Once años ya, y parecen dos segundos. De nuevo compruebo que el tiempo es caprichoso y no corre igual para todos; ni siquiera para mí dura lo mismo una hora de felicidad o de sufrimiento. Y lo rápido que avanzan las horas hace que se alejen de nosotros tanto, y a la vez tan poco, que parece que todos esos momentos felices han venido corriendo detrás.
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Vuelven desde el pasado recuerdos de olores: de la primera vez que fui a Alájar, o ese viaje de fin de curso que hice a Portugal en la adolescencia, o a la Galicia rural de pazos y cruceiros, y por encima de todos ellos el olor de un domingo de Ramos junto a una tapia cuajada de buganvillas. Son olores mezclados con sensaciones, olores irrepetibles y teñidos de nostalgia y melancolía. Resulta sorprendente que se pueda recordar un perfume de lavanda, o la emoción al ver el mar desde un acantilado, o la incertidumbre del primer amor. Cuando hablamos de recuerdos casi siempre se trata de algo que nos sucedió, o de algo que hicimos en un momento dado, o de otras vidas y lugares remotos, pero recordar un olor traspasado por la magia de un momento... eso es un acontecimiento efímero que hay que disfrutar como un regalo que nos hace nuestra alma al rescatar nuestro pasado más intenso.
20 comentarios:
Preciosa entrada de recuerdos y olores, en lo que estamos de acuerdo. Es como si fuera automático cuando olemos un aroma conocido de otros tiempos la imagen no viene a la mente.
Espero que recuperes tus aromas olvidados
Saludos.
Esta es la tesis sobre la memoria de Proust: el tiempo recobrado.
José Miguel,
nada , o sí.
Recordaba ahora, leyendo la entrada de tu blog, tus recuerdos llegados desde el alma, el último encuentro de Los Mercuriales.
Ocurrió en Junio, y parece que fue ayer.
Un abrazo
Monsieur RIDAO:
¡Mira que es difícil recordar un olor o un sabor!
Está usted muy proustiano hoy.
Salu2 magdalenienses.
Ummm,yo recuerdo el olor de la nocilla en mis bocadillos,y otros olores que no puedo poner,ummm,pero me gusta recordar.
Un beso oloroso.
Susana: yo más que a eso me refiero al recuerdo directo de los olores, sin mediar un olor actual. A veces me sucede, aunque muy raramente.
José María: aún no he tenido ánimos (o cojones) de emprenderla con la obra de Proust.
Recuerdo de los recuerdos, Ramón. Lo pensé al hacer la entrada, si sería posible. Tú recuerdas mis recuerdos, pero ¿eres capaz de recordar tus recuerdos?
Lo de la magdalena sí lo sabía, Dyhego, pero no he pensado en Proust al hacer la entrada. ¿Se habrá colado en mí su espíritu?
El olor de la nocilla es único, Paqui. Y el de la televisión en blanco y negro mientras veíamos el anuncio.
Abrazos inolvidables.
Estoy totalmente de acuerdo con esta entrada; un olor determinado desata inmediatamente un resorte en nuestra memoria y acuden imágenes que recobran toda la fuerza del momento vivido.
Para mí, desde luego, el olfato es un sentido fundamental.
Once años...once segundos ¿quién puede medir ciertas sensaciones?
Un abrazo
No se puede medir, Mery. A lo mejor Proust...
Un beso.
El olor que más me gusta es el de mis hijos luego el de mi perfume , el del vino el de mi cama , en realidad todo lo que huela bien me gusta recordarlo.
Yo creo que se recuerdan los olores de los momentos que nos impresionaron, sobre todo para bien. Los olores de los sitios donde se ha pasado mal se olvidan, al menos a mí.
Donde yo vivo, los dos olores más dominantes son los del estiércol y los fish-and-chips shops (según como sople el viento). Así que me alegro de haber crecido en Sevilla: el olor de la sandía rojísima, de los melocotones, de la tierra mojada, del incienso, del jazmín y del azahar...
No recuerdo ni como me llamo, José Miguel.
"Me lo repiteee". Estoy sordo del oído izquierdo.
Un abrazo
Solo hay dos olores que permanecen siempre conmigo.El olor a mar y el olor de una crema o jabón de Rochas,- creo que era.
El mar. Que putada tenerlo tan lejos.
Sí que eres afortunada, Sara. No sé por qué yo pensaba que por allí olía a tierra mojada, a turba, a brezo...
Pero hombre, tú te llamas Marce... Marce... ¡que no me sale!
Bienvenido, aprendiz de brujo. Al menos te quedaste con el olor del mar. Los que viven en la costa ni lo notan ya.
Abrazos.
Solo los poetas transmiten esas sensaciones a la perfección.
¡Enhorabuena!
Un beso
Pues ami me gusta recordar el olor de mi madre,que siempre olía a rosas,y el olor de la pipa de mi padre( y eso que odio el tabaco),también me gusta recordar el olor de la casa de mis abuelos en el pueblo,que olía a campo,y la casa de mis abuelos paternos,que olía a libros,y el olor del mar,y el olor de las risas cascabeleras de mis amigos,y me encanta el olor de mi casa,que siempre huele a flores,que pongo cada día frescas,recién cortadas,y me gusta despertarme y oler la vida,pero el mejor olor que recuerdo es el de mi madre.
También me gusta el olor que queda después de una tormenta.
¡Once años, ya!
Mis felicitaciones para Lola, los niños y también para ti.
Es evidente que el tiempo ha volado como tu pelo, querido amigo.
Tengo la maldición de tener un olfato finísimo...por suerte mi memoria es selectiva.
Pues a mi tambien me gusta el olor de la mar, y el de los perfumenes que utilizamos en la empresa donde trabajo (no tengo más remedio que me gusten !me dan de comer!) y como le dije a la amiga Susana: ¿al final alguién supo a que olian las nubes? es por curiosidad.
Un estrechón de manos.
Muchas gracias, Veridiana. ¡Qué gran cumplido!
¡Qué despliegue de olores, Rocío! Se nota que eres una persona vitalista y alegre.
Gracias, Álex. Se las mando. No sé a qué te refieres con lo de mi pelo, si lo conservo intacto.
MPVX2: tu memoria selectiva es un regalo, eres muy afortunada.
Naranjito: yo no, desde luego. Haces bien en aliarte con los perfumes inevitables.
Abrazos perfumados (aclaro: no estoy en el trono).
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