miércoles, 12 de agosto de 2009

Soneto tributario


El IVA es la causa del tormento
de quien hace la compra en el mercado
o se toma un café descafeinado
sin ver que a papá Estado da sustento.

Y qué decir del triste sufrimiento
del autónomo siempre puteado
por los pagos que realiza acojonado
y lo poco que se atiende a su lamento.

IRPF, Seguridad Social,
IBI, IAE, licencias, Sociedades,
y un sinnúmero de calamidades
que tienen como meta principal

montar a Hacienda Pública en el taco
y a los contribuyentes dar por saco.

9 comentarios:

Liliana G. dijo...

Jajajaja ¡Muy bueno! Si no fuera por el "acojonado", bien lo hubiera podido escribir un argentino.
Perdón Ridao, sólo por el contenido, que el genio es todo mérito tuyo.

Besos.

Anónimo dijo...

Afortunadamente te tenemos de economista, para que saques poemas con tanto contenido fiscal y buen tono exaltado.
Besos.

José Miguel Ridao dijo...

No entiendo muy bien, Liliana: ¿no os acojonan los impuestos, o es que acojonado significa allí otra cosa?

Ha sido en respuesta a un reto que me lanzó Aurora en la entrada de ayer, Parsimonia, pero no viene mal, ¿verdad?

Dos besos.

Máster en nubes dijo...

Ridao, qué bien, gracias, gracias, gracias ....así si se lo recito al de Hacienda a lo mejor me hace descuento ;-)

Fíjate, que es que lo que más me fastidia no es ya pagar, sino todos los puñeteros papeles, va y viene, cada trimestre, más luego sociedades, y eso con gestoria, que si me toca hacerlo yo me muero.

Yo me sabía otro...

El impuesto es un tema molesto
que ocasiona problema sin par
y el que quiera saber del impuesto
que se tome las píldoras Drake

(ya sé que está forzado y mal hecho, pero se lo decían al profesor Drake allá por los años 80)

Er Tato dijo...

¿Impuestos en un soneto inglés? Te cagas, colega... ¡Qué rico está el gin tonic de Beefeater con el zumo de medio limón!

Un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Si sigues por el peligroso camino de la poesía, dejarás de ser un economista poeta y pasarás a ser un poeta economista y entonces te considerarán un tipo peligroso. Pero nosotros te defenderemos.

Marisa Peña dijo...

Bueno pues nada, lo has hecho, con un par...Como los poetas ilustrados que hacían odas a la imprenta y poesía satírica contra la ociosidad, pues tú recoges el guante y la haces sobre la burocracia económica.Muy bien, lo he pasado genial.Esta se la leo a mi economista particular a ver qué dice 8aunque él es muy partidario de los impuestos, no te creas...:)Besos guapo.

Liliana G. dijo...

Claro que nos acojonan José Miguel, pero no utilizamos ese término, hay un sinfín de improperios para suplantarlo, jajajaja.

Besos.

PS: Para serte franca no estoy muy segura del significado del término, sólo lo intuyo :)

José Miguel Ridao dijo...

Seguro, Aurora, lo puedes grapar a tu próxima declaración de la Renta. A mí lo que me molesta es que haya tanto fraude fiscal, y que sólo paguen los de siempre, y también me molesta el mal uso que hacen del dinero. Aparte de eso, soy firme partidario de un cierto Estado de Bienestar, y para sostenerlo hacen falta impuestos.

Tato, lo he hecho pensando en lo que recaudan los British exportando whisky y ginebra. A ver si consigo hacérselo llegar a Shakespeare vía Blogger (después de conversar con Darío, todo es posible).

No te preocupes, Jesús, lo negaré todo, y vosotros también, aunque nunca se sabe con esta Inquisición invertida que padecemos...

Marisa, dile a ver si hacemos juntos un libro de Economía del cachondeo. Yo hago los poemas y el diccionario.

Haber empezado por ahí, Liliana. Acojonado significa asustado, acogotado, cagado, jiñao... vamos, lo que Hacienda nos provoca cuando nos manda una carta. ¡Lo que aprendemos, yo lunfardo y tú andurrialero!

Un fuerte abrazo a todos.