martes, 3 de abril de 2012

Apuntes (159): Desolación


Vuelta a las andadas. No muy grave, a medio dolor.

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Mi fobia a la ciudad de Madrid se acentúa. Gentes anónimas, calles sin alma, inmigrantes desarraigados, españoles con pocas raíces. Una ciudad desolada en su trajín frío teñido de neones blancos.

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Hay lectores peligrosos; la lectura es peligrosa: resta tranquilidad y suma cuitas a una existencia demasiado real como para ser traspasada por los pensamientos.

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De nuevo mucho tiempo sin leer a Pessoa. Un poeta fino, rico, melancólico, saludable, y a pesar de lo que se piensa es prácticamente inocuo para sus lectores, a los que llena de energía con sus versos deslumbrantes en su modestia, donde late la vida auténtica y sobresale la inteligencia.

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Alguien muy querido me ha recomendado que me guarde de los necios, porque pueden llegar a ser mucho más peligrosos que los malévolos. Y es verdad, basta con mirar a nuestro alrededor y, si somos necios, reconocernos en estas palabras.

7 comentarios:

Dyhego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Martín López dijo...

El necio es peligroso porque no para.

Er Tato dijo...

Compartimos la fobia...

Cada vez que voy, vuelvo triste. Debe ser que por allí se lee poco a Pessoa.

Un abrazo

mangeles dijo...

¡¡¡Miguel..anda majo..hazle tú una pedorreta al Ridao de mi parte...que en internete yo no sé hacerlo¡¡¡¡ ¿a qué a tí te ha gustado Madrid?...y el Zoo...tú papi ..que está oxidado...

Besitos

José Miguel Ridao dijo...

Y tanto, Martín. Ha dado en el clavo.

Tato: ya creía que estaba solo en esto, menos mal , parece que no estoy tan mal de la azotea.

¡Hola, mangeles! Veo que aún coleteas por la red. A Miguel no le dejo leer el blog, que no quiero que me salga malhablado.

Besos pedorreicos.

Mery dijo...

Es que, como dice el dicho: "que Dios me libre de los necios, que de los listos ya me libro yo".

......

Si fueras madrileño verías esta ciudad con otros ojos. Dentro de sus horrores tiene muchas posibilidades, entre ellas la de pasar desapercibido, cosa muy de agradecer en algunos momentos.
A mi me gusta la variedad de ambientes para elegir.

Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Me siento hasta culpable ante los madrileños, y que conste que siempre los he visto muy abiertos, muy majos (como decís vosotros), pero es subirme al metro y se me cae el alma a los piés.

Besos.