viernes, 5 de junio de 2009

Finitud

Hoy no sé qué escribir, así que opto por la escritura automática y me pongo a divagar.

Una vez, sólo una, puede el hombre equivocarse. No nos es dado volver sobre nuestros pasos, resulta imposible desandar lo andado. Sólo una vez se hace cada camino, y no hay vuelta atrás. Se puede volver a intentar, pero ya no será lo mismo, ni el camino, ni tú, ni lo que te queda de vida. Pero eso no lo sabe nadie, puede quedar mucho o poco, si es que queda algo. Si estás vivo es que algo te queda, y si mañana sigues vivo también te restará un trecho por vivir. Lo que es seguro es que es eso, un trecho, un trozo de vida, tan solo unas horas, aunque sean miles. Lo que para una mosca son diez horas para ti son diez mil, pero finitas al fin y al cabo. Si hay alguien que sea eterno nos contemplará con sorna, o con benevolencia, él se dará cuenta de lo inútiles que son nuestros afanes, nos verá como corredores de fondo que nacen en la salida y mueren en la meta, y entretanto se creen importantes, como si eso significara algo al lado de la eternidad.

P.S. Por cojones tengo que hacer una entrada diaria...

21 comentarios:

Juanma dijo...

En fin, ya sabemos que la vida no es más que un ensayo general. El estreno ante el público, la primera función ya sin fallos, nunca llega.

Un abrazo.

Ricardo Arjona dijo...

Podría hacerte un comentario profundo citando a Heráclites, oponiéndolo a Parménides, pero no, lo que te voy a decir es que estoy hasta los mismísimos de equivocarme siempre en el mismo sitio, no hay vez que no me clave la misma puñetera rama de la misma puñetera parra en el mismo puñetero ojo cuando estoy en el puñetero campo, así que más vale que lo tengas claro, nos podemos equivocar "cienes" de veces haciendo lo mismo.

José Miguel Ridao dijo...

Me ha gustado eso del ensayo general, Juanma. Es una buena metáfora.

Hombre, Ricardo, tú te equivocarás cienes de veces, pero cada equivocación es única y no puedes deshacerla, y a medida que te vas clavando la rama en el ojo te va quedando menos vida, y vas viendo cada vez peor. Y mientras tanto el Eterno descojonándose de ti desde lo alto. Sabía lo de los tropiezos en la misma piedra, pero tú lo superas: eres el único animal (que yo conozca) que se clava cienes de veces la misma rama en el mismo ojo.

Abrazos puñeteros.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Al leer tu entrada, me ha venido a la cabeza Machado y Perales.

José Miguel Ridao dijo...

Pues vaya halago, Javier, por lo de Macahado mayormente, aunque ahora que lo pienso todo depende de lo que te haya venido a la cabeza. Un abrazo.

H dijo...

¿Y todo esto lo piensa mientras estás sentado en tu trono?

José Miguel Ridao dijo...

No, hombre, en el trono se sienta el Eterno, yo lo pienso desde el WC.

Alejandro Muñoz dijo...

Ayer se fue,
tomó sus cosas y se puso a navegar,
una camisa, un pantalón vaquero,
y una canción.
Dónde irá,
dónde irá.
Se despidió,
y decidió batirse en duelo con el mar,
y recorrer el mundo en su velero,
y navegar, nai na na, navegar.
Y se marchó,
y a su barco le llamó Libertad,
y en el cielo descubrió gaviotas,
y pintó, estelas en el mar.


Efectivamente Javier, Perales en estado puro.
Un abrazo peralero a ambos.

José Miguel Ridao dijo...

Joder, pues sí que le sacáis petróleo a la entrada. Se pone uno transcendente y lo comparan con Perales. En fin...

Julio dijo...

Me gusta tu entrada, pero de escritura automática, nada, machote.Funciona demasiado el cerebro...

Liliana G. dijo...

¡Claro que no se puede volver atrás! Eso también es estupendo, "lo pasado, pisado..."
Vivimos para equivocarnos aunque cada equivocación sea única e irrepetible, y es bueno que así sea, de ello aprendemos y trascendemos. Una vida sin equivocaciones sería como una planta sin flores, tontamente aburrida.

No es importante el hecho de equivocarse, lo importante es aceptar la equivocación y tratar de no tropezar siempre con la misma piedra puesto que eso ya es necedad (y no me refiero a la parra de Arjona, que más que ciego no lo dejará).

Tu tema da para que nos sentemos a charlar todos con una palangana de café para pasar el rato.

Un beso Ridao.

(¿Y quién te obliga a publicar todos los santos días? Digo nomás...

Olga Bernad dijo...

Qué bien traído el Perales, con su reflexión sobre la vuelta atrás, la libertad y todo.
Pinchen aquí.

(y en la próxima entrada te traeré a la trémula Jeanette y a quien haga falta:-)
Abrazos.

Olga Bernad dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Olga Bernad dijo...

Lo siento, lo he mandado por partida doble y eso era demasiado. He quitado uno;-) Buen finde.

Anónimo dijo...

Depende de la pisada, esos caminos pueden volverse a andar (en otro sentido), pero normalmente, son con pies de plomo, a nuestro pesar, y no hay vuelta atrás, y se ven. Se siguen viendo, kilometros allá, sin desaparecer, jamás.
Este comentario me ha salido muy fónico, no sé si caco o calós, pero estridente.
Saludos parsimoniosos.

Pasión dijo...

Buenas noches José Miguel:

Lo pasado, pasado está, pero a mí si me interesa.

Quiero saber. ¿Dónde están esos Profesores de Historia, Geografía, Ciencias y Sociología?.

A que van estar en sus casas desempleados.

Abrazos.

José Miguel Ridao dijo...

Hombre, Julio, es que conecté el piloto automático a mi cerebro. Bueno, confieso que fue semiautomática, porque pasé el tamiz cerebral a la primera versión.

Liliana, lo de la palangana de café será típico de Argentina, porque aquí las palanganas las usamos para otras cosas. Hay que ver lo que aprendo contigo. Me obligo yo solito, que soy así de lerdo, digo nomás... Y muy interesante tu reflexión, coincidimos punto por punto.

Qué amable, Olga, mejorando mis estadísticas de comentarios recibidos;-) Gracias por el enlace, aunque yo sigo sin ver la conexión de mi entrada con Perales, pero la tendrá, ya sois tres los que lo decís. Es curioso esto de que los escritos adquieren vida propia cuando los sueltan, hoy se lo he comentado a Baltanás en su entrada, diciéndole que se lo he oído a alguien, y creo que fue a ti a quien se lo leí hace poco, ¿no?
Espero con impaciencia a Jeanette, pero me tendrás que decir sobre qué debo escribir:-)

Qué alegría, Parsimonia, verte por aquí de nuevo. No veo nada estridente tu mensaje, me temo que hoy no veo nada de lo que me decís. En fin, a mí me ha gustado mucho.

Hola, Pasión, a mí también me interesa el pasado. De hecho, aunque no podamos deshacer el camino, mirar atrás nos sirve para aprender.

Un abrazo finitesimal.

Liliana G. dijo...

¡¡Es una metáfora José Miguel, una metáfora!! Quiere decir que tomaríamos mucho café... JAJAJAJA

Y después somos los argentinos los que tenemos la idea fija. JAJAJA

Cariños.

José Miguel Ridao dijo...

No, Liliana, si al final la poesía no es lo mío... Tendré que escribir un soneto usando metáforas palanganeras.
Por cierto, aquí un palangana es un seguidor del Sevilla FC. Yo mismo soy un palangana. Lo que aprendemos hablando, ¿eh?

Mery dijo...

¿Sólo unan vez nos es permitido equivocarnos? Pues estamos apañados. Espero que estés muymuymuymuy equivocado...
Las divagaciones sientan estupendamente; salpicadas aquí y allá en nuestras vidas nos hacen pensar lindezas que ni siquiera sabíamos que pensábamos.

Un beso (voy leyéndote con retraso, con tanta entrada diaria...)

José Miguel Ridao dijo...

No es que sólo nos podamos equivocar una vez, Mery, es que cada vez lo hacemos de forma distinta.
Te prometo que si alguna vez no me comentas no me enfadaré, lo comprendería "perfestamente";-)