martes, 24 de noviembre de 2009

Primer día de clase

- Aquí aprobará el que saque un cinco, y yo soy el que pongo la nota. No pienso rellenar un papel, me limpiaré el culo con las programaciones, y me voy a dedicar a enseñaros. Ya me daré cuenta de quién sabe y quién no, quién mejora y quién no, y el que suspenda a repetir, y cuando cumpla los 16 años a su casa. ¿Me habéis entendido?

- (Todos): Maestro, sí, maestro.

- Bien, pues ya podéis poneros a trabajar. Pepín, ¿quieres decirme de qué te ríes?

- No pienso estudiar ni trabajar en clase, maestro.

- (cruzándole la cara): ¡ FLAAAAS! ¿Y ahora, qué me dices, vas a trabajar?

- Maestro, sí, maestro.

- De acuerdo, que sea la última vez que alguien me lleva la contraria. Creo que vamos a entendernos muy bien todo el año.


Lanzo a mis estimados lectores, sin ningún tipo de malicia, una pregunta: ¿qué preferís, el sistema educativo que aquí retrato o el que tenemos actualmente?

32 comentarios:

Alejandro Muñoz dijo...

Otra vez el alumno aventajado... a entradita diaria. Cada vez que tengo cinco minutos para reencontrarme en mi blog con mi excelsa escritura, me encuentro con otra entrada tuya y nada... a comentar de nuevo.

Hasta la palabra 49 es mejor el sistema antiguo. A partir de ahí... suerte que hemos cambiado.

Date una leshe maestro.

JESUS FIDELIS dijo...

Jajajaja...extremista.

maile dijo...

Como me dijeron a mi hace unos días.. "en el punto medio esta la virtud", ni calvo ni con dos pelucas.
Hace mucho que no voy por la escuela y no sé qué es consecuencia de que. No sé si la actitud de los chicos en clase es, en parte, consecuencia de la "mano blanda" de los maestros, o es al contrario, que los maestros tuvieron que ablandar su mano ( y no me refiero a las collejas) debido a la actitud belicosa de algunos alumnos.
A mi me tiraba el profe de los pelos del cogote, o de la oreja, o nos castigaban de rodillas, o nos mandaban "copiar cien veces". Pero nunca levantamos la voz, ni les tirabamos un pupitre a la cabeza, ni poníamos en duda su autoridad... y tampoco nos sentimos por estas cosas "maltratados"... al menos yo. Aunque supongo que habrá habido de todo.
Todo se ha salido de madre y es una pena.
Saludos.

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
Un zagalón come pipas en clase.
Las tira al suelo.
El profesor se da cuenta y le dice que vaya a por una escoba y barra toda la clase.
El profesor:
1) Sale en el Diario de la no sé quién en la tele con su nombre, apellidos, dirección, DNI y resto de datos, hasta el nº de zapato y el nº de profiláctico que utiliza.
2) Denuncia por parte de la consejería de educación por privar del derecho a la educación durante cinco minutos a un alumno.
3) Denuncia por parte de los padres por obligar a su hijo a realizar tareas que pueden provocar un parón en su autoestima.
4) Denunica del ministerio de trabajo por obligar a un menor a trabajar, y encima sin contrato y sin medidas de precaució (no lleva guantes de látex, no lleva mascarilla, no lleva mono de trabajo...)
5) Denuncia por parte del sindicato de limpiadores por usurpación de trabajo, competencia desleal y no sé qué.
Y lo peor de todo es que si piensas que la disciplina en "buena" (todo es ponderable) automáticamente eres considerado facha, anticuado, antipedagógico, antidemocrático, anclado en el pasado, reaccionario, conservador, fosilizado, decimonónico, antiprogresista, cerrado de miras...
Con lo fácil que es decir:
-Nene ¿quieres estudiar? Pues, hala, tira a estudiar.
-Nene, ¿no quieres estudiar? Pues, hala, tira a trabajar.

Salu2 y lleva cuidado con el periscopio.

Capitán dijo...

Con lo bien educados que hemos salido, sin traumas, sin pegas, hasta con buenos recuerdos, ¿y todavía lo dudas?

José Miguel Ridao dijo...

Me abrumas, Alejandro, ayer contaste mis bloguerías y hoy las palabras de mi entrada. Eres un amigo, Me doy una leshe en tu honor. ¡Floff! ¡Ay!

Para nada, Jesús, me he tenido que contener...

Coincido contigo, Maile, y con Horacio: en el punto medio está la virtud, y ambos extremos son vicios.

Entran ganas de fostiarlos, ¿verdad, Dyhego? El periscopio ahora está plegadito.

No tenía ninguna duda de ti, Capitán.

Abrazos fostieros.

Anónimo dijo...

¿Pero se puede elegir?

In medio virtus, ¿no decían eso los latinos?

Unn abrazo

Liliana G. dijo...

Soñar no cuesta nada, José Miguel ¡Pero qué placer sería poder hacerlo! ¿Verdad? JAJAJAJAJA

Coincido con Capitán, ninguno de nosotros hemos salido con trauma alguno y será porque nunca llegamos al ¡FLAAAAS!, justamente porque nadie osaba enfrentar al maestro. Cuando el repeto se impone, no hace falta tocar los extremos.
Lástima que hoy, imponer respeto en una clase es casi una utopía, los chicos tienen más derechos que la Corte Internacional de la Haya...

Tu entrada es SENSACIONAL :)

Besos, Ridao.

José Miguel Ridao dijo...

Eso dijo Horacio, Octavio. Pero, ¿y si tuvieras que elegir?

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, Liliana. Y sería aún más sensacional si tuviera algún viso de realidad.

Un beso.

Anónimo dijo...

Si tuviera que elegir, me quedaba con el BUP antiguo, que ni lo uno ni lo otro. Además, yo nunca he servido para pegar ni para que me peguen (dentro de una clase, entiéndase).
Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Pero ese BUP voló y no volverá.

Un abrazo sadomasoctávico.

Olga Bernad dijo...

Ese BUP y ese COU, donde yo no recuerdo que nadie pegase a nadie, pero el profesor era todavía el profesor...
Se nota que tenemos todos treinta y todos y algunos un poco más, jeje.

maile dijo...

A mi madre, que fue a averiguar por qué yo no aprobaba ni a tiros las mates de primero de BUP, le dijo el profesor que a mi "no me aprobaba porque no le daba la gana". Se rumoreaba que los aprobados los daba delante de un ventilador viendo cómo de lejos iban cayendo los papeles.
Ante esa respuesta, mi madre dió media vuelta y me cambió de Instituto... ni le denunció ni de dió de tortas... al año siguiente las pasé.
Pero escogí letras puras. Luego me alegré.

Javier Quiñones dijo...

Lo pones un poco difícil, José Miguel. Lo digo por el maniqueísmo de la disyuntiva que planteas. Es obvio que el que retratas no, pero al obligarte a rechazarlo, sin querer, o queriendo, anda a saber, te ves obligado a aceptar el que tenemos ahora y déjame decirte que deja mucho, pero que mucho que desear. Así que la respuesta sería con ninguno de los dos, ni con el exagerado que tu retratas ni con el que tenemos.
Un abrazo, Javier.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Matizando mucho me puedo quedar con casi todo, salvo lo de la bofetada. En el BUP y COU pretéritos, tan denostados por los pedagogos camboyanos, se respetaba a los profesores y no tenían que rellenar ningún tipo de parte para mantener el orden. La LOGSE-LOE nos ha convertido en burócratas al tiempo que nos priva de nuestra autoridad y prestigio docente en favor de las vanas hipótesis constructivistas (ya sabes, la cantinela: el alumno construye su aprendizaje, profesor mediador en el proceso, hay que 'motivar' al alumno -perdon, alumnado-, al que no se le exige ninguna responsabilidad sobre su aprendizaje, etc.)elevadas a dogma legal y laico. Todo eso al tiempo que pesa sobre ti la espada de damocles del inspector que puede exigir cumplir una programación que es muchas veces papel mojado ante la realidad diaria de los centros, donde tienes más que bregar que enseñar lo poco que te dejan. Fabuloso. Y ahora la amenaza de los nuevos ROC que nos asimilan a los IES más si cabe a la primaria ¿no es maravilloso? Saludos de un optimista.

zim dijo...

Pues me pasa como a Javier, que no me quedaría con ninguno. El profesor debería poder comportarse en el aula con los alumnos exactamente igual que el padre en casa con los hijos. Está ahí para educar, para reforzar con el debido reconocimiento cuando lo merezcan, y para corregir cuando eso sea lo que proceda. En corregir entra hacerlo de palabra y de obra, con las mismas limitaciones que se impondrían a un padre (respeto y ausencia de violencia, pero no ausencia de correctivo ni abandono de autoridad). Yo diría que el problema está más allá de las aulas, y su solución pasa primero por que también los padres recuperen su lugar y su papel. Muchas familias necesitarían de la escuela tanto o más que sus hijos. Si los tuviéramos a todos juntos en el aula, nos sorprendería lo mucho que se parecen los alumnos a sus padres ... Bueno, no, creo no nos sorprendería.
Saludos.

Pasión dijo...

Buenas tardes-noches José Miguel, totalmente de acuerdo con el acertado comentario de zim.

Los padres somos mayormente responsables de las acciones buenas o malas de nuestros hijos.

Tenía un "hijo rebelde sin causa", el primer año de instituto fue horrible, os compadezco. Se contagian el primer día con esos alumnos que no van a estudiar, sólo a incordiar, lo "malo" se aprende pronto, es lo más fácil.

El primer año es fundamental, la clave, para evitar que mi hijo se aburriera con los estudios, nos pusimos en contacto (visitas, teléfono) con su tutora y jefe de estudios, les dimos permisos para castigarlo si fuera necesario, el peor castigo fue recoger todas las latas de refrescos que tiraban al suelo. Nos avisaron antes por teléfono, al padre le pareció excesivo, al final les dijimos qué adelante, acertamos todos, "el pavo ese día se fue". Pobrecito lo que le queda aún por conocer como no sea su propio jefe.

Maestro paciencia, la burrocracia que la rellenen ellos/as, hacen con ustedes como con los médicos de familia, son unos frescos/as.

Abrazos

Juan Antonio González Romano dijo...

El sistema antiguo tenía aspectos que ya no son válidos. Por ejemplo, se ha pretendido ganr en la universalización de la enseñanza, y eso es más que positivo. Existía un carácter elitista que ya no era parejo a los tiempos que corren. Pero el sistema actual ha demostrado ser ineficaz: mal diseño, escasa formación del profesorado para los nuevos tiempos y los nuevos métodos (entre otras cosas, porque no se ha posibilitado que esto no sea así), escso interés de la administración por atender los problemas reales, desinterés social y familiar, nulas alternativas en la escolarización obligatoria... Y paro, porque me has tocado las palmas y me conozco.
Un abrachop.

Las hojas del roble dijo...

Ni la una ni la otra: IN RES MEDIA VIRTUS EST.

José Miguel Ridao dijo...

Yo tengo treinta y doce, Olga. ¡Ay, aquel COU! Recuerdos compartidos con Alejandro y el Capitán...

Eso que ganaste, Maile. Hoy día también hay quien usa el ventilador, no te creas.

Buena respuesta, Javier. Ambos extremos están viciados. De nuevo sale: Virtus in medio est.

José Miguel, veo que tú también te limpiarías el culo con las programaciones. Somos multitud...

Pues algo falla, Rafael. Será que las personas del siglo XXI no tienen hombros...

Muy lúcido tu comentario, Zim. Yo también creo que la princpal responsabilidad en la educación recae en la familia. Y los correctivos son muy necesarios. ¡A quién se le ocure reformar el Código Civil!

Muy bueno tu comentario también, Pasión, y aleccionadora la experiencia de tu hijo. Con perdón, me cago en la burrocracia y en los burros que la diseñan.

Otro abrachop, Juan Antonio. Qué nos vamos a decir que no hayamos dicho, ¿verdad?

Abrazos pesioptimistas.

José Miguel Ridao dijo...

Eso mismo, 69. Te concedo la bellota de plata.

Juanma de la Torre dijo...

Gracias a la leche que se llevó Pepín, este aprendió respeto y el resto a poner las barbas en remojo.

Nada más lejos de lo que sucede hoy en día.

Er Tato dijo...

¿No dicen que la letra con sangre entra? Pues eso. Ahora en serio, si sustituyes el ¡FLAAAAS! por un ¡Tú chaval, fuera de clase y mañana, si quieres entrar, vienes acompañado de tus padres!, te lo compro.

En cuanto a lo que dice mi querido profe Juan Antonio, voy a discrepar. Yo tengo cuarenta y cinco y no recuerdo ese carácter elitista del que hablas. Estudié BUP, COU y la carrera con becas, como muchos de mis compañeros porque mis padres no podían pagarme ni el instituto. ¿Elitista? Sólo académicamente hablando ¿Y eso es malo? Esa era precisamente su cualidad más importante y la que se ha perdido a velocidad de vértigo. Universalización sí, igualdad de oportunidades sí, pero no a costa de la universalización de la mediocridad.

Un par de abrazos

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Silencio!

José Miguel Ridao dijo...

Tú lo has dicho, Juanma, y lo que le dolió a Pepín fue el orgullo. A lo mejor hasta le hicieron un favor.

Estoy contigo, Tato. El elitismo en nuestra época era ya muy relativo. Quien valía y quería podía estudiar, y tu ejemplo es claro. Lo de ahora es mil veces peor.

Javier, no levantes la voz, joder. ¡¡SE SIENTEN, COÑO!!

Abrazos condoscojoneros.

José María JURADO dijo...

Blando, el sistema propuesto me parece todavía, blando.

Un abrazo :-)

José Miguel Ridao dijo...

Ya, José María, pero tampoco es plan de escandalizar a mis lectores. Además, imagínate que un inspector entra en mi blog...

Juan Antonio González Romano dijo...

Por alusiones: yo no he dicho que el BUP fuera elitista, repasen bien mi intevención. Tampoco en el BUP se pegaba a los alumnos. Ni a las alumnas, claro. En el sistema previo, tal vez, y ese sí tenía un punto elitista (si lo comparamos con una ESO actual, es innegable).
Yo soy hijo de maestro y ama de casa y pude estudiar gracias a las becas, incluida la universidad. Pero el sistema del BUP, mejor que el actual, es inviable cuando se amplía la obligatoriedad a los diciséis años (que es un avance social si se sabe hacer, cosa que no ha ocurrido, desgraciadamente).
Abrazos para Tato y acrachops para José Miguel.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias por la aclaración, Juan Antonio. Cuando alguien dice "por alusiones" siempre me acuerdo de un sketch de Martes y 13, en que imitaban una tertulia con José María García y se metían con él. Cuando éste decía "Por alusiones" saltaba Josema: "Por alusiones, agárrame los cojones". Ya ves, te has librado del premio...

Mono Burgos dijo...

Muchas gracias por esos ánimos que dáis a los futuros y futuras....profesores y profesoras (como soy opositora tengo que practicar con el vocabulario que quieren escuchar los tribunales). De todos modos y sin haber dado aún clase estoy más de acuerdo con el sistema antiguo que con el actual, fomentado por aquellos políticos y políticas "progres" que llevan a sus hijos e hijas a estudiar a colegios privados en los que se estila la mano dura y en los que se prima la capacidad de esfuerzo: ¿que paradoja no?.

Un beso

Pd: saludos de Pitusa que te lee a diario pero que no se anima a escribirte.

José Miguel Ridao dijo...

Veo que coincides con nosotros, mono, y eso que aún no has empezado. Pero bueno, no es para tanto en realidad. Algo exageramos. Además, tú serás una privilegiada.

Recuerdos para Pitusa, y cuidadín que no hay dos sin tres.

Ah, y mucha suerte.