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El misterio del tiempo
Me han dicho que no ríes como antes,
que el tiempo ha oscurecido tu mirada
y el brillo chispeante de tus ojos
es ahora apenas un vago reflejo.
Algunos pensarán que es ley de vida,
que después de los treinta todo cambia
y nunca volverán aquellos años
de ilusiones perdidas, de esperanzas.
Pero bien sé que eso no es así;
hubo un tiempo en que yo pude mirarme
todos los días en el mismo espejo
teñido de una pátina de luz y de promesas
eternas, aunque se apague la llama.
¡Como si eso fuera lo importante!
¡Como si no hubiéramos llegado
a comprender el misterio del tiempo
hace ya tantos años,
hace ya tanto tiempo!
La luz de marzo
adormece las olas.
Miro tus ojos.
19 comentarios:
¡Coño! José Miguel, perdón por la exclamación. Tienes una facilidad de escrbir poemas que... que sé yo. Con lo difícil que me resulta escribir poemas, sobre todo mostrarlo en público.
¡Jolin, vaya como es el niño! y yo con estos pelos.
PS: este comentario nace de la admiración.
Abrazos.
Qué final Sr. Ridao, que final.
un beso
Muy bien atrapado ese misterio del tiempo entre los versos .Y el haiku final muy acertado.
Besos fuertes, guapo.
Coincido con tus tres comentaristas, José Miguel.
R
Y respecto al haiku final, creo que no hace falta que lo repita. Es el que más me gusta y sabes que le tengo aprecio.
Un abrazo, amigo.
Agradezco mucho tus palabras, Ramón. Al principio me costaba mostrarlos, pero ya no. Es mi forma de publicar, y no soy muy exigente. Así aprendo.
Muchas gracias, Ángeles. He hecho trampitas: ese haiku ya lo publiqué solo el año pasado, pero venía com anillo al dedo para rematar este poema.
No creo que lo haya atrapado, Marisa. El tiempo siempre se escapa, el puñetero. Pero bueno, con el haiku al menos agarré un instante.
Ya lo sabemos, Álex. Muchas gracias por tu ayuda.
Dos abrazos y dos besos.
Un bonito poema, tocayo. 'Time is evil', decía Ezra Pound. Los poetas luchan, inútilmente, contra el tiempo, cuando lo mejor sería pararse y contemplar como tú pareces proponer. Un abrazo.
¿Y qué sería de los poetas si no existiera el tiempo? Media historia de la literatura desaparecería.
Me ha encantado. Y el haiku, pese a tener antigüedad, no huele a rancio, en todo caso a demasiado fresco (siendo de marzo...)
Un abrazo.
Estupendo final, el haiku,el aquí y ahora,resume lo que hoy sería el presente,broche de oro al poema.Abrazo.
Ojú Ridao, hoy me los has puesto mucho más difícil que ayr, ahí no soy capaz de seguirte ni desde lejos.
No he entendido nunca la poesía, pero la verdad es que cada vez me inquieta más cuando la leo.
Habrá que seguir insistiendo, digo yo.
Un abrazo
Gracias, tocayo. Ahí los japoneses son unos maestros. A veces conviene mirar hacia dentro, al tiempo interior.
Desapareceríamos todos, Fernando. O, mejor dicho, no existiríamos, o existiríamos de otra forma. Vaya lío... Se agradecen tus palabras.
Gracias a ti también, bambu. Ese haiku es para mí muy especial.
To es ponerse, Rafael. Y la poesía es como decían de la tónica en aquel anuncio.
Un abrazo agradecido a todos.
¡Qué bueno José Miguel! ¡Qué bueno! Me he quedado pasmado.
Un abrazo amigo.
Se te agradecen los ánimos, Alegre. Un abrazo.
He decidido salir del anonimato.
Simplemente me ha encantado. ¡Cómo envidio tu facilidad para escribir poemas!. De verdad, gracias por este poema.
Un beso
Haces bien, Valle. Yo con esto del anonimato siempre me acuerdo del economato.
Gracias a ti por tus palabras, que me vienen de perlas, no lo sabes bien.
Un abrazo, y suerte mañana.
José Miguel. Y si creo en Dios, ¿ me puedo agarrar también a la palabra?
Saludos
Bueno, Ramón, en este poema mejor agárrate a esos ojos salvadores.
¿Y tu ésto lo escribes así, en un momento, o te pasas el día puliendo aquí y allá?
Para remate, nos dejas un haiku.
Te felicito, de verdad.
Pues voy a pear de inmodesto, Mery. Es lo primero. A lo mejor si pulo "la cago", con perdón. Gracias mil por tus ánimos. Me encanta cuando entras por sorpresa en el blog y te pones al día. Ya tiene mérito.
Un beso de buenas noches.
Pues buenas noches otra vez.
Yo estoy convencida de que muchísimas veces la improvisación crea gozos semejantes.
Fuera la modestia absurda y olé tus narices.
Felices sueños
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