domingo, 31 de enero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
El misterio del tiempo
Me han dicho que no ríes como antes,
que el tiempo ha oscurecido tu mirada
y el brillo chispeante de tus ojos
es ahora apenas un vago reflejo.
Algunos pensarán que es ley de vida,
que después de los treinta todo cambia
y nunca volverán aquellos años
de ilusiones perdidas, de esperanzas.
Pero bien sé que eso no es así;
hubo un tiempo en que yo pude mirarme
todos los días en el mismo espejo
teñido de una pátina de luz y de promesas
eternas, aunque se apague la llama.
¡Como si eso fuera lo importante!
¡Como si no hubiéramos llegado
a comprender el misterio del tiempo
hace ya tantos años,
hace ya tanto tiempo!
La luz de marzo
adormece las olas.
Miro tus ojos.
jueves, 28 de enero de 2010
Rimas maleducadas
Hay quien rima con los dones
del Parnaso y de las musas.
Yo rimo con los cojones.
Quien me diga ¡qué divino!
¡Qué poema más sentido!
que me coja to er p...
Y a quien le cueste trabajo
entender mis poesías
que me agarre to er c...
Ya podéis imaginar
los que conquistaron Troya
lo que tienen que agarrar.
Ni Aquiles ni Agamenón
van a poderse librar
de que les meta un p...
P.S. No os lo vayáis a creer, ¿eh?
miércoles, 27 de enero de 2010
Autocomplacencia bloguera
¿No se enriquece uno con el contacto con gentes diversas? ¿No corremos el riesgo de la autocomplacencia bloguera?
Quien esté libre de pecado... ¡CLONC! !!Ayyyy!!
P.S. Eso me pasa por meterme donde no me llaman.
martes, 26 de enero de 2010
Cero grados
Hay días que parecen salidos de una tumba
y otros resplandecen al sol del mediodía
claros, desafiantes, rebozados en luz.
Yo siempre he procurado aprovechar las sombras
para beber el zumo de la melancolía
y usar gafas de sol las horas más ardientes.
No puedo soportar la alegre primavera.
Prefiero cero grados y nubes en el cielo;
ni frío ni calor, como decía el del chiste.
lunes, 25 de enero de 2010
Clavada monumental
La última de estas estocadas ha sido en un restaurante capitalino también, con premio y todo. Yo soy partidario de decir el pecado y el pecador, pero para no ser demasiado descarado sólo dejaré caer que el ambiente es muy taurino, pues se asienta en una antigua plaza de toros sevillana que fue sueño de un día y resultó demolida a principios del siglo XX. Y efectivamente todo fue muy taurino. A mí y a otros amigos que frecuentan este blog nos enchiqueraron en un cubículo rodeado de paneles de corcho al que se accedía por una pequeña escalera metálica al lado de las cocinas. Supongo que era para que no tuviéramos escapatoria. En una mesa parecida a la de la última cena pero en cutre iniciamos nuestras conversaciones mientras que un camarero con un asombroso parecido a Mr. Bean se afanaba en tomar nota de nuestras comandas, aprovechando el despiste en la conversación para arrimar el ascua a su sardina y servir los entrantes que más le convenían. He de reconocer que algunos estaban buenos, pero otros, como las huevas en salsa de carabinero, tenían una textura sospechosamente parecida a la goma arábiga, y para la salsa sospecho que utilizaron los restos de carabineros devorados por comensales anteriores. Luego llegó la hora del plato principal, y aquí Mr. Bean no paró hasta convencernos de que el pargo era exquisito. Fuimos varios los que lo encargamos al precio s/m, que a la hora de la cuenta resultó ser de 40 € el kg. En cuanto al vino, muy bueno por cierto, del pueblo de Constantina, se preocupó de que nunca faltara, hasta el punto de que al terminar de comer había encima de la mesa dos botellas recién abiertas. El hombre hizo bien su trabajo, y el importe total ascendió a 715 €, 65 por barba.
¡Me cago en los muertos de Mr. Bean, los toros y los toreros!
P.S. Se me había olvidado que tuve que echar para atrás mi postre porque estaba en mal estado (era tiramisú, y sabía a tarta de queso agrio).
domingo, 24 de enero de 2010
Haiku bloguero
pantalla en blanco
píxeles expectantes
cuelgo la entrada
Versión alternativa (sugerida por Octavio):
pantalla en blanco
píxeles expectantes
cago la entrada
P.S. Rogaría a mis amables lectores que me indiquen qué versión prefieren.
sábado, 23 de enero de 2010
Cio-Cio San
Madama Butterfly es una de las óperas más emocionantes de Puccini, o lo que es lo mismo de la historia de la ópera. Los amores de Cio-Cio San, joven japonesa, y el oficial Pinkerton, de la marina norteamericana, son hoy una leyenda como la de Romeo y Julieta, aunque el amor de Butterfly no era correspondido como debía por este Romeo del siglo XX, que se casó con ella para abandonarla y volver a su tierra, dejándola esperando día tras día asomada a una colina con vistas a la bahía de Nagasaki.
Una de las arias más famosas de la ópera surge en el segundo acto, cuando Cio-Cio San otea el horizonte en vano y evoca el momento en que aparecerá el navío que transporta a su amado. El autor del libreto, Giuseppe Giacosa, consigue transmitir el sufrimiento de la espera de una manera extraordinariamente evocadora:
Un hermoso día veremos
elevarse un hilo de humo
sobre el lejano horizonte.
¡Y entonces aparece!
La nave blanca entra en el puerto,
retumba su saludo.
¿Lo ves? ¡Ya ha llegado!
No bajo a buscarle, no.
Me subo a lo alto de la colina y espero,
espero mucho tiempo,
y no me pesa.
Y saliendo de entre la multitud
un hombre, un pequeño punto
se dirige hacia la colina.
¿Quién será?, ¿quién será?
Y cuando llegue,
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
Llamará a Butterfly desde lejos,
y yo no responderé.
Permaneceré escondida,
un poco como broma, otro poco para no morir
en el primer encuentro.
Y él, algo nervioso,
llamará, llamará:
“Pequeña mujercita,
brote de verbena” .
Así me llamaba cuando venía.
(a Suzuki)
Todo esto sucederá, te lo prometo.
No tengas miedo.
Lo espero con fe ciega.
A continuación presento una versión del aria interpretada por la soprano china Ying Huang, en un escenario muy al uso del verismo, del que puede considerarse a Puccini como el último representante. La procedencia asiática de la intérprete ayuda a dar verosimilitud al personaje, aunque seguramente un japonés no aprobaría esta afirmación.
La música es sencillamente sublime, y el arte de Ying Huang contribuye a poner al oyente en un estado indescriptible de emoción, marca de la casa cuando se trata del maestro de Lucca. Dejo aquí la letra original, que antes traduje lo mejor que pude:
Un bel di vedremo
levarsi un fil di fumo
sull´estremo confin del mare.
E poi la nave appare.
E poi la nave bianca
entra nel porto,
romba il suo saluto.
Vedi? E´venuto!
Io non gli scendo incontro. Io no.
Mi metto là sul ciglio del colle
e aspetto,aspetto gran tempo
e non mi pesa
la lunga attesa.
E... uscito dalla folla cittadina
Un uomo, un picciol punto
s´avvia per la collina.
Chi sara? Chi sara?
E come sara giunto
Che dira? Che dira?
Chiamera Butterfly dalla lontana.
Io senza far risposta
me ne starò nascosta
un po´ per celia, e un po´ per non morire
al primo incontro,
ed egli alquanto in pena
chiamera, chiamera:
"Piccina mogliettina
olezzo di verbena".
I nomi che mi dava al suo venire.
Tutto questo avverá, te lo prometto.
Tienti la tua paura,
io con sicura fede lo aspetto.
Imagen superior: Blanche Bates en la obra teatral de Belasco "Madame Butterfly", por Sigismond Ivanowski (Century Magazine, marzo de 1900).
viernes, 22 de enero de 2010
La papelera
Acabo de borrar un poema
con el enter, no con la goma,
y lo he visto desaparecer sin más,
mucho peor que un papel arrugado
tirado a la papelera.
Ha volado de mi cabeza a la pantalla,
y de allí al vertedero
cibernético, donde no se recicla,
donde no arde el papel,
donde se acumulan los bytes descarriados
hasta que alguien pincha en “vaciar papelera”
y todo se va al carajo.
Pero no, dicen que deja rastros
en el disco duro,
en mi disco duro de neuronas.
jueves, 21 de enero de 2010
Homenaje a unos mercuriales presentes
A José María Jurado.
En las ruinas desoladas de un coso fantasma rumian los caballeros mercuriales el albero perdido entre las luces de los maestros de San Bernardo. La Buhaira es testigo espectral desde su orgullo de viejo palacio almohade asfixiado por los humos del progreso y de la codicia capitalista. Relucen las calvas a merced de las aves de rapiña, y los rostros impávidos quedan huérfanos de un amago de placer. Bocas ausentes pueblan los anhelos y llenan de vacío la tabla redonda desde donde un Parsifal moderno parte a Siltolá en busca del Santo Grial, sin miedo a cortarse con el filo de Excalibur. Un viejo roble nace del centro de la mesa y cobija con su sombra los cuerpos ateridos, mientras un cercano rumor de batracios conjura el espíritu de Bashop. ¡Miradme al menos a la cara, romanos y púnicos, y decidme cuándo volveremos a Baeza a combatir a los iberos acantonados! Desde mi ventana bañada en la luz del invierno lluvioso de Al-Andalus saludo al dios Mercurio y aplaco su ira para que perdone las blasfemias y los ripios. La sangre mercurial corre por las copas y calienta los corazones, alejándose del premio prometido.
miércoles, 20 de enero de 2010
Confidencias
- Papá, te voy a contar un secreto, pero no se lo digas a mamá que se ríe de mí.
- ¡Qué emoción! Dime, Jaime.
- Que D. y yo nos vamos a casar.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Porque me lo ha dicho ella.
- ¿Y dónde vais a vivir?
- En casa de D. Ella va a coger las cosas de su madre y yo las de su padre (en este punto le brillaban los ojos de la emoción).
- ¿Y no te da pena no vivir más en casa?
- No, porque iremos a visitarte.
- ¿En qué coche?
- En el tuyo, que es más grande y te lo vamos a cambiar por el de la mamá de D.
- Oye, Jaime, ¿y sabe esto ya alguien?
- Por ahora se lo hemos dicho a muy poca gente.
P.S. Soy un traidor: no sólo se ha enterado su mamá, sino media blogosfera. Espero que me lo perdone cuando sea mayor.
P.P.S. Lo de usar iniciales siempre me ha parecido, con perdón para quien lo haga, una mariconada, pero comprenderéis que en este caso debía preservar la identidad de mi futura nuera.
martes, 19 de enero de 2010
Cuando siento escribo
¿Y qué es la creación literaria sino una sucesión de emociones pasadas al papel (o al blog) para que otros sientan lo que tú sientes, o crees que has sentido? Eso, y no otra cosa, es la poesía.
domingo, 17 de enero de 2010
Canto a las nubes
Il pleure dans mon coeur
comme il pleut sur la ville.
Paul Verlaine
Sigues perdido y no te encuentras
ni te encuentran los que te quieren
bien, ¿y por qué no cantas mientras
a las nubes, que nunca mueren
aunque lloren toda la lluvia
que tienen dentro, y nada esperen?
viernes, 15 de enero de 2010
Books?
jueves, 14 de enero de 2010
¿Y ahora qué...?
El reloj se ha parado a las once en punto
sin avisar siquiera, congelando el tiempo
hasta sabe Dios cuándo, atrapando la vida
en una celda fría con puertas transparentes.
Tú creías que nunca dejarías de andar,
que lo más importante estaba en el futuro
al que nunca llegabas por mucho que corrieras.
Ahora todo eso lo ves con otros ojos.
El golpe te ha tumbado y sólo tienes ganas
de mirar hacia atrás para ver con horror
lo poco que has vivido después de tantos años.
martes, 12 de enero de 2010
inmor(t)alidad
La inmortalidad no sabe nada de lo que es moral o inmoral [...] Sólo valora las obras y la fortaleza, exige la coherencia y no la pureza de las personas [...] La moral no significa nada para ella; la intensidad lo es todo.
Stefan Zweig
Vamos, que según Zweig puede haber capullos integrales (o capullas integralas) que sean grandísimos poetas, músicos, pintores... No todo el mundo está de acuerdo con esto.
P.S. En una entrada en el blog de E. G-Máiquez titulada Aniversario, del 5 de octubre de 2009, se mantuvo un interesante y a veces acapullado (digo, acalorado) debate sobre el arte y la moral, donde introduje la cita de Zweig.
lunes, 11 de enero de 2010
Plog (paper log)
¿No es genial? Se van a enterar los fundamentalistas tecnológicos de lo que vale un peine. Si se creen que pueden acabar así como así con una tradición de milenios van listos. ¡Por encima de nuestro cadáver! ¡Plogueros del mundo, uníos!
domingo, 10 de enero de 2010
Disculpe, ¿cuál es su gracia?
Pero a lo que iba, la frase de marras me llamó poderosamente la atención por dos motivos: primero, porque tiene el sabor de lo antiguo; en esas clases probablemente aprendo yo más de mis alumnos que ellos de mí, por sus vivencias y la experiencia propia de su edad. El segundo motivo es su educación, su motivación, su interés y su saber estar, que hace que las dos horas que dura cada clase se aprovechen hasta el último minuto (ni siquiera quieren hacer un descanso). El contraste con mis otros alumnos de universidad y de bachillerato es tan grande que da pena.
viernes, 8 de enero de 2010
El milagro gugueliano
Todo lo anterior no es más que un preámbulo a la reflexión que quiero traer hoy: cualquier persona mínimamente inquieta puede pasar poco menos que por un erudito en las más diversas materias; incluso puede mantener correspondencia por correo electrónico sobre asuntos que antes desconocía, manteniéndose actualizado y documentado en tiempo récord. A esto se puede objetar que sin una base previa de conocimientos no se puede “dar el pego”, pero sucede que muchas personas sí la tienen, y además hay gente con una gran facilidad para asimilar información nueva. En resumen, gracias a Mr. Google se han derribado muchos muros, los eruditos han visto invadido su terreno y legiones de arribistas opinan y pontifican sobre los más diversos campos del saber. Y que conste que uso la palabra “arribista” sin matices peyorativos; muchos de ellos son recién llegados con inquietudes legítimas, pero los viejos del lugar, como suele pasar, ven con malos ojos a los forasteros. Es lo que tienen los milagros de la nueva era gugueliana.
P.S. Palabrita del niño Jesús que no he recurrido a Mr. Google para escribir esta entrada.
jueves, 7 de enero de 2010
¡Valientes Reyes!
- Papá, estos Reyes son de mentira.
Como os podéis imaginar me quedé preocupado: a sus seis años debería creer en los magos a pies juntillas. Entonces le pregunté la razón de esa conclusión, y me dijo:
- Me ha preguntado Gaspar que qué me han traído los Reyes.
¡Malditos impostores...!
miércoles, 6 de enero de 2010
¡Les pillé!
¡Los pillé descolgándose por la escalera, los muy tunantes! Siempre me he preguntado cómo demonios entraban en casa, y no sé por qué pensaba que lo hacían por la puerta principal, dejando los camellos abrevando en el umbral. Resulta que no es así, se las arreglan para colarse por el tejado, seguramente por la claraboya (sin premio). Se descuelgan utilizando una escala, dejan los regalos y vuelven a subir, recogiendo la escala y desapareciendo sin que se note nada. Seguramente le pegan un cambiazo a Papá Noel de los camellos por sus renos voladores, al menos por esa noche; aunque el gordopilo se diera cuenta son tres contra uno.
Yo estuve todo el tiempo conteniendo la respiración, con la espalda pegada a la pared, hasta que dejé de oír ruidos. Entonces me asomé al salón a ver el trabajo que habían hecho, y vi esto.
¡Qué eficiencia! En poco más de diez minutos habían dejado el salón de esta guisa. Ojalá tomara ejemplo más de un trabajador que suelo ver por esas zanjas de dios. Y ni os cuento los gritos que han dado esta mañana mis cuatro hijos y tres sobrinos ante tal panorama. Si tuviera que definir la ilusión, diría que es la cara de los niños mientras esperaban arriba a que yo les dejara bajar por la escalera.
martes, 5 de enero de 2010
Reyes Magos encabalgados
Aquellos Reyes Magos de mi infancia
pintaban de emoción las vacaciones
de Navidad, vendían ilusiones
hoy perdidas, envueltas en fragancia
a dulces caramelos, a distancia
lejana, a camellos y turrones
de guirlache, niños dormilones
pasándose la noche en vigilancia.
Los Reyes que ahora vienen van con prisas.
No caben sus juguetes en la casa
y acaban por morir de cualquier modo
llevándose consigo vuestras risas
y haciéndome entender lo que me pasa:
¡Ya no soy niño, y lo he perdido todo!
lunes, 4 de enero de 2010
Blog vs. libro
Comparemos ahora la publicación en el blog con la publicación tradicional en el soporte de un libro, salvando las diferencias de género e inmediatez. Cabría pensar que si el número de lectores que se consigue es similar no debería haber demasiadas diferencias en cuanto a la preferencia por uno u otro medio. Sin embargo, o mucho me equivoco o la mayoría de los blogueros con pretensiones literarias “matarían” por publicar en un libro (los que aún no lo han hecho). Mi diagnóstico de esta “enfermedad” es claro: afán de reconocimiento y afán de prestigio. En definitiva vanidad, perfectamente legítima por otro lado.
domingo, 3 de enero de 2010
Dolor y fe
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
Gustavo Adolfo Bécquer
Acabo de llegar de un entierro en Alájar, de una vecina mía que no llegaba a los treinta años y murió ayer de repente, dejando dos niños muy pequeños. El cementerio del pueblo parecía sacado de las leyendas de Bécquer, con una lluvia persistente, niebla a jirones y la hierba de color verde brillante. La casa de los muertos tiene unas vistas privilegiadas, y las aldeas del Calabacino y el Collado parecían surgir de la niebla como ciudadelas humeantes, mientras que la Peña se intuía en su promontorio, más misteriosa que nunca.
Triste, muy triste. Un anciano a mi lado me dijo que en todos los días de su vida no recordaba haber visto la iglesia tan llena en un funeral. La mayor pena se la llevan los dos chiquillos ausentes, que se habían quedado con su padre, pero impresionaba ver el dolor de los padres, magníficas personas. Hasta hoy no les he podido abrazar, y lo que más me ha asombrado es su entereza dentro del dolor. Han ofrecido la vida de su hija a la Virgen de la Salud de la aldea de los Madroñeros, donde nació la madre. Su fe les está ayudando a sobrellevar un dolor que de otro modo sería insoportable, y eso me ha conmovido. Yo, que no soy creyente, admiro ese don, y a veces lo envidio.
sábado, 2 de enero de 2010
viernes, 1 de enero de 2010
So what?
Un año más,
un mes más,
un día más,
una hora más,
un minuto más,
un segundo más
en nuestra vida
vale lo mismo
que mil años.