martes, 28 de abril de 2009

Phaloides


Ayer salí temprano a buscar tanas. Hay que aprovechar los pocos días del otoño cuando salen, en casa nos ganamos un buen dinero vendiéndolas a los turistas. Fui al sitio que sólo nosotros conocemos, por el camino de los molinos. Cuando pasé por la ribera, junto a la extraña piedra con la inscripción, me encontré con un niño que no conocía, seguramente estaba con sus padres en las casas rurales. Iba vestido como de domingo, con pantalones bombachos, y me dijo que se llamaba Cristóbal. Al verme con la cesta me advirtió que tuviera mucho cuidado con unas setas que cuando acaban de salir se parecen mucho a las tanas. Dijo que son las setas más exquisitas de todas. Yo ya lo sabía, todo el mundo en el pueblo lo sabe, son iguales que las tanas pero el sombrero es verdoso en vez de colorado. Al volver a casa con la cesta llena se lo conté a mi padre, y se quedó pensativo. Me dijo algo que nunca olvidaré: nadie que haya comido la phaloides ha sobrevivido para decir a qué sabe.


Foto: Estela funeraria. Camino de los molinos, Alájar (Huelva). Leyenda: "Aquí se ahog0 D. Christobal Lopez Cabailero de edad de 10 años. Rueguen a Dios por él. Año de 1800".

13 comentarios:

Liliana G. dijo...

¿Ahora el fantasma de un niño te quiere llevar a la tumba?
Pero José Miguel, ¿es que la abstinencia blogueril te ha llevado a tal punto?
Ciertamente es un estupendo relato, pero tanta seriedad de tu parte me deja perpleja...

Mis cariños, José Miguel, ¡y adelante con la creación literaria! ¿Has visto que se puede?

(En Argentina, "tanas": mujeres italianas, jajaja)

Máster en nubes dijo...

Justo lo que necesita antes de ir a dormir: una historia de miedo.

Y una de mis perras se llama Tana, ay.

En fin, en cualquier caso algunos cementerios me gustan para pasearlos. Viva, claro.

Un abrazo y que duermas si te deja el tierno infante

Aurora

Alejandro Muñoz dijo...

Pelos de punta, carne de gallina. Por fin visita tu blog un fantasma de verdad.
He mandado a tu correo tres fotos tomadas en el mismo sitio. En la primera (tú de espaldas) se aprecian con poco detalle. En las otras, los protagonistas son dos niños sentados junto a la caída de agua, a 20 metros del pedrusco.
¿Qué edad dirías que tienen?
Es evidente que se trata de una coincidencia, aunque daría para un programa en la tele.

Mery dijo...

Los pantalones bombachos me hicieron sospechar...
Los pelos de punta se me han puesto al acabar el relato, mira que eres, a estas horas.

Un beso (qué a gustito estarás en el campo)

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Tana, TANA, tana. menuda coincidencia.

José Miguel, ¿es ficción?

Es que si lo escucha Iker, te lleva a Cuarto Milenio.

Un abrazo.

Pd. La inscripción, una obra de arte, como las flores depositadas en las cunetas.

José Miguel Ridao dijo...

Hola, Liliana. Habrás comprobado que de vez en cuando me da por ponerme serio. En realidad me he planteado alguna vez abrir un blog dedicado al humor (el título sería “El desblojono”), y dejar los andurriales para cosas más serias, más que nada para evitar el contraste, pero también pienso que el contraste es bueno, al fin y al cabo así soy yo. ¿Tú cómo lo ves?

Bienvenida de nuevo, Aurora, espero que duermas bien. Te aseguro que aparte del miedo el sitio tiene mucho encanto, es mágico. Es curioso que tu perra se llame Tana, y lo que dice Liliana de las mujeres italianas. Aquí una tana es la seta llamada amanita cesarea.

Álex, corro a ver las fotos. ¡Qué miedo! Uhhhhh

Es verdad, Mery, tenía que haber ido en vaqueros, ¡cagüendiez! Y si lo cambio ahora se me ve el plumero.

¿Ficción, Javier? ¿Quién sabe qué es ficción y qué es realidad...?

Un fuerte abrazo, yo sigo de vigilia, desde que Gonzalito ha venido al mundo trata de aprovechar bien las noches.

Liliana G. dijo...

Lo veo estupendo como está José Miguel, nada de abrir otro blog. "En la variedad está el gusto", se dice por aquí.
De tal modo que me encanta que hagas estas mezcolanzas intrépidas. Jajaja
Cariños.

Ricardo dijo...

Està visto que hay sitios donde da gusto vivir, y ante semejante làpida y dado lo "delicioso" del proceso, puede que hasta dé gusto morir

H dijo...

Me encanta.

La leo varias veces para disfrutarlo aun más.

Por cierto Alex "necesito" ver esas fotos, yo creo que tengo otras igual incluso con los mismos 2 niños o puede que con 4. ¿Sigue siendo una coincidencia o lo mandamos directamente a la tele?

José Miguel Ridao dijo...

Todavía no he podido ver las fotos, el pinganillo este es una tortuga. Estoy deseando...

bambu222 dijo...

Inquietante relato,el niño me recuerda a ciertas imágenes de alguna película de miedo y encima se llama Cristobal que creo que es el patrón de los caminantes¿ángel que avisa o demonio que tienta?...pues eso,que prefiero no pensar en esto, me dá hasta miedo.Felicidades por el texto.

Olga Bernad dijo...

Es muy inquietante, José Miguel, tiene algo becqueriano y un aire muy "azul".
Me ha gustado mucho leerlo.
Abrazos.

José Miguel Ridao dijo...

Me alegro de que te gustara, bambu. No sabía que San Cristóbal era el patrón de los caminantes.

¿Tiene aire blue, Olga? No había pensado en lo de Bécquer, es todo un elogio.

Vuestros comentarios me animan a escribir más relatos cortos. Muchas gracias, y un fuerte abrazo.