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Fantasmas de guardia
Viejos fantasmas casi olvidados
visitan mis noches y asustan mis días,
acechan en todas las esquinas
y yo tengo que salir huyendo
para no volverme loco.
Pero ellos me persiguen,
y al fin me alcanzan,
y tratan de entrar dentro de mí.
Aunque yo cierre los ojos y la boca
no tengo escapatoria,
entran abriendo mi alma, que no tiene llave,
y una vez allí
se duermen y me dejan vivir un rato,
hasta que se hace de noche
y salen a buscar más comida,
dejando la cama hecha
y un fantasma de guardia.
Me cago en los muertos
del cambio de hora.
15 comentarios:
Monsieur RIDAO:
¿No estará usted confundiendo al Señor Horario con el Señor del Frac?
Un saludo mañanero
Me temo que nuestros fantasmas no entienden de horas amigo.
Me gustó pasearme por tu blog
Un abrazo
http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/
Si no tuviéramos fantasmas seríamos demasiado engreídos, demasiado invulnerables, demasiado descreídos...Cada uno sobrevive con los suyos como buenamente puede.Lo peor es cuando te endosan los que no te pertenecen.
Siempre nos haces sonreír, hasta cuando ya parece imposible:))Gracias, Jose Miguel.
¡Ñoco! Los últimos cuatro versos son de antología.
Para nada, Dyhego, son dos señores distintos, aunque igual de cabrones.
Bienvenido, Jesús. Los míos creo que sí entienden, suelen acudir cuando hay cambio horario.
Gracias a ti, Marisa. Prometo no endosarte ningún fantasmón.
Honrado quedo por tus palabras, Jesús. Los guardaré.
Un abrazo a todos y a una.
Cuando quieras te presento a los míos, los muy cabrones. Yo los suelo combatir con un cigarrito en la ventana o con un yogur mientras veo el telechichi, pero no se van... Es lógico.
Un abrazo (sin escapatoria)
Son como los Municipales... cuando menos falta hacen aparece uno y... te multa.
Coincido con Cotta...
Es lógico, Miradme. A lo mejor si les dices que te vas a la cama y que si quieren pueden seguir con el telechichi...
Bienvenida, Maile. Es una acertada comparación. Por mi experiencia he comprobado que muchos municipales son unos fantasmas.
Afortunada coincidencia, Juio. Veo que a muchos no nos ha sentado bien el cambio horario, por mucho que nos hayan regalado una hora (quién se lo cree...).
Abrazos.
Me encandilaste con tu alma sin llaves. Vi gato encerrado bajo la cama hecha.
Me cagué en totusmulas cuando terminé de leerte.
Eres un maestro.
En lo del cambio horario coincido plenamente: es una putada.
Y el poema me ha emocionado mucho.
Un abrazo, querido José Miguel.
Muchas gracias, Álex. Como diría alguien que tú y yo conocemos: "Pues anda que tú con las gafas...!
¡Qué alegría, Juanma! Vaya susto que nos diste ayer, colega, con el titulito de la entrada. Te agradezco como siempre tus palabras... bueno, hoy más.
Un fuerte abrazo.
EStoy hecho polvo Ridao, me mata...
Igual que yo, Javier. Nos queda el consuelo de que sirve para ahorrar energía... ¡¡JA!!
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