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¿Crisis...
... What crisis? Es la pregunta que se hacen muchos al comprobar el enorme contraste entre las apocalípticas noticias que nos llegan a diario sobre cifras de paro, primas de riesgo desbocadas, riesgo de quiebra del país, arcas públicas con telarañas y familias enteras que deben sobrevivir con cuatrocientos euros mensuales, y la realidad que observamos al salir a la calle, con los bares y los restaurantes llenos, tiendas atestadas de gente comprando sus regalos de Navidad, rostros relajados... en definitiva, un panorama que, sin los excesos de los años del pelotazo, aparenta una normalidad absoluta. No seré yo, desde luego, quien obvie el drama de muchas familias que no pueden salir a comprar ni a divertirse: algunos lo están pasando realmente mal y deben acudir a centros de beneficencia, pero creo que su número no es muy significativo. ¿A qué se debe, pues, esta sorprendente situación? Quiero traer hoy algunas pistas al respecto:
- La familia: vivimos en un país en el que, por fortuna, las familias permanecen muy unidas, y cuando alguno de sus miembros tiene dificultades raramente le faltará un plato caliente y una cama donde dormir. Esto es algo que por ahora se mantiene en las culturas mediterráneas como la nuestra, mientras que en el mundo anglosajón, y pienso en los estados Unidos como ejemplo, las personas están muy desarraigadas: viven a miles de kilómetros unas de otras; se ven una vez al año, el índice de divorcios es muy alto, y se ven obligadas a valerse por sí mismas.
- La economía sumergida: es éste un argumento que se emplea recurrentemente: que en España y muy especialmente en Andalucía hay una gran parte de la actividad económica que no aflora, pero que permite vivir cómodamente a muchas familias que oficialmente no tienen ingresos y engrosan las listas del paro. Nadie sabe a cuánto asciende esta cifra, pero todos los indicios, las experiencias que tenemos con conocidos, hacen apuntar que es muy alta.
- El altísimo porcentaje de gastos superfluos: la sociedad consumista, que tanto daño está haciendo a las personas, juega en este caso a nuestro favor, pues en los años buenos hemos dedicado una gran parte de nuestros ingresos, acaso el 70% en muchos casos, a adquirir bienes y servicios de los que se puede prescindir. Queda, pues, un margen muy amplio para afrontar las necesidades básicas con unos ingresos menguados.
- El "autoconsumo": se trata de una de las actividades económicas más olvidadas y, sin embargo, más importantes para valorar la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. Cuando una persona hace personalmente una actividad para la que antes recurría a un profesional, a pesar de que no habrá movimiento de dinero su necesidad quedará cubierta. Pensemos, por ejemplo, en pintar la casa, realizar las labores del hogar, cultivar un pequeño huerto y muchas otras.
Seguramente se me quedarán en el tintero otros motivos que en cierto modo nos pueden tranquilizar matizando unos datos que, siendo evidentemente muy malos y peligrosos para nuestro futuro, no hay por qué tomar con tanto miedo, sino afrontarlos uno a uno, poniendo manos a la obra y haciendo uso cuando sea necesario de esos "colchones" salvadores.
6 comentarios:
Sevilla, sin ir más lejos...
quítale funcionarios, servicios y empresas públicas en general, policías, ortobuses, etc... qué te quedan... turistas, estudiantes, demandantes de empleo, arquitectos en la niebla, vendedores, oficinistas de banco, jubilados y taxistas...
economía retroalimentada, cerrada e improductiva...
lo que ves en la calle no se veía antes porque había que trabajar... una marea humana forzada al paseo con sus hijos consumistas... es la calma chicha que precede a la tormenta de una administración en quiebra y ridículamente maquillada para su gran cita... coming soon...
ayer estuve con un compañero tuyo, profesor de la US y del grupo de investigación AREA... después de su perfecta exposición de los desencadenantes de la situación actual... sólo me salió decirle: los economistas sois unos tíos superentretenidos...
Lo del autoconsumo lo dirás por nuestro A.R., el fontanero.
Un autoabrazo, que está la cosa muy mala.
Esa pregunta me la hago yo muchas veces ¿de dónde saca la gente?
Mi teoría es la cantidad de economía sumergida que hay y disfrutan muchos en detrimento de los que cotizamos cada día más y que, también cada día, quedamos menos.
Un abrazo generoso, aunque estoy tieso como una regla.
eresmicruz: es acojonante ese artículo, no porque sea bueno, sino porque da miedo. Me ha parecido entender que a las malas queda la emigración "en primera clase", pero vamos, que la crisis os ha pegado bien. Yo no pretendo frivolizar con la situación, sino hacer ver que el drama no es (aún) tan grande, por esos colchones de que hablo, que están ahí. En lo de "superentretenidos" te doy la razón, los economistas nos lo pasamos pipa desde la barrera explicando la faena; ahora bien, el próximo toro... cualquiera lo ve venir. Pero vamos, que el entretenimiento se acabará, por un lado o por el otro.
Es verdad, Fernando: nos leyó un poema "anticrisis".
Rafael: mejor tieso como una mojama, que es más útil ahora que la regla, que se lo digan a eresmicruz.
Abrazos amojamados, que no jamoneados.
ese artículo es una verdad tangible... la mayoría de mis amigos de la escuela, mi antiguo socio incluido, ya están en sudamérica... emigración first class, tú lo has dicho... los aviones salen llenos de españoles cualificados y vuelven repletos con nuestro servicio doméstico... tristísimo y sin perspectivas...
salgo ahora mismo para Fuenteheridos... creo que el pleno donde se iba a aprobar la Ordenanza sobre Aprovechamiento de Bienes Comunales todavía no se ha celebrado... así que entraré en la Peña por derecho adquirido...
un abrazo friolero...
Pues sí que es triste, algún día cambiará, esto lo mismo va que viene. Yo salgo esta tarde para Alájar, intentaré que se celebre el pleno esta misma noche para que puedan atracarte legalmente. La toma de la Peña es tarea casi imposible, no te lo recomiendo, la defienden a cantazo y castañazo limpio. Nos vemos allí, ya veré de qué lado me pongo...
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