viernes, 21 de agosto de 2009

Economía andurrialera (III)


LA CRISIS


No podemos confiarnos. El fantasma de la crisis sobrevuela nuestras cabezas. La misma ola que nos llevó al cielo puede hacer que bajemos a los infiernos.*


Siguiendo con este peculiar curso de Economía, abordo hoy el asunto económico más temido en la actualidad, motivo de conversaciones sin fin, de debates políticos, de predicciones agoreras y, lo que es peor, de dramas familiares vividos bajo la alargada sombra del paro, la cara verdadera y palpable de toda crisis, por mucho que algunos se empeñen en ver otras.

Parece que ahora en verano se habla menos de esta crisis que venimos soportando desde hace ya bastante tiempo. Eso es bueno, señal de que el personal aún tiene ganas y, sobre todo, dinero para divertirse, aunque no sea al mismo ritmo que hace unos años, una quincena en vez de un mes, una ración de chorizo en vez de jamón, pero si todo fuera eso... “Lo peor está por llegar”, dicen algunos adivinos, y a partir de septiembre, con la vuelta al trabajo (el afortunado que pueda) volverá la cantinela. Puede que sí y puede que no; puede que dure mucho o que dure poco, quién lo sabe. Yo, desde luego, como economista, no tengo ni la más remota idea, y respecto a mis colegas que hacen afirmaciones categóricas, una de dos: o mienten como bellacos o no tienen ni pajolera idea de Economía.

Pero, ¿qué es una crisis? Al margen de definiciones más o menos académicas, podemos decir que una crisis o recesión es la fase descendente del ciclo económico. Es decir, dentro de la montaña rusa que es la economía de un país, la crisis es cuando toca cuesta abajo y va todo el mundo acojonado subido en el vagón. Cuanto más dura es la crisis más fuerte es la pendiente y más acojonados vamos, y a alguno a veces hasta le da un infarto. La buena noticia: que no hay cuesta abajo que no tenga fin, y llega un momento en que el vagón toca fondo, pica hacia arriba y los pasajeros respiran aliviados. Eso es una crisis, no hay más, cuando toca toca, y a algunos les toca más que a otros, y se quedan sin trabajo, y lo pasan mal, muy mal, y a veces hasta se tiran por un balcón porque sus acciones han quedado reducidas a nada o porque no pueden soportar la vergüenza de que sus vecinos les vean sumidos en la pobreza. Pero no debemos perder de vista una cosa: hay miles de millones de personas que no sienten los efectos de una crisis, sencillamente porque son tan pobres que no pueden estar peor. El hambre y la miseria no conocen de crisis...

Un poné...

Qué mejor poné que la crisis que estamos padeciendo ahora mismo, en España y en el mundo. La cosa empezó, parece ser, con unos banqueros yanquis imprudentes que prestaron dinero a quien no se lo tenían que prestar, y con esos préstamos hicieron productos financieros harto sospechosos, paquetes basura les llaman, que vendieron a un precio atractivo en todo el mundo, sin que el comprador supiera que compraba humo, mierda, bombas de relojería. Hasta que un día las bombas explotaron todas a la vez y, gracias al maravilloso invento de la globalización, nos fuimos todos a tomar por saco, unos antes y otros después (de hecho, todavía seguimos volando, a ver cuándo y dónde aterrizamos). Al principio como que no hubo demasiados dramas: se empezó a perder empleo, pero como hay subsidios, para comer llegaba, y para alguna cervecita también. Luego empezó la cosa a ponerse más seria y el gobierno respondió con medidas anticrisis como más subsidios, financiación de obras innecesarias en todos los municipios de España... y por supuesto, como no hay dinero en las arcas públicas, pues se pide prestado y ya está. Eso se llama en el argot económico política fiscal expansiva, y yo lo llamo en mi propio argot barbaridades en expansión.

Habrá que esperar acontecimientos, el año próximo se presenta duro, pero creedme si os digo que saldremos de la crisis, no sé cuándo pero lo haremos, y eso será a pesar de los políticos.

* La cita está extraída del libro Economía en diez capítulos. Fundación Ecoem. Sevilla, 2007. Autor: yo mismo mismamente.

13 comentarios:

Juanma dijo...

Yo no tengo ni idea de economía. Ni quiero tenerla. Hay paises que dicen que ya van saliendo y comienzan esa cuesta arriba. No parece ser nuestro caso aún, ¿verdad?
Por fortuna, no estoy notando la crisis. No le pido a la vida grandes cosas (desde un punto de vista económico), nunca se nos fue la cabeza a la hora de comprar a base de sumar deudas y, lo que es definitivo, tengo trabajo. Tenemos trabajo los dos, Lola y yo. El paro (junto a los que están en crisis desde que nacen, como bien dices) es el drama. ¿Y sabes, Ridao?, no entiendo nada: pero no me creo que no haya formas útiles de crear empleo. Ahí deberían estar los esfuerzos y ahí, a mi parecer, se está metiendo la pata hasta arriba.

Un abrazo.

Er Tato dijo...

Mejor me callo ¿no? Ya sé que se trata de economía andurrialera, pero lo de los banqueros yanquis imprudentes... ;-P

Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

No, Juanma, no parece ser nuestro caso, aunque nunca se sabe... Muy buena la observación sobre las fórmulas útiles de crear empleo, y efectivamente, se está metiendo la pata hasta el corvejón, sin premio, ni siquiera eso les queda.

Hombre, Tato, no me chafes la historia, con lo simple y atractiva que resulta. Pretendo que esta entrada sea el inicio de mi camino al estrellato, como el Sr. Abadía. No me conformo con menos de 500000 visitas.

Abrazos, y recuerdos para el Manteca (el auténtico...).

Er Tato dijo...

Hecho, amigo. Pero a medias o te reviento la entrada.

El Manteca llegó de madrugada con una chavala de aupa. Dice que es una nueva becaria de la redacción, pero no sé yo, porque debe ser muy lista la condenada para haber terminado periodismo con escasos dieciocho años. Se marchó al amanecer canturreando y con los dedos manchados de tinta. O de tinte, no lo sé muy bien. Pero vamos, que le doy un beso de tu parte cuando lo vea.

Un abrazo

P.S.: No te olvides del trato, macho, o doy el cante. Y sí, es una amenaza. Ahora me voy a la playita que alguien tiene que levantar el país. Y los chiringuitos son país, mal que le pese a algunos.

José Miguel Ridao dijo...

No te aproveches, Tato, que la idea ha sido mía. Para ti el 25% y yo corro con los gastos. Lo que te gastes en la playa va a cuenta de tus ganancias futuras, ingresa 100000€ en la cuenta del banco andurrialero para ir constituyendo la sociedad.

Que disfrutes, y si ves al Manteca por la playa hazle una foto (a la becaria) y la cuegas.

Máximo Silencio dijo...

Zapatero tendría que bajar los impuestos, reducir el gasto público, saber hacer frente a los sindicatos y abaratar el despido, para que los empresarios salgan de la crisis. Algunos dirán que soy un burgues, pero no, mi padre es funcionario, vivo de las arcas públicas (humildemente)

Si los empresarios tienen mas dinero(política liberal), pueden contratar. Los contratados reciben un sueldo y estos pueden comprar. Los empresarios del mercado, reciben dinero y compran productos indusstriales... Y los empresarios de diversa indole les pagan a sus empleados y todos lo0s miembros de la cadena, aunque con impuestos bajos pagan al estado. Más gente que paga impuestos,con más gente que paga impuestos más altos (empresarios) (aun siendo bajos) y "tachán"

VAMOS RECUPERANDONOS... a menor impuesto público mayor recaudación... Pasó con Roinald Reagan

ZAPATERO NO ES TAN DIFICIL, SOLO HAY QUE SABER SER VALIENTE Y ESPERAR.

Ridao buenisima entrada, me ha dejado con buen sabor. Pero no hables de estos temas que me ponrs malo... jajajajajajajajaja

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Joder Ridao, y yo que creia que todo era un montaje de los economistas, mismamente.

Anónimo dijo...

No tengo tanto tiempo como para perderlo blogueando. Y ten cuidado si cuelgas esa foto de la chica en tu blog, aún no sé si ando del brazo de una becaria o de un virus.

Juan el Manteca.

José Miguel Ridao dijo...

Ojalá fuera todo tan fácil, Antonio, pero en Economía no hay recetas infalibles. No es malo hablar de esto (muy) de vez en cuando.

Menudo montaje, Javier, ni Houdini... Más bien nos la han montado, y bien gorda.

Coño, Manteca, qué honor, cuánto glamour para mi blog. No sabía que te manejases por los interneses. ¿No te estarás conectando desde la Taberna del Tato?

Abrazos sabatinos sin premio.

Liliana G. dijo...

Genial y nunca más acertada tu definición de crisis. Los que estamos del otro lado del mundo y ya la pasamos antes, no merced a un Yanqui sino a una caterva de políticos corruptos y propios, sabemos positivamente que existe el "rebote" salvador.
Y cómo será que nos han amasijado antes, que esta nueva crisis poco nos afecta, no porque seamos solventes sino porque no lo podemos ser menos que antes.

Felicitaciones profe Ridao, una vez más es un genio.

Besos.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Liliana. Eso que dices de la caterva me suena; debe de ser algo universal. Veremos cuánto dura la caída y cómo de fuerte es el rebote.

Un beso fuerte.

JESUS FIDELIS dijo...

La crisis era mala, pero las pocas y populistas decisiones que se están tomando contra ellas, son peor y alargan la cuesta de bajada del vagón, más de lo que debería.

José Miguel Ridao dijo...

Totalmente de acuerdo, Jesús.