Hace poco hice una entrada sobre un invento maravilloso: la grabadora de pensamientos. Muchos comentarios incidieron en lo peligroso del invento, así que hoy describo uno mucho más práctico y que no tiene riesgos. Se trata de un pen drive, el dichoso lapicito, pero que en lugar de conectarse al ordenador lo haga a nuestra mente, con la particularidad de que lo ponemos en marcha cuando queremos y después lo apagamos, y así las cosas más íntimas no se graban, salvo que queramos hacerlo. De este modo se solucionaría uno de mis mayores problemas, que es poner por escrito lo que se me va ocurriendo, ya sean chorradas o versos (algunos muy chorras). Muchas veces me surgen ideas cuando estoy en la cama, o conduciendo, o dando clases (a pesar de ser hombre soy multitarea), y como no las puedo apuntar se me olvidan después. Otras veces estoy escribiendo y mi mente va mucho más rápido que el teclado o el bolígrafo, y a veces me sorprendo tratando de recordar lo que se me había ocurrido.
Para mí sería ideal, me facilitaría notablemente el trabajo y escribiría mucho más. Es una versión evolucionada de la grabadora de pensamientos, y pienso que mucho más fácil de fabricar; al fin y al cabo al pensar en palabras emitimos señales, según creo. Pues se decodifican, se pasan al cacharro y listo. Por cierto que no sé cómo se conectaría el pen, porque que yo sepa nosotros no tenemos puertos USB. Por la nariz, quizá, o... mejor, si es posible, por wi-fi o bluetooth.
Casa Schröder
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La casa Schröder es patrimonio de la humanidad y aquí, en nuestras
ciudades, la contemplamos con admiración mientras nos quejamos de las
malditas pared...
Hace 17 horas
22 comentarios:
Mejor que ese pen grabador de textos ocurridos, un poné, a las tres de la madrugada (hora en la que lo habitual no es estar escribiendo), un pen grabador del estado de ánimo que sugirió ese texto, no de sus palabras.
Si fuera como dices, escribir sería automático y aburrido. Vamos, digo yo...nos obligas a pensar en cada cosa, hijo mío.
Abrazos.
El pen drive to mind, querido José Miguel, se conectaría en aquellos sitios o lugares del cuerpo donde solo hay agujeritos.
Pero antes deberíamos pasar por el oficio de agujetero to mind, el que guarda el pensamiento en canuto de yerba.
No sé, yo creo que sería complicao. La transmisión por wifi o bluetooth estaría bien, sólo faltaría que tuviéramos que operarnos para implantarnos un puerto USB. Pero, ¿quién dice que además de grabar lo que queremos no se grabarían también nuestros más escondidos pensamientos del subconsciente? No sé, no lo veo.
Un abrazo.
Eso ya existe. Yo tengo implantado uno.
Sr. Ridao, mientras ¿por qué no prueba con una grabadora chiquitina?
No nos queremos perder ni una de sus ideas.
Un beso
Me s'ha ocurrío una cosas que me jor no digo.
Salu2
Yo intento llevar una libretita enana con un bolígrafo minúsculo siempre en el bolsillo,... pero es inutil, acabo olvidándolo, yo también quiero un pen de esos, si salen a la venta pedirme uno. Saludos
Ridao, inventa lo que quiera pero deja los bujeritos quietos; que después viene el diablo y la lia.
Un abrazo, buena idea.
Juanma: el estado de ánimo no hay quien lo pase a papel. Yo no lo veo nada aburrido, sería la caña...
Yo conozco a varios agujeteros to mind, Ramón.
No, hombre, Paco. Sólo salen las palabras que dictemos mentalmente. Ahora tenemos que buscar a un ingeniero bioquímico.
Me dejas acojonao, José María.
1. ¿Dónde se compra?
2. ¿Dónde te lo has implantado?
Responda a la segunda pregunta.
Un abrazo implantero.
Gracias, Ángeles. Lo malo es que tengo que hablar, y es un rollo. Lo mejor es dictar con la mente.
Dilas, Dyhego. Sabes que yo no censuro.
Eso está hecho, César. Las libretitas enanas no sirven pa na.
Yo no he hablado de bujeritos, Rafael. Sois vosotros, con vuestras mentes calenturientas...
Un abrazo bujérico.
Ya sé que no censuras, pero me ha salido un comentario tan estúpido, que na más mandarlo me he arrepentido.
Sorry very much!
¡Juer que gotera¡
Un ´poné...a uno que se le va la olla, la pinza, la chola, la cabeza...
Besos
Tiene un problema para por la noche. Si lo tienes que andar encendiendo y apagando, malo porque te despiertas. Si lo dejas apagado, malo porque pierdes lo que querías guardar. Si lo dejas encendido, malo porque se pueden guardar todos los sueños... Y algunos son conflictivos.
Un abrazo.
Bueno, Dyhego, pues me quedaré con la intriga.
Oiga usté, mangeles, que esto es una cosa mu seria. A que no te vendo er parato...
Pues no había caído, Alegre. Como está en fase de diseño, haremos que sólo funcione cuando dictamos palabras mentalmente, e incluiremos también una lista de palabras que se sustituirán por un asterisco.
Abrazos meditabundos.
Bueno, no es tan novedoso. Todos los tíos venimos de serie con un pen-is to mind, que es mejor; en vez de almacenar los pensamientos y los estados de ánimo, los lleva directamente a la práctica.
Un abrazo.
Ya, Fernando, el mío es un hard-drive, pero no lo puedo colgar del blog; no hay espacio suficiente en blogger.
Mientras sea para mind,buena cosa es...
Pues yo he visto a gente que los lleva, a pares, en la parte frontal de la cabeza... con forma retorcida y astifina en sus puntas.
Cuarenta y tantos gigas... les calculo.
Sí, Julio, nada es suficiente para la mind.
Es verdad, Álex, y son pens retorcidos. Habrá que preguntarles...
Abrazos corniveletos.
Me lo implantaron de serie cuando nací, era un experimento de unos físicos rumanos exiliados en España, amigos de Vintila Horia, lo llevo en el bazo. Funciona regular, pero funciona.
Entonces no me interesa, no me fío de los rumanos.
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