martes, 21 de abril de 2009

Guadaña

Larga vida, inmortalidad, permanencia, huida del olvido, querencia por lo humano, respeto por lo divino, miedo a las tinieblas, a lo oscuro, a lo incierto, a lo desconocido. Nos empeñamos en engañar al heraldo de la muerte y esquivar su guadaña, pero éste acude puntual a la cita y siega sin compasión, haciendo su trabajo, como ha sido siempre, desde el inicio de los tiempos. Ante lo irremisible buscamos desesperados un asidero, quien tiene fe descansa y pierde el miedo, su largo penar termina en la certidumbre del buen tránsito, de la luz al otro lado, y ya no teme a la guadaña, la aguarda con descaro, desafiante, inmune a su mal aliento, pero a veces duda, y sufre; lo que pase después sólo él lo sabe, o no lo sabe, porque a lo mejor ya no es. Quien se resiste al mensaje divino, o lo acepta sólo a medias, o lo acepta del todo pero no pierde el miedo, es presa del pánico cuando ve que se acerca el mensajero terrible, y llora, y trata de agarrarse a la vida, pero no puede, y deja de existir, o no... Si sigue siendo, es él quien lo sabe; si no, ya nadie lo sabrá. También hay quien no piensa en ese jinete funesto, que sólo lo ve en el último momento, cuando le tira del cabello para no fallar el golpe, y a ésos no les da tiempo a sentir miedo, son los que más han aprovechado su vida, son los más listos, o los más incautos, o los más primitivos, pero son, y su destino es el mismo, y dejarán de ser o no, igual que los demás.

Un hombre solo
desafía mi pena
con su mirada

P.S. No todo van a ser risas...

21 comentarios:

Ricardo dijo...

Marcos 13,32: “Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”

José Miguel Ridao dijo...

Menos mal que sé quién eres, Ricardo, si no me creo que ha entrado en mi blog el malo de "El nombre de la Rosa".

Ricardo dijo...

Ya sabes, no todo van a ser risas

Juan Antonio González Romano dijo...

Una media verónica en forma de haiku para rematar la faena con hondura.
Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

El haiku es muy bueno, y lo demas...

¡No te dije que tenías más vena!

Un abrazo.

Marisa Peña dijo...

Vaya Jose Miguel la eterna compañera que nos negamos a mirar a la cara...Una de las tres heridas que nos acompañan siempre y que por más que nos asusten forman parte de lo que somos. Mi hijo de siete años me dijo muy serio el otro día: No creas mamá que vas a vivir siempre, es el ciclo de la vida ( y es que Disney es lo que tiene). Un beso .

Julio dijo...

Ridao:
Me parece muy interesante tu entrada. Tratas un universal con hondura y sinceridad. Me gusta.
Saludos, tetrapadre (o tetrabrik...)

José Miguel Ridao dijo...

Otro abrazo para ti, Juan Antonio. Todavía me estoy riendo de la que se lio ayer, nos lo pasamos en grande.

Haberlo dicho, Javier, que te referías a la vena escatológica. Ésa nunca la he perdido.

Buena anécdota, Marisa. El mayor mío, de cinco años, siempre está así. Escatológico que me ha salido...

Gracias por tus palabras, Julio, y por tu despedida, mejor ser un tetrapadre que un padre con tetras...

Alejandro Muñoz dijo...

Los duelos acaban en muerte y a la muerte le sigue otro duelo.
¿Serías capaz?

Ricardo dijo...

Es muy bueno lo del duelo
pues aquí no cabe duda
no siendo ayer lucha muda
permaneció nuestro anhelo
y habrá de tener consuelo:
ver la rima surgir cruda
esgrimida con forzuda
manopla hasta tocar pelo

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Siento la broma sacar
en tan macabro momento
espero no molestar
pero sólo falta un muerto
para el cuadro completar
yo ya me quito de en medio
no me vaya a mi a tocar

JM, ya sabes, hasta en estos momentos caben risas

José Miguel Ridao dijo...

¿Alguien sabe cómo se puede configurar blogger para no dejar pasar los romances?

Mery dijo...

Ay, José Miguel, tu último comentario hacia el romance de Ricardo es simplemente genial. Estás saturadito, jajaja.

Bueno, y yo toda seria te íba a replicar con otra cuestión: ¿qué hace uno cuando la guadaña no viene por él, sino por uno de sus seres queridos? Quizás es mas duro aún, porque la impotencia te tiene atado de pues y manos, y el alma se te rompe.
No todo van a ser risas y romances.

Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Pues eso sí que es chungo, Mery, y no lo había pensado al escribir la entrada. Me temo que ahí no hay nadie que se libre, ni siquiera los que no piensan en el jinete funesto, pues después de su partida se quedan solos, y ya le vieron la cara, y no lo pueden borrar de su mente, y además ese jinete les arrebató lo que más querían. Me has hecho pensar, y has añadido pesimismo a mi reflexión, que dentro del asunto tratado era bastante optimista. Da para otra entrada en la misma línea, pero seguro que yo le encontraría un punto de optimismo. A veces de una situación así puede surgir algo tan bonito como tu cuaderno.

Un abrazo.

Mery dijo...

Me apena, y mucho,haber empeorado el asunto, puesto que había empezado el comentario con una sonrisa.
Tu sí que eres sabio, Ridao.
Un fuerte abrazo

José Miguel Ridao dijo...

No lo has empeorado, Mery; al contrario, hay que pensar en todo, lo que sí es importante es, además de empezar, acabar con la sonrisa, como al menos yo he hecho en mi comentario, y espero que tú también.

Abrazos risueños...

Mery dijo...

Muchas gracias, risueño Ridao.

Acabas de inspirarme una entrada. No te asustes si habla también de la guadaña...hoy estoy melancólica.

Un abrazo

Pasión dijo...

José Miguel, siempre me recuerdas a mi Padre, de mi familia es al único que he visto morir, de repente de un infarto, como los buenos.

Murió con 72 años, ahora sé que unos meses antes sufrió, pero en silencio. Todos los días me acuerdo de él y sé que nos ayuda.

Creo que he conocido a la Muerte, pero no lo voy a contar, ni el como, ni el por qué. Para mí se queda y para los que me quieren, que bastante sufrieron, fueron solo unas horas.

Recuerdo que sentí mucha Paz.

Abrazos

H dijo...

Buenos días Miguel,

Yo confieso que soy egoista, y preferiría ver la guadaña antes de que la viera alguno de los míos.
!Pero ojo únicamente por mis hijos, que no es cuestión de estarse muriendo por cualquiera¡(esta intenta ser la sonrisa que cierra el comentario).
En fin, que coincido totalmente con Mery.

José Miguel Ridao dijo...

Pasión, espero no naberte traído malos recuerdos, aunque me reconforta que finalices con la palabra PAZ. Un abrazo.

Hola, H. No sé qué sería mejor, quién primero, te digo que yo soy del tercer tipo que he descrito: no pienso en ello, no por esconderme, sino porque soy así; lo que tenga que venir vendrá. Me quedo con el final: ya que uno se muere por lo menos que elija por quién lo hace, hasta ahí podíamos llegar...

Olga Bernad dijo...

Es un tema difícil; como tenemos la vida, queremos conservarla, la vida es "amable" en el sentido etimológico de la palabra. Quien se ha visto cerca de la muerte o la ha visto en sus seres queridos, como apuntaba Mery, sabe mucho más de sí mismo que antes. Como con todos los grandes temas, como me ocurre con las grandes palabras, no me gusta la gente que evita el asunto casi supersticiosamente, pero tampoco los que se refocilan en ella. Me parece antinatural o poco creíble. Los auténticos misterios, como los sentimientos y dolores verdaderos, nos hacen sentir algo de pudor, y eso se nota (o se nota su falta). Por eso entiendo muy bien el comentario de Pasión.
Un saludo, Ridao, mis problemas con la conexión en casa me han alejado un poco, pero mi fidelidad como lectora está por encima de las circunstancias adversas (y de los avatares del trabajo:-)
Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

Tu reflexión es muy profunda, Olga. Como Mery, me has hecho pensar, que es lo mejor que me regala un comentario. Gracias.

Y no te estreses por seguirme, que ya estoy yo bastante loco con mi entrada diaria como para encima arrastrar a los amigos...

Un fuerte abrazo, es una alegría tenerte de vuelta en las caricias.