lunes, 6 de abril de 2009

Plenitud


Hoy tengo muchas ganas de contarte
lo mucho que has llegado a comprenderme,
las veces que he yacido en tierra inerme
y el daño que me hice al no buscarte.

Hoy tiemblo de emoción al despertarte
y entrar en tu mirar para perderme,
ni el tiempo arrasador podrá valerme
de bálsamo si tengo que olvidarte.

Buscando tercamente la belleza,
pensando día tras día en el momento,
viviendo mi dolor con entereza,

cesó en un solo instante mi lamento,
salió mi corazón de su corteza
y fuiste desde entonces mi sustento.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi no hay nada que me guste más que perderme en el mirar de Los Ojos Verdes, ahí y sólo ahí encuentro un resquicio de que a lo mejor es posible que exista ese dios que buscamos entre música y procesiones;y que yo no encuentro.
Ángeles

Rosna dijo...

Es simplemente eso , la plenitud del amor . Preciosos versos Ridao san, la "plenitud " de dicha con la Visión Divina , la mayor bendición del amor es que está siempre ahí , en nuestro interior . Por eso no tenemos que aferrarnos a nadie , para sentir amor ,la Madre Naturaleza cuida de tod@s .
Buena semana !!!
Rosna

José Miguel Ridao dijo...

Yo tampoco lo encuentro, Ángeles, pero por ahora me basta con los ojos.

Me alegra que vengas, Rosna. Coincido contigo en que la plenitud pasa por el amor.

¡Buena semana!

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Inspiración musical señor Ridao para estos enormes y bellos versos.

El comienzo simple y muy sincero, pero vas creciendo a la luz, a la mirada para perderte, sustento en el corazón.

Amor, José Miguel, amor.

Me ha encantado, te lo has currao amigo.

Enhorabuena y un fuerte abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

En el cuarto verso, amigo, creo que está la unión entre nuestras entradas. Feliz semana santa.

Ricardo dijo...

Hoy no tengo comentarios, a buen entendedor, ...

Julio dijo...

Efectivamene, inspiración musical que rezuma en el uso insistente de la similicadencia. Sonetista nos salió Ridao. Hermoso poema.
Un abrazo.
En lo de Plenitud te ha salido el antiguo alumno que llevas dentro.

Liliana G. dijo...

Hola José Miguel:

¿Pero no era que no entendías nada de versos? Y ahora salís con un soneto... me da espina José, que ya me has amenazado con hacerme "caer".

Copio y pego: "Sé más de economía que de poesía".

Una de dos, o sabés más de lo que decís, o sigue siendo una trampa. So riesgo de "caer", tengo que decirte que el soneto está espectacular, te has lucido.

Mi beneplácito, un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Javier, muchas gracias, siempre eres elogioso conmigo, pero esta vez te lo agradezco más, viniendo tus palabras de quien vienen, y tratándose de versos. Currao está, pero es lo único que sé con certeza. En prosa voy seguro, en verso avanzo a tientas.

Jesús, ¿precisamente en ése? Creo que ahí se unen, pero siguen unidas un tiempo. Yo creo que la plenitud no es un estado, sino una búsqueda.

No sé, Ricardo, ya te preguntaré off the record.

Julio, te confieso que he tecleado en google "similicadencia" y me he quedado un poco igual, pero si te ha gustado yo encantado. No había pensado lo del antiguo alumno, pero por algún sitio tenía que romper.

Liliana, es verdad lo que te dije, aún espero que me llamen para sacar al mundo de la crisis;-)
Fuera de bromas, la literatura es un mundo fascinante, siempre me gustó la prosa, pero desde que estoy en esto del blog leo por primera vez poesía, y de la buena, tu cuaderno es un ejemplo. No pude resistir la tentación.

Un abrazo emocionado, os confieso que me lo pensé mucho antes de colgar esta entrada.

Liliana G. dijo...

Snif, ahora la emocionada soy yo... y todavía quedo con cargo de conciencia por desconfiada.
Mis disculpas don José Miguel, usted se las merece. Ha logrado el ejercicio de la maestría en ambas disciplinas.

Un caluroso abrazo por haberse animado con éxito...

Alejandro Muñoz dijo...

Límpiale de nuevo las lágrimas a alguien que tienes muy cerca.
Bello poemo

Olga Bernad dijo...

¿Quien dijo miedo?
Me parece muy valiente hacer sonetos, José Miguel. Te felicito.
Muy buena Semana Santa para ti y para tu familia, especialmente para el pequeño poeta que conocemos (¿seguro que no te ha soplado algún verso?)
Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

La próxima, Liliana, buscaré un soneto perdido de Lope, Quevedo o Góngora, a ver si tragas el anzuelo;-)

Álex, aquí ni lloran ni na, haga usted sonetos para esto.

Olga, es verdad que fui valiente, aunque bien pensado no tengo mucho que perder, partiendo como parto de cero, salvo exponerme en esta ventana. Al petit poète lo tengo apartado de mi cuaderno, que me está robando protagonismo;-) Una última cosa: si no me comentas en mis entradas poéticas lo entiendo muy bien, de hecho pensaba que no ibas a hacerlo. Tenemos que librarnos de servidumbres:-)

Un abrazo martesantero

Olga dijo...

No seas así, que yo no tengo más servidumbres que las libremente elegidas siguiendo la ley de la apetencia y el Dios los cría y ellos se juntan;-) Aunque es cierto que a los de entrada diaria me cuesta pillaros en todas, sobre todo el día que yo publico. No llego.
Pero siempre está usted en mi corazón, también sus sonetos.

Juan Antonio González Romano dijo...

El arte, amigo Ridao, es la recompensa de los valientes. Enhorabuena por el soneto.
Un abrazo de Martes Santo.

José Miguel Ridao dijo...

Pues si es así mucho mejor, Olga. Eso no son servidumbres, sino afinidades, las mismas que tengo yo.

Gracias, Juan Antonio, por esta vez me he librao de la corná. Espero que disfrutaras de Santa Marta, hubo suerte con el tiempo. Por cierto, me he enterado de que eres de la Amargura. Mis tres hijos son hermanos, y en cuanto nazca el siguiente lo será. A mi suegra, la de los gatos, la apuntaron antes de nacer, y últimamente hace la estación de penitencia que no pudo hacer de joven.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Hoy coincidimos en entrada soneteril, amigo. Este, muy profundo, muy bueno. Me gusta que seas valiente, ole. Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Corro a leer tu entrada, Octavio, y valoro doblemente tu opinión, viniendo de un maestro sonetero consumado. Un abrazo.

Mery dijo...

Veo que la Semana Santa inflama las almas en sonetos y la plenitud nos llega a los que os leemos, de este modo.
Coincidente con Jesús Cotta en el fondo, con Octavio en la forma y también en el fondo (de alguna manera).
"Y el daño que me hice al no buscarte" me parece un verso sublime, aunque esta palabreja parezca cursi.
Me gusta mucho tu plenitud; imagino que a quien va dedicada mucho mas.
Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Te gusta el mismo verso que a mí, Mery; creo que has entendido perfectamente lo que siento. Gracias una vez más por venir.

Mery dijo...

No, gracias a ti.