lunes, 28 de junio de 2010

De insultos y animales

No cabe duda de que el lenguaje refleja los sentimientos que albergan las personas que han contribuido a crearlo. Un ejemplo de esto son las expresiones que tienen a los animales como protagonistas; por ejemplo, “meter la pata”. ¿Es que no se puede meter la pierna? Pues no, hay que recurrir a las patas cuando se hace una burrada - ¡ups!, ya se me ha ido la lengua -; ¿qué culpa tendrán los burros, con lo graciosos y pacíficos que son? Y bastante más inteligentes que algunos de los que los tienen en boca cada dos por tres. Después está lo de “poner los cuernos”: algún atributo animal había que utilizar para referirse a las infidelidades. Hay muchos más ejemplos: comer como un cerdo (hay que reconocer que aquí está justificada la expresión), estar más loco que una cabra (he visto cabras que son un prodigio de cordura), ser más terco que una mula o más arisco que un gato, o para insultar a una señora entrada en carnes se le dice que está más gorda que una vaca o que parece una ballena. A los vagos se les llama perros, mientras que no sé qué han hecho las pobres zorras para dar el apelativo a quien se lo dan. También están los buitres discotequeros, las urracas solteronas, los conejos copuladores (también el objeto sobre el que se copula), y seguro que hay muchos otros ejemplos. Agradecería que me ayudarais a completar la lista.

Alguno bueno también hay: tener memoria de elefante, el olfato de un sabueso, la astucia de un zorro (nótese la diferencia entre zorro, masculino, y zorra, femenino), correr como una gacela... pero casi siempre se refieren a cualidades físicas de estos animales que a los humanos nos gustaría poseer, como por ejemplo la condición del león: más de uno mataría por parecerse a él, todo el día sesteando mientras la leona caza, cría a los leoncitos y le da placer a una simple insinuación suya, entre siesta y siesta. Pero así, en general, somos todos unos cabrones con los pobrecitos animales. Nos portamos con ellos como unos cerdos, y somos cobardes como gallinas sabiendo que no pueden defenderse.

16 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Y estar como un toro, como una chota, estar canino,parecer una foca, ser una loba, una tigresa o una hormiguita, y un largo etcétera.

Saludos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pensar en las musarañas, ser una mosca cojonera, tener lengua de serpiente, entonar el canto de cisne... Podrías hacer un diccionario animal, que creo que no hay. Un abrazo.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Es más guarro que un pollo. No, tú no. Tú eres un lince.
Un abrazo.

Marisa Peña dijo...

Los bestiarios medievales ya nos indican esa necesidad humana de buscar rasgos en nuestros queridos animales.Cada animal engloba una cualidad o un defecto, un rasgo que en realidad nos pertenece a nosotros.
Me ha gustado mucho esta entrada Ridao.
Un abrazo(¿de oso?)je, je.

Lola dijo...

No sé por qué, pero siempre se me viene a la cabeza estar más feliz que un cochino en una charca, dormir como un lirón o una marmota,...cosas buenas.

Besos

Dyhego dijo...

¡Lagarto, lagarto!
Salu2.

Mery dijo...

Uno : rata de biblioteca.
Otro: dormir como un lirón.

Y otro que utilizan en Francia para referirse a las beatonas: rana de pila (del agua bendita).
Suena mejor en francés, claro está.

Un beso, otra vez nocturno

Alejandro Muñoz dijo...

Yo voto por poder ser tan fiera como el león.

Bea. dijo...

ja,ja,ja,pobres animales.
Un beso salvaje.

Liliana G. dijo...

Por las Argentinas, además de esos mismos dichos, podemos encontrar:

* Sufrir como un perro
* Más puta que las gallinas
* Asustado como perro en bote
* La co... de la lora/las delicias del loro :)
* Entrar como un caballo
* Tomar al toro por las astas

Y muchísimas más que ahora no tengo en mente.
Mirá las cosas que me hacés decir, jajajaja


Besos animaleros.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Sombras. Lo de estar canino es especialmente bueno.

No es mala idea, Jesús. Seguro que habría muchos animales interesados.

Lo de más guarro que un pollo no lo había oído, Rafael. Gracias por lo de lince; espero que no me extinga.

Abrazos línxicos.

José Miguel Ridao dijo...

No me había acordado de los bestiarios, Marisa. Otro abrazo de oso.

Sí, Lola, cosas buenas... del pasado, cuando dormíamos como lirones.

Yo suelo decir largarto largarto, Dyhego.

Un abrazo largarterano.

José Miguel Ridao dijo...

Mery: lo de rana de pila es genial.

La que es fiera es la leona, Álex.

Para salvajes algunos humanos, Bea.

Lo de las gallinas y el toro también se dice aquí, Liliana, pero las otras las desconozco, y la del loro y la lora no la he entendido, torpe que es uno.

Abrazos parroteros.

bambu222 dijo...

Ahí va:
Es un asno.
Nada como un pez.
Es una "coneja·,refiriéndose a la mujer que tiene muchos niños.
Come como un pajarillo.
Apretados,como "piojo en costura".
En ese pueblo no hablan,ladran.
Está hecho un toro.
Ese,picotea, aquí y allá.
No dijo ni pío.
Ve menos que un gato de yeso.
Bueno....abrazo.Pobres bichos.

Liliana G. dijo...

Bueno, José Miguel, ya que estoy en "zafada" (por tu culpa, claro) te la explico...

"La concha de la lora", se dice muy habitualmente cuando uno está muy enojado, o se "manda" a otro allí. Ya sabés que en Argentina "concha" no es lo que en España, por lo tanto es como mandarlo al "coño".
Y por supuesto... ese lugar, es la delicia del loro, jajajajaja
No me puedo creer que te esté diciendo esto.

Besotes.

PS: esto amerita rapidez en el compilado del diccionario lunfardo-arrabalero :)

José Miguel Ridao dijo...

Vaya despliegue, bambu. Lo del piojo en costura y el gato de yeso son nuevos para mí. Esto da para un diccionario.

Gracias por la aclaración, Liliana, con todo lujo de detalles. "Ameritar" y "compilado" no se usan mucho por estos lares. Deberíamos tomarnos en serio el diccionario.

Abrazos lunfardeños.