jueves, 13 de agosto de 2009

Elogio de la familia


Dedico esta entrada a mi mujer, Lola, a mis hijos Miguel, Jaime, Ignacio y Gonzalo y, por supuesto, a mis padres.


No soy yo el más indicado para hablar de las virtudes de la familia cristiana, pero sí puedo opinar de la familia, así a secas, como institución inmemorial que ha acompañado al hombre desde que se bajó de los árboles (por cierto, allí arriba también había familias) y ahora, en el siglo XXI, parece que cada vez tiene menos importancia, que podemos vivir solos, que no merece la pena aguantar lo más mínimo para salvaguardar algo que al fin y al cabo tampoco es tan importante. Estamos dispuestos a tener cada vez menos hijos o no tenerlos para poder hacer carrera profesional, como si fuéramos a ganar esa carrera, como si el premio fuera valioso, un puñado de dinero insuficiente para mantener el nivel de vida que el nuevo estatus requiere y una patada en el culo cuando ya no servimos. ¡Qué triste! ¡Y qué frecuente! Y lo de casarse, ¡qué antiguo!, ¡cuánto compromiso! ¿Para qué comprometernos, si es tan fácil ser libres como los pájaros y volar de flor en flor cuando nos apetezca? Parece mentira que haya todavía jóvenes carcas que se casen, y encima por la Iglesia. ¡Qué horror! Todavía se puede entender por la ilusión de una novia por vestirse, pero para eso que se vista el día del arrejuntamiento y se haga unas fotos. ¡Qué pena!

Podría seguir hablando de familias desestructuradas, de ataques sistemáticos a la familia desde el gobierno disfrazados de ayudas y tolerancia, no hay más que ver a nuestra vicepresidenta -¿lo es todavía?- lo feliz que parece, seguro que vuelca su vida familiar tan llena para que el resto de españoles y españolas puedan disfrutar de ella. ¡Qué asco!

Yo soy quien soy debido a que me crié en una familia unida, con unos padres que han hecho todo lo posible por darme, a mí y a otros tres hermanos, una educación cívica (no necesité la Educación para la ciudadanía), y ahora que estoy felizmente casado y tengo cuatro hijos os puedo decir que atravieso por el mejor momento de mi vida, y eso a pesar de que tengo permanentemente colgados a dos pequeñuelos de las orejas mientras escribo en mi blog. ¡Habrá algo más bonito...!


P.S. En la foto falta la jefa del grupo, pero dice que no quiere salir, y quien manda manda...

22 comentarios:

Rosna dijo...

Tadaima Ridao san , nada más bonito que esos soles gritando , llenos de energía ,que siempre reine la alegría en su hogar .
Felicidades mil a toda su bella familia !!!
Flores de isla para la FAMILIA RIDAO .
Rosna

Juanma dijo...

Buenos días, José Miguel:

Siempre me gustó, y me gusta, estar solo. Sólo cuando llegó Lola (la mía, obviamente) a mi vida supe que quería, además, estar/vivir con ella (cosa que me tomé muy muy en serio: 24 horas juntitos desde hace ocho años. Todo codo con codo: comer, dormir, salir, trabajar -mismos horarios, mismos descansos y vacaciones, misma mesa de trabajo-, etc). Dicho lo cual, me sigue gustando estar solo. Lola lo sabe y se preocupa por ello (es decir, lo hace posible. No es que sea una preocupación).
Me casé por la iglesia por la mejor razón que pude encontrar: así lo quería Lola. Para mí, en verdad, era algo sin mayor importancia. Sin embargo, tuve la suerte de que nos casara un cura ochentón y gruñón que terminó por emocionarme -D. Florencio, gran hombre que le dio al rito una solemnidad que me impresionó en el altar-.
Luego vinieron Domingo y Adela y ahí, amigo, sabes que ya comienzan a temblar las palabras. Somos una buena familia, creo que lo hacemos bien los cuatro. Gracias a ellos, al igual que tú, estoy en el mejor momento de mi vida.

Un fuerte abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Okaeri Rosna san. ¡Qué alegría, de nuevo por mis Andurriales¡ Muchas gracias por las flores, ojalá se cumplan tus deseos.

Un fuerte abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Qué bonitas palabras, Juanma. Me identifico mucho con ellas. Yo tampoco me arrepiento de casarme por la Iglesia, y lo hice por el mismo motivo que tú, y es verdad que echo de menos la soledad de vez en cuando.

Un abrazo, amigo.

Marisa Peña dijo...

Bueno , vale, yo también me voy a sincerar ahora que no me escucha nadie...Yo también lo dejé todo por mi familia:conocí a Ramón y abandoné mi vida bohemia yliteraria para cuidar de dos monstruos maravillosos y curarme de las secuelas que me dejaron dos embarazos muy complicados.Yo no me casé por la iglesia(cosa que respeto) pero sí tuve una bonita ceremonia civil con poemas dedicados y canciones que aún me emocionan al escucharlas.Llevé el último vestido que cosió y diseñó mi abuela antes de morir y di el sí en el mismo sitio donde le di el primer beso (un pueblo de la sierra madrileña).Creo en la familia como estructura humana que nos ayuda a crecer y a ser felices, no como imposición inamovible, impuesta o dirigida.Yo crecí en una, vivo en una y espero que mis hijos formen otra sin miedo y sin recelos.
Desde aquí brindo por las Lolas (las geniales compañeras de mis amigos) y por los joses, juanmas y ramones del mundo que aman, sueñan y cumplen los sueños de aquellas que los aman, y caminan, día a día por muy difíciles que se pongan las circunstancias.Muchos besos

José Miguel Ridao dijo...

Precioso tu comentario, Marisa. La familia está por encima de ideas políticas y convicciones religiosas. Yo diría que es la base para nuestra felicidad.

Un beso muy fuerte a ti y a los tuyos, y gracias de corazón por tus palabras.

Liliana G. dijo...

Bueno ya que estamos en tren de sincerarnos respecto de la familia, yo diré que provengo de una familia donde mis padres llevaron un matrimonio estupendo desde siempre, que yo recuerde, y esto cala hondo a la hora de que nos toque el propio.
Así pues, me casé con Salvador, un italiano genial que había llegado a Argentina de pequeño. Sí, nos hemos casado por iglesia, un poco por tradición creo. Tuve un excelente matrimonio con un hombre excepcional, y hemos cumplido el precepto, fue hasta que la muerte nos separó. Enviudé joven y me quedé con nuestros propios soles (no tan pequeños, pero tampoco adultos en ese momento) por ellos comprendí que la vida seguía siendo hermosa a pesar de haber perdido a mi compañero, luego de 23 años de compartir mi mundo con él. Duro, pero es la vida.
No me arrepiendo de nada, mi familia fue y es estupenda, creo en ella y la valoro sobremanera. Nuestro sol sigue brillando a través del recuerdo y del futuro.

Tenés una familia preciosa Ridao, tus niños me recuerdan a los míos en otras épocas. No hay nada más hermoso que disfrutarlos y verlos crecer. Luego está la satisfacción de darse cuenta que una familia bien avenida, genera en ellos, futuras familias similares.

¡Felicitaciones José Miguel! Una hermosa entrada, con toda la ternura.

Cariños inmensos.

Máster en nubes dijo...

ole, ole y ole, vaya entrada más bonita. Desde luego que no estamos para estar solos nadie, también que todos, en menor o mayor medida y dependiendo de las circunstancias, necesitamos algunas dosis de soledad.

Pero sólo ver la cantidad de personas solas que se enfrentan a todo, también desgraciadamente en compañía -que no debe de ser moco de pavo ese tipo de soledad- te da mucha pena. Mira que tenemos ancianos solos en este país, y de gente sola, que va sola de acá pa'lla.

Yo creo que una cosa es reconocer y agradecer la compañía y la familia, y currársela como se la curran tantas personas, y otra no reconocer que a veces no se tiene suerte, no se ha encontrado la persona, lo que sea.

Ni el solas de la lela de Carmen Alborch que se le veía el plumero de arriba a abajo, ni tampoco, creo que es justo, pensar que los que no están casados o están divorciados o vaya Vd, a saber es que no lo hacen bien, o no lo han hecho bien. Creo que la vida es rica, muy rica, y que la generosidad se lleva también dentro como el egoismo, casado, soltero, con 3 o sin ningún hijo.

Hala, un abrazo y enhorabuena por la entrada, me han encantado tus chavalitos.

Aurora

José Miguel Ridao dijo...

Se ve que tú valoras mucho la familia, Liliana, lo intuía leyéndote. Lo que no podemos es elegir lo que la vida nos depara, pero quizá es más fácil de llevar gracias precisamente a la familia que hoy tienes.

Un fortísimo abrazo, tu comentario de hoy me ha conmovido.

José Miguel Ridao dijo...

Tienes razón en todo lo que dices, Aurora. Una cosa es valorar la familia y otra muy distinta tener la fortuna de encontrar una. Yo puedo decir que es en gran parte cuestión de suerte. Si no hubiera encontrado la mía, seguiría valorándola, pero no sería el fin del mundo. Creo que también podría ser feliz. De otro modo, pero feliz.

Un abrazo, y gracias por tu comentario y tus alabanzas.

Capitán dijo...

José Miguel, bonito elogio a la familia, independientemente de aspectos de fe, podría ser firmado por cualquier sacerdote.

De todas formas en esta ocasión te tengo que decir que tu escrito tiene poco mérito, ya que con la maravillosa familia que Dios te dio (toma ya), e incluyo a la familia extensa (abuelos, padres, mujer e hijos), es muy fácil que te salgan estos elogios.

Disfruta estos días vacacionales y reparte besos por allí.

Anónimo dijo...

Qué gustazo de familia, aunque falte la imagen de la jefa, decisiva.
Mi familia somos dos (marido y mujer) porque de momento la naturaleza no fue generosa con nosotros, pero ya se verá.
De todas formas, admiro a las familias monoparentales y las parejas de hecho, por poner tipos de ejemplos de familias "modernas".
Cada cual, en mi opinión, que elija a su gusto la vida que va a llevar, al fin y al cabo, todos soñamos con vivir con nuestro amor y dar descendencia. Algunos prefieren firmar papeles y otros no lo necesitan ni los quieren.
Besos.

Pasión dijo...

José Miguel, mi familia por parte de madre es extensísima, una alegría, qué buenos ratos pasamos juntos. Mi padre era hijo único y siempre se lamentaba por ello, decía: qué mala suerte, mira que no tener un hermano o una hermana. Después nos tuvo a nosotros, siete hijos y nos quiso con locura.

Ahora disfruto de mi propia familia, tengo a mi lado a un santo varón literalmente y cuatro hijos/a. Siempre me ha gustado la soledad, espero no verme nunca con la otra, con la mala.

Qué entrada más bonita nos regalas, conmovedora, espléndida, llena de virtudes, tus hijos preciosos, cuídalos como si fueran un tesoro, qué te voy a decir que no sepas de lo que les queda por delante, hay tantos malnacidos por las calles.

La "monísima" sobra, ¡qué asco!.

Un fuerte abrazo para tu Lola, tus hijos y otro para ti.

José Miguel Ridao dijo...

Bueno, Capitán, hay sacerdotes y sacerdotes... Tienes razón en que tiene poco mérito. No sé si mi familia me la dio Dios, es lo de menos, pero la entrada se ha escrito sola.

Abrazos piragüeros.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias Parsimonia, verás cómo llega esa generosidad. Para mí una pareja de hecho que de verdad se comprometa es una verdadera familia, igual que si se hubieran casado. De todos modos, entiendo que el compromiso del matrimonio es un paso importante.

Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

¡Qué comentario tan bonito, Pasión! Rebosa cariño, se nota que tienes una familia que te llena. Un abrazo muy fuerte para todos.

Rosna dijo...

Upsssss ...yo no había visto esta foto... (o_0) o veo mal ...???
Que hermosa , y los enanos estan enormes ... el peke Gonza kun y el niño de remerita verde que carita de traviesosssssss , el mayor que carita de bueno y el otro niño parece un soñador ... vaya Ridao - Lola san tienen una Tropa de Oro ... Le mantengo mi propuesta ustedes se vienen a la isla y yo me voy pa sus andurriales les cuido la tropa ... se lidiar con esos enanos (-_-) soy jardinera ..... de niños jeje ...
Un abrazo muy apretadito desde esta isla hasta sus Andurriales bella familia .
Rosna

José Miguel Ridao dijo...

La colgué después, Rosna, por eso no la viste. Aciertas en el diagnóstico de mis hijos. ¡Qué bonito lo de jardinera de niños! Tu propuesta es muy tentadora, lástima que tu isla quede tan lejos.

Gracias como siempre por tus palabras.

Un abrazo.

América dijo...

Imposible pasar indiferente ante este maravilloso texto,un canto,un homenaje a la familia y al verdadero hogar,le felicito....

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, América. Tú lo has dicho, el "verdadero hogar".

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Buenos días, acabo de leer su "Elogio de la familia" gracias a la entrada que aparece en el Blog de Ramón Simón. Después de leer el post, sinceramente, me uno a su pensamiento y a su reflexión suscribiendo cada una de sus palabras.

El próximo domingo 16 de mayo nos juntaremos la familia para celebrar el 85 cumpleaños de mi querida Abuela Lola. Solo de pensarlo me pongo impaciente, nervioso, con el bello de punta...

La familia, unida, jamás será vencida.

Un cordial saludo,
Juan Pablo López

P.D.: Tengo 30 años y sí, creo en la familia, en la familia de ayer, de hoy y de mañana. Solo hay un tipo de familia, sea o no cristiana (aunque en mi caso cristiano soy).

José Miguel Ridao dijo...

Me alegro de que coincidamos. Yo creo que somos muchos los que compartimos ese amor por la familia. Lo que ocurre es que los "desestructurados" hacen mucho ruido, y suelen ocupar puestos de poder.

Un saludo, y a disfrutar de la reunión familiar.