosito.
Un abrazo glacínico, ¡campeón!
Las Lilas son preciosas también. Bea. Yo he plantado unas pero no tiran.
Gracias, Julio.
Campeón... de cagadas, Álex.
Abrazos.
Es fabuloso asistir al renacimiento de la Naturaleza. En mi jardín de la sierra también paso las horas muertas contemplando el revoloteo de todo bichillo viviente en torno a las flores. Y felíz de la vida. Lástima no tener mas tiempo para quedarme allí.
Disfrutemos de ello todo lo que podamos ¿verdad?
Un abrazo
Pues sí, Mery. Hay que aprovechar esos momentos. Beatus ille..
Un beso.
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