Como hace tiempo que no hablo de economía, os voy a plantear hoy un acertijo o, más bien, una paradoja que, de simple que es, los economistas nos peleamos por resolver.
Resulta que el gran Keynes dijo en una ocasión que en épocas de fuerte desempleo es mejor tener a la gente abriendo zanjas y luego tapándolas antes que estar ociosos. Así al menos tienen trabajo y pueden gastar dinero y de ese modo mejorar la situación económica. Esto es parte de una teoría, lógicamente, bastante compleja, y él lo justificaba en situaciones donde era necesario aumentar la demanda agregada (bueno... no sigo).
Imaginad que un sector está en crisis, por ejemplo los talleres de automóviles. Una manera de levantarlo sería que el gobierno pidiera una cuadrilla de voluntarios que, martillo en ristre, abollaran todos los coches que se encontraran, para así ganar clientes para los talleres.
Algo más cercano y actual: el plan del gobierno español de levantar media España haciendo obras inútiles, Plan E creo que se llama, con su virgulilla y todo encima de la E. Cuesta un pastón (que hemos pedido prestado, por cierto), pero la gente está trabajando, poco menos que abriendo y cerrando zanjas.
Otro ejemplo relacionado con esto: tras la Segunda Guerra Mundial Alemania estaba, como es sabido, devastada, literalmente borrada del mapa, y diez años después ya era una potencia económica. Algunos achacan el milagro alemán (y, por ende, el japonés) a que como estaba todo destruido había mucho trabajo por hacer.
Corolario: quememos edificios, destruyamos carreteras, levantemos zanjas, tapémoslas, y así la gente tendrá trabajo, y así acabará la crisis. ¡A ver quién me ata esta mosca por el rabo!
P.S. La solución (mi solución) al acertijo, el viernes.
La retención del personal hospitalario: por qué es importante y cómo
lograrla
-
Por Giuseppe Moscelli El sector de la salud es intensivo en mano de obra.
Durante las últimas dos décadas, el sector se ha enfrentado en numerosos
países a...
Hace 13 horas
14 comentarios:
Acabas de cargarte el keynesianismo de un plumazo (o de un garrotazo). Genial.
Los remedios keinesianos parecen soluciones surgidas de la mente de un niño. Peor el remedio que la enfermedad. Resuelve en apariencia eso de la "demanda agregada", pero agrava la sobrecapacidad de oferta, e incluso es desastroso desde un punto de vista monetario. Aunque hoy existe consenso de que algunas fórmulas de moderación del ajuste son necesarias. Esto de la política económica se parece a lo de intentar taparse con una manta corta, ya te imaginas.
No des ideas, que ZP tiene oídos en todos lados.
saludos.
Seis mil euros cada cartel. Lo sé porque conozco a la persona que ha hecho algunos.
Pues que hagan todos carteles decorativos, como en la escuela; para qué remover tierra, con lo que molestan las obras al vecindario (sobre todo si son inútiles).
Jo.
Eso, no le des ideas a Zp que luego dice que son suyas, Pepiño las matiza y Teresa las remodela...
Yo de economía no comento, que en casa es una cosa muy seria y a mi santo keynes no le es del todo ajeno.En fin, que yo soy una útopica sin remedio, y no sabría tomar decisiones de mercado, ni dar soluciones a este despropósito que hace mucho, pero muuucho, que se veía venir ( yo es que tengo un oráculo particular, y perdón por la rima, en esto de las crisis financieras)
Un beso Ridao. Yo con las nostalgias escolares y tu con la crisis y sus recetas, ya nos vale:)
José Miguel, hay que ser zoquete, por no decir otras maldades, endeudarnos para abrir y cerrar zanjas, creo que sólo trabajan en el plan E 300.000 personas ¿y el resto? hasta 4.000.000 de desempleados, y haciendo trampas.
¿Hasta el viernes? no queda ná.
Abrazos.
Bueno, pues voy a entrar al trapo, señor Ridao.
Liarse a martillazos con los coches, quemar edificios o abrir y cerrar zanjas innecesariamente tiene exactamente el mismo efecto que subencionar a los que no tienen trabajo. La única diferencia es que psicológicamente el personal cree que se está creando riqueza. En otras palabras, cuando el Estado paga 10.000 millones por las zanjas, o lo está retrayendo del contribuyente que no lo emplea en consumir, ahorrar o invertir, o lo está pidiendo prestado creando déficit que pagarán las siguientes generaciones con sus impuestos disminuyendo su capacidad futura de consumir, ahorrar o invertir.
Es retrasar el problema, gestionar sólo el corto plazo y empobrecer al país. Si en una familia se dedican a destrozar el televisor y los muebles, la familia se empobrece porque sus activos pierden su valor. Y si reponen los destrozos, o se gastan sus ahorros si los tienen, o piden un préstamo que disminuye su patrimonio neto; es decir, su riqueza.
Un abrazo liberal con colleja
Gracias a todos por vuestros comentarios. El asunto tiene más miga de lo que parece, y desde luego no es tan evidente como yo lo expongo. Da para un ensayo. El viernes daré mi visión, ahora quiero puntualizar algunas cosas:
- Dice bien Baltanás en que he dado un garrotazo al keynesianismo, pero ¡ojo! no a Keynes, al que tengo en gran estima. Más que al keynesianismo, ataco a las barbaridades que se cometen en nombre de Keynes.
- Buena apreciación la de Joaquín al comparar la política económica con una manta corta. Nunca la había oído.
- Me ha sorprendido mucho el dato que aporta Javier de 6000 € por cartel. ¡Qué poca vergüenza! Aunque, bien pensado, los jetas que se lo llevan calentito comprarán coches de lujo y levantarán el sector del automóvil.
- Y a mi colega er Tato le digo otra vez que estamos en la misma onda, por mucho que él se diga liberal y yo keynesiano. Las etiquetas, para los bañadores.
Pues eso, a ver si el viernes os convenzo de algo.
Esperemos al viernes o te nombramos menestra de economía.
Prefiero el pisto a la menestra...
Propongo una solución: en vez de destrozar coches, abrir zanjas, hacer obras inútiles, vayamos todos a la Moncloa a dar un par de mazazos al gobierno, según se reúna en pleno.
No sé si arreglaríamos algo, pero, oye, qué a gusto nos íbamos a quedar.
Espero ansiosa tu solución, Ridao; se adivina interesante.
Un abrazo
Pues yo creo que, además de quedarnos a gusto, algo arreglaríamos. Es lo que se llama valor añadido, como cuando se queman rastrojos y la tierra se renueva...
Buena idea, Mery.
Publicar un comentario