lunes, 27 de abril de 2009

Síndrome de abstinencia

Todo empezó con una cierta intranquilidad, un hormigueo casi imperceptible que con el tiempo se fue haciendo cada vez más incómodo. Después vino un sudor frío, temblores, al principio ligeros y que después se convirtieron en espasmos, el ojo izquierdo cobró vida independiente y guiñaba diez veces por segundo, mientras que el derecho se cerró y se negaba a volver a abrirse. ¿Cuántos comentarios tendré? ¿Habré batido el récord? Seguro que ayer por la noche entró Mery y me comentó algo bonito, y ahora por la mañana estaría que me salgo, creyéndome un genio, dispuesto a comerme el día. ¿Habrá llegado alguien nuevo? ¿Tendré algún anónimo? Y yo aquí, sin poder responder a nadie, se creerán que me he vuelto un engreído, o que voy a hacer un blog literario de esos que son muy buenos pero comenta poca gente. O a lo mejor se creen que me ha pasado algo. No sé qué pensarán, pero después de leer esta entrada habrán llegado a la conclusión de que me creo el ombligo del mundo, pensando que todos están pendientes de mí.

Llevo desde el viernes buscando blogueína como un loco, y nada. Cuando pregunto en el pueblo si tienen wifi lo más que hacen es sacarme una botella de JB, y si les digo que necesito una conexión a Internet me dicen que no me preocupe, que puedo ver el partido en el bar de Román. En la biblioteca vi un rayo de esperanza, me dijeron que podía conectarme, pero el explorer tardó diez minutos en arrancar, y para cuando logré cargar mis andurriales me dijeron que era hora de cerrar. Sólo yo sé lo que he pasado estos días, pero nada de esto importa ahora, acabo de recuperar mi pinganillo (el de Internet, ¿eh?). Siento circular la blogueína por mis venas, vuelvo a respirar, mi ojo derecho se ha vuelto a abrir y el izquierdo ha dejado de temblar. Alucino, flipo, navego, blogueo... ¡¡VIVO!!

13 comentarios:

Liliana G. dijo...

¡Comparto, comparto ese síndrome! Ahora caigo en la cuenta que soy, que somos, adictos ¡Dios mío!

Deberemos fundar una institución de contención mundial, algo así como la BAYASAR Blogger Adictos y Anónimos Sin Ánimo de Recuperación...

Trabajo en un subsuelo y mi "pinganillo" casi no tiene cobertura. Puedo ver que alguien me dejó un mensaje ¡pero no me lo deja leer, el muy truhán! Y yo allí encerrada entre incógnitas existenciales y malsanas.

Aaaaah, te comprendo, te compadezco, me compadezco y te dejo mis cariños, José Miguel.

(A propósito ¿no querés ser el presidente de BAYASAR, juro que te dará status.)

Marisa Peña dijo...

Pues nada a bloguear que son dos días...Siempre me haces sonreír y eso se agradece. besos

Ricardo dijo...

JM, parece mentira, llegar a convencer a Jaime para que se clave una espina y tener la excusa de ir al médico para así poder recoger el pinganillo es el colmo.

¡Necesitas una cura de desintoxicación ya!

Olga Bernad dijo...

Bienvenido, Ridao, aunque uno se va un día de un blog, y vuelve y ya nada es lo mismo (no es por fastidiar:-)))
A mí me ha pasado en alguna parte, es que es un descuidito de nada y se cuela algo por la rendija que rompe el encanto, o lo intenta.
Hay que estar siempre vigilante, José Miguel, y no olvidarse el pinganillo, por Dios.
Bueno, besos y abrazos de esos tan criticados por gentes que no comprenden el síndrome de la blogueína;-)

H dijo...

He ganado la apuesta que me hice a mi misma, "me apuesto lo que sea a que Miguel no termina esta semana sin el pinganillo...", tengo que pensar cual será el premio por ganar.

Julio dijo...

Que no te entre el mono, hijo. Magistral lo del wifi JB...

Malvaloca dijo...

Si es cierto lo que dice Ricardo, en este caso se ha cumplido el dicho de que una espina saca otra.

Me alegra volver a leerte.

José Miguel Ridao dijo...

Liliana, compañera de adicciones, qué gran nombre BAYASAR, y qué bien suena. Por un momento pensé que SAR significaba Sociedad Anónima Republicana, no sé por qué, mucho mejor tu propuesta. La presidencia se la podemos dar mejor a un gilibloguero engreído, que les gusta figurar, y nosotros a lo nuestro...

Marisa, muchas veces al escribir lo que me mueve es hacer reír al que me lee. ¡Qué bello es bloguear!

Ricardo y H, que sepáis que la culpa es de Lola, ya le vale no poder sacar una espina de pescado. No os perdáis su excusa: "Es que aquí no tengo instrumental". En fin, sin comentarios...

Olga, me dejas preocupado, tengo que ponerme al día en vuestros cuadernos. Creo que me he perdido algo. Un beso de parte de Lola, la del instrumental...

Julio, anís del mono es lo que se estila aún por aquí, aún no vamos ni por la primera modernización.

Pues sí, Malvaloca, se ha cumplido el dicho, es curioso.

Un abrazo a todos.

Alejandro Muñoz dijo...

¿Qué el chiquillo se ha clavado una espina? ¡Menuda treta!
Como todos, demuestras no ser nadie sin tu pinganillo.

No estábamos tan preocupados como creías porque uno de tus comentaristas habituales; un tipo listo, amable, servicial, entrañable, buen amigo y bien plantao, nos dio noticias tuyas.

Alonso CM dijo...

Román, el mono, el pinganillo y el wifi. Ya tienes personajes para un relato blogueudiano.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Seas buen recibido en la "blogaduría".

El wifi es genial, y el JB, aunque prefiero el DYC, de 8 años.

Un abrazo.

Mery dijo...

Sólo un par de días ausente de estos tus andurriales y te encuentro casi con camisa de fuerza.
Ay, amigo Ridao, no sabes cómo te entiendo. Yo llegué a creer hace tiempo que la pantalla emitía no sé qué ondas hipnóticas (bueno, aún lo creo).
También creo que lo que me hipnotiza sois todos vostros.

En lo que me esté permitido, seguiré comentándote cada noche.

Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Pues la treta me tuvo ayer todo el día liado, tipo listo. Pobre Jaime, se portó estupendamente, es más bueno que un pan...

Miradme, este pueblo y este entorno dan para una novela.

Venga ya, Javier, Dyc de 8 años, mejor los escoceses de malta, no hace falta ser tan patriótico.

Muchas gracias por tus comentarios, Mery, de corazón.

Un abrazo a todos.