Confesémoslo: los que llevamos un blog lo hacemos en parte por vanidad, ¿o no? Y es que si en vez de ser un blog fuera un diario de los normales, enseguida iba a estar yo escribiendo chorradas a las tantas de la mañana. Me habría ido a la cama a una hora decente como Dios manda, y el diario en blanco en la mesilla. Pero resulta que como se supone que hay público, aquí estoy como un tonto exprimiéndome el cerebelo a ver si se me ocurre algo interesante. Y es que si uno es ingenioso le gusta que los demás se lo digan, si no no tiene gracia.
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, o mejor que me haga un comentario, y esa pedrada virtual servirá para alimentar mi vanidad mañana por la mañana. Ahora me voy a la cama, aunque si me desvelo no descarto encender el ordenador a mitad de la noche a ver si alguien ha leído esta ingeniosísima entrada.
Arquitectura del petróleo
-
Un nuevo estilo arquitectónico: *Arquitectura del petróleo. *
Los vapores del petróleo y los petrodólares parecen ser determinantes en la
definición de ...
Hace 11 horas
10 comentarios:
Venga, no nos martiricemos más de la cuenta. Para ser vanidoso, no hace falta tener un blog. Hay modalidades de la vanidad muchísimo más dañinas. Al menos aquí, la libertad de los otros para venir o no venir hace buena la nuestra para escribir o no escribir.
"Si uno es ingenioso le gusta que los demás se lo digan, si no no tiene gracia." Pues eso tiene gracia; y significa, en el fondo, que les damos importancia a los demás.
Yo no estoy libre de pecado, pero le tiro la primera piedra virtual para decirle que me ha parecido una ingeniosa entrada y una interesante reflexión.
Un saludo, José Miguel.
Coincido totalmente en esta reflexión metabloguera. Pero hablamos de una vanidad amable, no perjudicial para nadie. Sin esa vanidad, tampoco la literatura existiría, digo yo.
Vaya, las dos primeras piedras me las tiran pecadores, buena señal. Por supuesto que es una vanidad sana, siempre que no caigamos en el estajanovismo.
Por favor, Olga, no me hables de usted que dañas gravemente mi vanidad.
Un abrazo.
Coincido con Olga y Juan Antonio. Pero no creo que uno escriba sólo por vanidad. ¿O todos los poetas y escritores que quieren que los lean son sólo vanidosos? Lo que uno quiere es que lo lean y ahí puede haber vanidad, pero, como dice Olga, luego un bloguero puede ser un tipo discreto y humilde, al que le gusta más escuchar que lucirse en la vida cotidiana, que no va por ahí alardeando de nada y que luego,en la intimidad internáutica con los amigos, entrega lo mejor de su inteligencia y de su sensibilidad. ¡Bendita vanidad!
Está claro que no se escribe sólo por vanidad, Jesús. No creo, pongamos un solo ejemplo, que Kafka lo hiciera. Y la vanidad, por supuesto, no basta para ser un buen escritor; un exceso de vanidad provoca probablemente lo contrario.
Pues sí que somos todos unos vanidosos irremediables. Nos encanta que nos lean y nos encanta que nos comenten y si esta noche te levantas y me lees, sentirás tu vanidad florecer como cuando yo leí tu comentario en mi blog :D.
Un saludo.
Veo que la vanidad es de ida y vuelta. Bienvenida, Parsimonia.
Parece que estamos de acuerdo en que una pizca de vanidad puede ser hasta buena. Lo que sí veo más complicado es que quien triunfe como escritor mantenga la modestia. En ese caso es muy fácil que el ego se le hinche tanto que se pierda como persona, aunque siga siendo un gran escritor.
Un abrazo a todos y buen fin de semana.
¿Vanidosos? ¿Nosotros? Si te fijas, casi ningún blogger tiene contador...
Ahora que me acuerdo, en la última hora sólo he repasado una vez las visitas de mi blog en Google Analityc.
Por cierto, acabo de encontrar la tiza para apuntarte en la pizarra de la taberna.
Un abrazo
Vanitas vanitatis et omnia vanitas... En el fondos somos fieles "pecadores" que confiamos en el perdón divino (del dios Google).
Un saludo.
Bienvenido, Antonio. Halagas mi vanidad con tu visita. El perdón del Dios google está asegurado, salvo que cambiemos de buscador.
Publicar un comentario