lunes, 30 de noviembre de 2009

Sin ánimo de ofender


Si dicen que hay libertad de expresión, ¿por qué se ven en los blogs tantos seudónimos?

43 comentarios:

maile dijo...

Quizás porque no todos los blogs nacen con las mismas intenciones y, a pesar de la libertad de expresión, no siempre somos capaces de decir lo que pensamos, tal y como lo pensamos, sin que nuestro nombre se ruborice un poco. Un seudónimo suaviza muchas cosas y ayuda a romper el hielo del primer encuentro, te oculta del posible desprecio y disimula un futuro fracaso.
Sólo es miedo.
Maile no es más que el sonido de mi nombre en boca de un niño de tres años.

Mariló.

P.D. Muy agudo monsieur Ridao.

Er Tato dijo...

Pregunta incómoda donde las haya, señor Ridao. Sí señor. De todas formas, en mi caso al menos, la respuesta nada tiene que ver con la libertad de expresión que, en todo caso, es la que también me permite expresarme con el seudónimo que me apetezca. ;-)

En realidad, no escribo nada en mi blog que no diga a quienes quieran escucharme, aunque en este segundo caso puedo elegir al público. Pero al grano. Aunque doy algunas pistas en mi perfil, no uso mi nombre por motivos estrictamente profesionales. Uno nunca sabe si un cliente o un colaborador lee el blog, ni el uso que a lo que allí escribo le puede dar, sobre todo teniendo en cuenta que uno sólo es dueño de sus silencios y que todo, sobre todo en este medio, es fácilmente malinterpretable.

Magnífica entrada. Breve y rotunda.

Un abrazo

Alonso CM dijo...

Eso digo yo, Ridao, eso digo yo.
pero la timidez es muy mala.

Un abrazo

zim dijo...

Seguramente, sin el pseudónimo, nos tomaríamos menos libertades. Permite, como en los bailes de disfraces, soltarse un poco el pelo, atreverse a saltar con la red que el anonimato supone, dejar en la silla el uniforme diario, el traje y la corbata y calzarnos un rato el pijama o el vestido largo (según apetencias y estados), y otro rato incluso nada ...
También es una forma de mantener al margen algo absolutamente personal del resto de tu entorno (familia, trabajo, amistades...).
Sí, coincido con Maile en que en el fondo hay algo de miedo, pero también algo de juego... y a veces, además de libres permite también ser libertinos ;)
¿Puede ser?

Máster en nubes dijo...

Huy, me alegra que haga Vd. esa pregunta, Sr. Ridao, es variado como señala Maile
1. Vergüenza o timidez. Hay personas tímidas, simplemente, no hay más.
2. Personas que por su profesión o para proteger a terceros prefieren no decir su nombre real (por ejemplo, un fiscal), y así pueden escribir en público de lo que quieren.
3. Simples cobardes, de estos también hay. No puedo con ellos.
4. Personas que les gusta tener un personaje, más por literatura que por otra cosa. Lo crean y lo hacen tan bien que es un "mezclado, no agitado", como la bebida de James Bond. No es una doble personalidad, ni una aspiración, es un juego que no todas las personas entienden.
5. Personas que tienen la "servidumbre" de quiénes son en la vida real,
5.1. Piensan que no pueden rebajarse a entrar en una discusión, pongo por caso, o ni siquiera a comentar con su nombre real porque ellos son, pongo por caso, escritores consagrados ... o gente muy importante que tienen algo que perder si no quedan bien en el blog o simplemente entrando en el de un imberberbe, pongo por caso.
5.2. Porque esas personas pueden tener un cierto guión establecido de posiciones y no pueden salirse de él si no es con un seudónimo (un guión de ortodoxia no ideológica, sino también, puede pasar, literaria)

Son solo posibilidades en las que he pensado.

Juan "El Manteca" dijo...

Ni idea, señor Ridao, nunca me gustaron los seudónimos. Y aún menos los anónimos. Yo me voy bandeando con un mote, pero son cosas del Tato...

Le saludo.

Olga Bernad dijo...

Yo creo que depende del uso, si lo haces bien puede ser una forma de libertad; si lo usas para criticar o hacer daño sin sufrir las consecuencias, es otra cosa.
Pero también con nombre y apellidos se puede actuar muy mal, sobre todo si ese nombre no dice nada a nadie y da igual que lo des. Es como dejar un comentario envenenado y despedirse diciendo "atentamente". No todo está en la forma. Otra cosa es mostrar desacuerdo, que eso es bueno, pero no tocar las narices desde el desconocimiento y la mala baba, amparándose en el anonimato. Aquí, como en el orden jurisdiccional de lo penal, la intención importa.
Un beso bienintencionado;-)

Paloma Corrales dijo...

Seguramente porque la coherencia es complicada.

Besos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Porque la libertad de expresión la hay para todos y, por tanto, todos tienen miedo de lo que todos puedan opinar públicamente de lo que tú públicamente opinas. Además, como creo que apuntas, hay opiniones que nunca son bien recibidas y que dejan al que opina en mal lugar o en un papel de sospecha y, por eso, la gente firma con pseudónimo. Yo me lo estoy pensando.

José Miguel Ridao dijo...

Vaya, estoy sorprendido gratamente de la sinceridad y profundidad de vuestros comentarios, que merecen una respuesta detenida.

José Miguel Ridao dijo...

Maile (o Mariló): has apuntado algo muy interesante, que las intenciones son muy diversas al abrir un blog, y también el rubor, el "miedo" al otro. Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Tato, eres la gran incógnita de este lado de bloguilandia.No me des la vuelta al argumento de la libertad de expresión, que me enrito. Los motivos profesionales son fácilmente comprensibles, si yo los tuviera seguramente haría como tú, aunque nunca se sabe.

Gracias, y un abrazo sin colleja.

José Miguel Ridao dijo...

Tu sinceridad te honra, Miradme. Ése es un buen motivo. Muchos dicen de mí que soy tímido, pero lo seré en otras facetas.

Un abrazo, nos vemos pronto.

José Miguel Ridao dijo...

Zim, tú apuntas la libertad que da el uso de un seudónimo, como las máscaras en los carnavales. Creo que tienes mucha razón. Y lo de dejar al margen lo personal creo que también influye mucho. Por supuesto que puede ser.

Gracias, y un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Aurora, como siempre aportas muchísimo al "diáblogo". Aparte de lo que ya han dicho otros, me quedo con tu alusión a los "cobardes", que haberlos haylos, y esos esclavos de servidumbres, que no pueden bajar de su pedestal, que haberlos haylos también.

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Me alegro de que no se haya dado por aludido, saeñor Manteca. Un mote es un mote, nada que ver con esa mariconada de los seudónimos.

¡¡Burrrrp!

José Miguel Ridao dijo...

Es verdad que depende del uso, Olga. Me permito hacer unas apreciaciones, de buena fe, of course, a tu comentario:

Aunque a veces el nombre y apellidos de alguien no dicen nada, pues no es notorio, siempre hay mucho que perder cuando se ataca a alguien a cara descubierta. Al menos muestra agallas, cosa que no tiene un anónimo. Por supuesto que lo más importante es la intención, pero aquí las formas dicen también mucho.

Un beso, y a ver si me entero de la historia esa de la serpiente con tu compi de ahí arriba.

José Miguel Ridao dijo...

Paloma, sin desmerecer el resto, tu comentario es el más lúcido de los que he leído hasta ahora. Me quito el sombrero, y te advierto de que no suelo hacerlo, para que no se me vean las ideas.

Gracias, y un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Jesús, yo no veo la conexión entre la libertad de expresión y ese miedo que tú dices. No creo que haya que darle tanta importancia a lo que otros puedan opinar de lo que tú escribes.

Un abrazo.

Las hojas del roble dijo...

Porque algunos, querido José Miguel, no tenemos libertad de comprensión...

Capitán dijo...

La respuesta de Tato la hago mía, pero dejando aparte el contenido de tu entrada, vayamos al título, con lo que ha llovido, ¿no noto yo cierto ánimo...?

En definitiva, ya sabes, "Nimio celerius venit quod molestum est, quam id quod cupide putas".

Er Tato dijo...

¿La gran incógnita de este lado de bloguilandia? La verdad es que me has hecho sonreír. Eso de crear expectativas nunca me ha gustado porque después se saca factor común, se despeja la incógnita y se queda uno en nada, querido Ridao.

Y mira mi Capitán como me comprende... Menos mal que está sangugel porque si tuviera que traducir con mi latín de BUP me quedaba a dos velas. ;-)

Un par de abrazos

Máster en nubes dijo...

¿Tú no crees que se pilla antes a un cobarde que a un cojo? No sé, tengo la sensación de que se detecta rápido quien tiene un seudónimo como bloguero o comentarista por razones de protección de terceros o propia, algo lógico y normal, y quien simplemente es un mierda de cobarde.

Habitualmente los anónimos/seudónimos cobardes entran y salen, poco más, y dejan un rastro baboso y de mala leche por aquí o por allá (de hecho he comprobado que hay gente que para comentar en mal plan, para fastidiar, lo hacen con seudónimo y se dejan al "de verdad" en casa).

Los segundos usan siempre el seudónimo de modo constante, como comentarista o generalmente como bloguero, pero si uno quisiera llegar a averiguar quiénes son, podría hacerlo.

Es distinto, creo.

Y se nota un montón.

elpiyayo dijo...

Unos lo hacen por humildad, pocos, otros por dar por c...lo, bastantes y esos, los peores, los que lo hacen por cobardia, por tener miedo a su libertad y envidia de la del otro, desgraciadamente son muchos.

José Miguel Ridao dijo...

Te perdono el premio porque sé quién eres, 69. Por cierto, ya te podías haber buscado un seudónimo más apañaíto, hijo. No veas el cachondeíto que nos tramos aquí unos cuantos.

Un abrazo bellotero.

José Miguel Ridao dijo...

Qué va, Capitán, ánimo ninguno. Tengo la entrada pensada desde la semana pasada, aunque no sé si esto superará el filtro de incredulidad que detecto últimamente.

Del latinajo sólo he entendido lo de "putas". Espero qe no te hayas cagado en mis muertos ni nada por el estilo.

Al Tato no me atrevo a decírselo, pero a ti sÍ: estás hecho una nenaza, ¿qué es eso del trabajo y bla bla...? ¡HAY QUE ECHARLE COJONES!

Un abrazo, a pesar de todo.

José Miguel Ridao dijo...

Tato, no tengas en cuenta lo que le he dicho al Capitán, que somos amigotes desde hace cienes de años y nos entendemos a leche limpia.

Y no te dejes impresionar, no tiene NPI de latín...

Otro abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Totalmente de acuerdo con tu reflexión, Aurora.

A lo mejor son imaginaciones, pero noto cierta acritud, como diría un paisano mío :-)

Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

Piyayo: por humildad yo no conozco ninguno, aunque es verdad que tampoco me lo diría. Porculeros los hay con y sin seudónimo, pero en algunos casos el anonimato alienta la sodomía. Y de los últimos es verdad que hay muchos, me has dejado pensativo.

Sé bienvenido por estos lares.

Pasión dijo...

Hola José Miguel, ¿libertad de expresión?, desde luego, sólo en internet.

Si quieres te envío todos mis datos personales. Un buen amigo de la red me recomendó que no confiara en nadie. DE NADIE. NI DE TU FAMILIA Y AMIGOS, mi marido es el único que sabe que tengo un bloc.

El comentario de Jesús Cotta es clarificador. Hay personas muy sabias en Andalucía que si escribieran con seudónimos nos harían un gran favor y no sólo en temas de políticas, historia, desmitificar, etc.

Abrazos.

Libros Gratis dijo...

Muy buena tu pregunta y seguramente sea por timidez más que por otra cosa aunque no deberíamos temer en decir lo que pensamos...

Un abrazo
Marcelo

Marisa Peña dijo...

En realidad usemos o no seudónimo, la intención es lo que cuenta.Hacer daño es fácil, con o sin seudónimo.La conciencia no sabe de heterónimos y cada uno sabe si duerme o no tranquilo con la suya
Un beso Ridao.

José Miguel Ridao dijo...

Me dejas acojonao, Pasión. Yo por ahora no tengo problemas, sólo pretendo desarrollar mi gran pasión por escribir, y también pasar buenos ratos, y conocer buena gente, como tú.

Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

Marcelo, tu seudónimo es original donde los haya, y desconcertante. Estoy de acuerdo con lo que dices.

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Marisa, yo parto de la base de que normalmente la gente no usa el blog para hacer daño, y si hay quien lo hace digo yo que serán los menos, y mejor no echarles muchas cuentas, como se dice por aquí.

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Quizás no sea un síntoma de mal entendida libertad ni de ocultismo renegado, también puede ser que el seudónimo sea para preservar la intimidad de quien lo ostenta, de su familia, de su profesión, etc., pues no nos olvidemos que ésta es una ventana abierta al mundo y en el mundo andan muchos locos sueltos, José Miguel...

Claro, es una suposición, yo llevo mi nombre y todo el mundo sabe que la "G" es de García, jajajja

Besazos.

Alejandro Muñoz dijo...

En la mayoría de los casos... por sentido común, José Miguel.

José Miguel Ridao dijo...

Me ha encantado eso de ocultismo renegado, Liliana. Espero que nunca se cuele uno de esos locos por mi ventana, y si lo hace huirá despavorido cuando vea la casa de locos en la que entra.

Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

Pues sí debe de ser por eso, Álex, si atendemos a la literalidad de la expresión "sentido común", dada la proliferación de seudónimos. Aunque no hay que olvidar aquello de que "el sentido común es el menos común del los sentidos".

Vamos, que hoy disentimos, lo cual no es malo.

Un abrazo.

P.S. No intentes dar vueltas a lo que te he dicho porque ni yo mismo lo entiendo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Prefiero dar la cara, machote, es un honor.

Y nada que ocultar.

José Miguel Ridao dijo...

Nada que ocultar, Javier, pero sin exhibicionismos, ¿eh?

Un abrazo, pishita.

Olga Bernad dijo...

La verdad es que si uno pone nombre y foto, está claro lo que piensa; pero yo respeto a quien lo hace de otra manera, pueden sobrarle las razones. Yo tampoco creo en la mala intención en principio (aunque hay casos innegables) pero sí creo que hay gente a la que se le puede decir todo menos la verdad, que se sienten mal, y tal vez para eso algunos se escudan en un pseudónimo. Yo que sé, Ridao, que cada cual haga lo que quiera (o lo intente, porque hay pretensiones no siempre reconocidas que están muy fuera de la realidad)y lo demás... filosofía.
Un beso.

José Miguel Ridao dijo...

Yo también lo respeto mucho, Olga. Es como tú dices, si hay buena fe y no se daña a nadie, que cada uno haga con su nombre lo que le parezca.

Un beso.