Como nadie puede enunciar la verdad absoluta sobre su propia existencia, todo el que quiere describirse a sí mismo tiene que convertirse forzosamente en un poeta de su propia vida.
Stefan Zweig. Tres poetas de sus vidas.
La frase tiene su miga, no se puede negar. Zweig es uno de los mejores exploradores del alma humana, y en este libro disecciona las vidas de Casanova, Stendhal y Tolstoi de una manera magistral. Cada uno de ellos fue un poeta a su manera, muy distintas por cierto, desde la superficie hasta el interior más profundo. La idea de que la poesía es la única manera de comprender las vidas de los hombres es muy atractiva y... ¿cierta?
Un libro muy interesante, como todos los de Zweig. Ya lo recomendó hace un tiempo Mery en su blog.
12 comentarios:
Zweig es genial, me encanta, José Miguel. Y la frase se las trae, artista dicen otros más recientes, de la propia vida.... A ver si me hago con el libro, y van...
Mira que fue prolífico el condenado, piensas que has leído mucho de él ¡y lo que te sigue quedando, morena!
PS: Y esa descripción de las manos de un jugador sobre el tapete de juego que salen en "24 horas en la vida de una mujer" ¿qué me dices? De antología, por Dios.
¡Oído cocina!
Un abrazo
No sé si es la única manera, pero es una manera de tocar lo incomprensible.
Ni idea del libro.
Hago como el Tato, tomar nota.
Tengo demasiadas notas de esas... y no leo nada últimamente.
Muy mal.
Ya llegará el otoño y la melancolía;-)
Abrazos, Ridao.
Compartimos admiración por Zweig, Aurora. Si no lo has leído, te recomiendo "El mundo de ayer", un canto a un mundo perdido para él: el del Imperio Austrohúngaro.
Muy recomendable, Tato. Podrías comprarlo para la Taberna, a ver si se culturiza el Manteca.
Ya está aquí el otoño, Olga. Me he levantado y hacía en Alájar 15º. ¡Viva la melancolía!
Un abrazo a todos.
Gracias José Miguel.
Me gusta el álogo de Er Tato.
Ya tengo la única cultura que quiero, el conocimiento suficiente como para no equivocarme atándome los zapatos. ¿Necesito más?...ya te lo diré con gestos.
Juan el Manteca.
(y ve con ojo...)
Gracias Javier. No sabía que había escrito un álogo. Ya sí, después de repasar tu blog. Pero vamos, para mariconeo, los análogos.
Por cierto señor Ridao, le recuerdo que Juan el Manteca fue finalista en un prestigioso premio de poesía y es un brillante periodista aunque lo haya envejecido la mala vida. Compraré el libro para la taberna, pero para leerlo yo, que soy el ignorante. Seguro que él ya lo conoce.
Abrazos
No hay de qué, Javier. Es lo que tiene ser tabernero, como el Tato.
Pero hombre, Manteca, ¿qué gestos me vas a decir en mi blog? A ver si vas a hacer mariconadas con los emoticons esos, que no te pega. Lo que tienes que hacer es abrirte un blog, para entrar yo y amenazarte también.
¿Tú estás seguro, Tato? Mira lo que me dice de atarse los zapatos. Nunca te creas las trolas que cuentan sobre su vida los parroquianos de tu taberna. Tú habla con un vecino suyo de toda la vida, que te dirá la verdad sobre su triste existencia...
Un abrazo a todos menos a uno.
Aventurarse a decir que la poesía es la única manera de comprender la vida de los hombres, pues sí, es atractivo y mágico, pero no es cierto. No creo que haya una única manera ni mucho menos, quizás no haya ninguna...
El libro pinta de maravillas, gracias por tu recomendación José Miguel.
Cariños.
Liliana, Zweig no decía que con la poesía nos pudiéramos comprender, sino que es la única manera de describirse a uno mismo. Yo sí estoy de acuerdo con eso.
Besos.
Tomo nota del libro que recomiendas a Aurora, "El mundo de ayer", que no he leído.
Gracias por la mención a mi entrada. Me alegra que te haya gustado esta joyita.
Un beso
No te arrepentirás de leerlo, Mery.
Gracias a ti por la recomendación.
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