martes, 10 de febrero de 2009

Kindertoten


Wenn dein Mütterlein...

Cuando tu madre
entra por la puerta
y me doy la vuelta
para verla,
mi mirada no se posa
primero en su rostro,
sino en el lugar
junto al umbral;
ahí, donde estaría
tu adorado rostro,
donde tú entrarías
con gran alegría,
como solías, mi pequeña hijita.

Cuando tu madre
entra por la puerta
con el brillo de una vela,
siempre me parece
como si tú también vinieras,
escondida detrás de ella,
¡igual que como solías, al entrar en la habitación!
Oh tú, la prisión de un padre,
¡Ay! ¡Qué pronto
apagas el brillo de la dicha!

Friedrich Rückert

Éste es uno de los 425 poemas que escribió Rückert tras perder a dos de sus hijas en menos de un mes. Mahler puso música a cinco de ellos y suscitó las iras de Alma, su mujer: "Puedo entender que uno se ponga a componer con textos así de horribles si uno no tiene hijos, o si acaba de perderlos... Pero, ¿cómo se puede cantar a la muerte de los niños media hora después de abrazar a los propios hijos, felices y saludables? ¡Por el amor de Dios, estás jugando con fuego!"

Yo no entiendo a Mahler, pero aún menos a Rückert. En cualquier caso el legado de ambos está ahí. La conjunción de estos versos con la partitura de Mahler es estremecedora. Si además quien pone la voz es Kathleen Ferrier resulta casi imposible contener las lágrimas. ¿Hay algo más triste que un niño muerto?



Nota: he copiado estos versos justo después de leer
esta conmovedora entrada en el blog de Miroslav Panciutti.

7 comentarios:

Mery dijo...

Si, es una conmovedora entrada la de Miroslav, y la tuya le dá la mano.
Un padre/madre que pierde a un hijo jamás verá la vida con la sonrisa franca de antes, sin duda.
Luego oiré a la magnífica K. Ferrier.
Gracias por esta entrada, variopinto amigo.

Rosna dijo...

La música es un lenguaje universal , que maravillosa selección hoy recrea mi alma Ridao san . La música a veces " Duele " , que dulce dolor .... Cuando pueda por favor escuche : SYMPHONY 3.Mov.6(2/3).Gustav Mahler

Buen día desde mi noche .
Rosna

Anónimo dijo...

El poema tiene un ritmo atropellado, como el moverse de un niño y, al no aparecer físicamente la hija, contrasta con la presencia del recuerdo que tuvo que suponer.
Es triste de verdad.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias por lo de variopinto, Mery. Me lo tomo como un cumplido. Escucha a Ferrier, merece la pena. Pocas voces de mujer son tan densas (ya no quedan contraltos).

Rosna, el dolor es dulce para nosotros, pero insoportable para quien pase ese trance. Tengo la sinfonía que citas, la pondré de nuevo. Mi favotita es la segunda, "Auferstehung", "Resurrección", sobre todo el primer movimiento, impresionante el coro.

De verdad que es triste, Parsimonia, de una tristeza sin fondo.

Un abrazo.

Rosna dijo...

Se perfectamente de ese dolor , duele el alma y sangra el corazón , lo sé , lo sé ....
Si Resurrección es increiblemente bella , y Symphonie 1 ." Titán " , 9th Symphony , 1er .Mov. (Parte 1 ).
Muchas gracias
Rosna

Rafael G. Organvídez dijo...

Querido José Miguel:
Gracias por invitarme a tu bitácora aprovechando la feliz coincidencia en Mahler. Me alegra además que recuerdes a la gran contralto inglesa. Es verdad que su profundidad es incomparable, aunque yo me atrevería a citar a Sara Mingardo, cuyo oscuro timbre se ha prodigado más en los repertorios barrocos, como una de las mejores de los últimos años.
¡Cómo nos emocionan y estremecen los "Kindertotenlieder"!
Como sabrás, Mahler compuso tres de estos "lieder" pocos años antes de que él mismo sufriera la misma pérdida de Rückert. Según nos dice un estudioso del músico, el propio Mahler confesó que para componer la música se puso mentalmente en la situación de un hombre al que se le ha muerto un hijo y que le hubiera sido imposible componerlos tras la muerte de su hija mayor.
Fatal premonición o casualidad, no sabemos.
Un saludo

José Miguel Ridao dijo...

Bienvenido, Rafael. No he oído a Sara Mingardo, pero buscaré algo suyo. La voz de las contraltos (de las auténticas) me conmueve. Ya sabía de la pérdida de Mahler años después. Se puede decir que jugó con fuego; he leído en algún sitio que Alma nunca se lo perdonó.

Un saludo.