Esta mañana, cuando llevaba a mis hijos al colegio en el coche, me preguntaron que a dónde íbamos. Lo suelen hacer con frecuencia con la esperanza de que les anuncie un destino más prometedor. A veces les digo que vamos a Alájar, pero saben que les tomo el pelo y protestan, y otras veces, como hoy, le digo a Ignacio, que es quien se lo cree, que vamos al Castillo de las Guardas. Allí hay una reserva de animales de todo tipo: tigres, elefantes, rinocerontes... que visitamos hace un tiempo. Suelo decir a Ignacio que iremos allí, que le dejaré en la jaula de los leones y volveré para llevar a sus hermanos al colegio. Al principio lloraba, paro ahora se limita a enfadarse y a pedirme gritando que no diga más tonterías. Como podéis comprobar, mis métodos pedagógicos son muy efectivos; voy a mandar mi curriculum al Ministerio de Educación como asesor.
Pero bueno, hoy me estoy enrollando demasiado. El caso es que cuando visitamos la reserva, un camello -o lo que yo creía que era un camello- se acercó a nuestro coche, metió su cabezota por la ventanilla y sacudió sus morros pringosos a ver si caía algo. Yo le di una galleta, que se zampó de inmediato, y los niños quedaron asombrados; les impactó mucho. Volviendo a mi conversación de esta mañana, dije a los niños por enésima vez que íbamos al Castillo de las Guardas, y que si se acordaban del camello devorador de galletas. Automáticamente saltó Miguel:
- Pero papá, ¿cuántas bultitos tenía?
- No me acuerdo bien, Miguel.
- Tenía dos, así que no es un camello.
- ¿Entonces cómo se llama?
- Emmmmm ¡no me acuerdo!
- Dromedario.
- ¡Eso!
Y a partir de aquí venía lo que iba a escribir en torno a la palabra dromedario, pero me he enrollado tanto que dejo la entrada de hoy como anécdota -aunque no da la talla, dado el talento de Miguel para estas cosas-, y la reflexión esperará hasta mañana.
Casa Schröder
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La casa Schröder es patrimonio de la humanidad y aquí, en nuestras
ciudades, la contemplamos con admiración mientras nos quejamos de las
malditas pared...
Hace 20 horas
9 comentarios:
Parece el original del "Camel".
Salu2 gibosos.
No sabía que exiatiese tanto parecido entre El Castillo de las Guardas y la sabana africana.
¿Esa foto no es tuya, verdad?
¿Esta usted seguro de que esa foto es la del bicho en cuestion? Pa mi que no... o vuelvo a estar mas liada que la pata de un romano...
No me llevéis la contraria, que acabo de ver perder a España y estoy de mala leche. Es un dromedarius gugueliensis, que no sabéis nada de zoología, home.
Ridao Sherezade.
Está bien.
¿pedagogía efectiva?...
toma nota, ridao...
yo suelo decirle a mis hijos (y a los de los demás) que para acordarse de eso de las jorobas utilicen la siguiente mnemotecnia: el dromedario es un camello que ha sortao el alijo de contrabando...
algún chico listo me interpela, ¿por el culo?...
y lejos de achicarme le respondo... qué sabrás tú de costo afgano culero, enano moro mierda...
se van a cagar en el Ministerio...
Tienes mala leche, Ridao. El Miguel es un genio...pero el Ignacio promete....¡te ha pillao y te critica¡ ...bien por el segundo...
Besitos
Pd. Si yo soy tu hija, y un bicho dromedario o camello, vaca, o bisonte, me saca la lengua y me come una galleta y tú encima disfrutas....¡te desheredo como padre¡ ¡conste¡
Los niños son más que listos mi hijo ayer puso la bandera de España por toda mi puerta y después del partido y de ser asesorado por una que es muy poderosa le plantó un crespón negro a la bandera ,ahora tengo la bandera con el crespón , me falta el dromedario,ja,ja,ja.
Sí, José María, por las arenas del desierto.
Tú vales para profesor, eresmicruz. Si quieres te dejo dar una de mis clases.
Pues ellos disfrutan, mangeles. He conseguido que las guarradas y las barbaridades las vean como algo normal, de lo que hay que reírse. Lo que no sé es si les hará la misma gracia en el colegio.
La bandera con el crespón es una genialidad, Bea. Deberíais patentarlo.
Abrazos educativos.
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