Como complemento a mi entrada del sábado pasado sobre la famosa aria de la Reina de la Noche, de la Flauta Mágica de Mozart, interpretada por la maravillosa Lucia Popp, traigo aquí una versión sobrecogedora en la voz de la inigualable, nunca mejor dicho, Florence Foster-Jenkins. Si nunca han escuchado a esta soprano norteamericana de principios del siglo XX les aconsejo que lo hagan. Siempre impresiona, y les aseguro que no deja indiferente a nadie.
Con ustedes, FLOOORENCE FOSTEER JENKIIIINS
La retención del personal hospitalario: por qué es importante y cómo
lograrla
-
Por Giuseppe Moscelli El sector de la salud es intensivo en mano de obra.
Durante las últimas dos décadas, el sector se ha enfrentado en numerosos
países a...
Hace 12 horas
18 comentarios:
Comenzar el día de esta manera es un estrago de lesa humanidad, Ridao.
¡Qué horror! Es la típica cantante que debió ser corrida del escenario a tomatazos :)
Se dice que el que tiene dinero hace lo que quiere, esta actuación (¿actuación?) lo demuestra, pues si hubiera sido una ciudadana común, jamás le habrían permitido este oprobio.
Besos, José Miguel (o tomatazos)
Genial, Jose Miguel. Me encanta la gente que persigue sus sueños.
Con un par...
Besos.
No eres tú mamón ni ná.
Un abrazo tímpanodestrozado.
Monsieur RIDAO:
Ya buscaré el momento adecuado para escuchar a esta señora.
Salu2 en clave de sol oculto por las nubes.
Lo de esta señora es simpático; a otros pájaros como a Hitler no se atrevían a decirle que mandaba divisiones al combate que ya no existían, o al Padrecito de los pueblos, a Stalin, le tenían tanto miedo, que ni se atrevieron a decirle que se había muerto... Esto me da que pensar, a ver si grabo una maqueta y te la mando. Un abrazo.
Tampoco está tan mal... y todo por no alcanzar los sobreagudos de coloratura de la que pusiste el sábado.
Ya veo que la Tamara aquella de hace unos años no inventó nada nuevo.
Lo mejor de todo, el pianista. Parece querer asesinarla cada vez que golpea una tecla.
Hija de la gran p..., que mal canta.
Y así crees tú que yo puedo cogerle afición, te digo lo mismo que Fernando.
Un abrazo
Hoy tomatazos, Liliana. La ocasión lo merece.
Con un par... de alas, Maite. Lo alto que voló, con esa voz...
Ya ves, Fernando, hay que acostumbrar al oído a todo.
No dejes de hacerlo, Dyhego. Es IM-PREZIONANTE.
Tocayo: a ésta, más que miedo le tenían adoración. Los buenos ratos que les hacía pasar...
El pianista tenía el sueldo más que ganado, Álex.
Es verdad, Rafael. Con esto se coge más bien aflicción.
Abrazos engallados.
Monsieur RIDAO:
No lo puedo escuchar porque sale un cuadrado en blanco con una cruz roja.
Salu2 desde el patio de butacas.
Pero esa cruz sale al final Dyhego, en lo alto de una ambulancia. Es necesario en la mayoría de los casos.
Saludos aturdidos.
Me refería a que lo inténté varias veces pero no se cargaba bien tu blog y salía en blanco el lugar donde debería estar el yutube que habías enlazado.
No sé si m'esprico bien, acho.
Ah, qué susto, creía que sálía el símbolo de la cruz roja.
Monsieur RIDAO:
Después de no sé cuántas pruebas, instalaciones y desintalaciones de no sé qué piiiiiii de adobes, flases, pláyers y piiiiii, he conseguido poder ver de neuvo los yutubes (seguro que mis críos han trateado esto).
¡Joder! Mejor no haberlo hecho.
¿Para escuchar eso? Por Dios, mira que yo tengo mal oido, pero es horroroso.
O el marido se quería vengar de ella dejándola cantar, o tenía mucho dinero y se compró el teatro y al público o a lo peor es de un reality de la época.
¡Qué espanto! ¿A que no le pones el yutube a tu hijito? Te mete el chupete en salva sea la parte, jejejeejej.
PD. Ya no me voy a fiar más de tus yutubes y no los pienso abrir, hala.
Bueno, tú te lo pierdes. Pensaba poner algunos más heavy que éste.
Pues a John Cage le gustaría, no es tan mala :-)
José María, no te quepa duda de que la habría contratado para estrenar alguna de sus obras. Perdió la oportunidad.
Vaya, guasa, caballero.
Como un corderito me he puesto los auriiculares para oir la joya, jajajja.
Un beso
Pero si es algo inigualable, Mery. No te quejarás...
Un beso.
Publicar un comentario