sábado, 5 de diciembre de 2009

Pasión por el canto


Mario del Monaco fue uno de los mejores tenores del siglo XX. En entrega y poderío vocal seguramente fue el más grande. Era un tenor dramático puro, con una voz timbrada y potente, un instrumento vocal tan poderoso que hacía retumbar los escenarios de los cientos de teatros que visitó a lo largo de su dilatada carrera. En una ocasión oí referir una anécdota a un seguidor incondicional, que lo vio en directo en númerosas representaciones, y decía que Mario cantaba sólo de dos maneras: o forte, o fortissimo.

Impresiona ver sus grabaciones en video, pues a su tremenda voz acompañaba una interpretación verdaderamente magistral, de un actor consumado, quizá algo exagerada, pero necesaria para los papeles de muchas óperas, especialmente para el repertorio verista de principos del siglo XX. Dentro de este repertorio su ópera favorita era Pagliacci, de Leoncavallo, y Del Monaco se convirtió en un intérprete imprescindible en el papel de Canio, el payaso traicionado por su amada y arrebatado por los celos.

Precisamente de Pagliacci traigo el siguiente video, con la famosa aria "Vesti la giubba". La particularidad de esta grabación es que está realizada en la casa del artista, hacia el final de su carrera. Del Monaco pone el tocadiscos con una de sus grabaciones inmortales, y canta al unísono, su propia voz madura superpuesta a la del joven tenor en su plenitud. Impresiona ver cómo vive el papel, cómo rememora sus actuaciones en su propia casa, sin público. Sólo él, la cámara y el tocadiscos. En algunos pasajes (1'14'') tiene que bajar una octava porque no llega a los agudos, pero hacia el final de la escena se levanta del asiento y su voz estalla (2'00'') como una bomba, magnífica, impresionante, aterradoramente poderosa.



Del Monaco fue un artista irrepetible, y vivió en una época donde las pasiones desbordadas no estaban mal consideradas, sino más bien al revés. Se valoraba mucho el sentimiento, la emoción. Se pedía a los cantantes que se dejaran la piel en el escenario, y ellos respondían cantando como ya no se canta hora. Respondían echando los restos, respondían cantando como si les fuera la vida en ello, respondían echándole cojones al canto.

10 comentarios:

Juanma dijo...

Formidable, José Miguel. Me ha impresionado esta entrada. Me encantan tus textos sobre ópera. Lástima que te leo desde el trabajo; lástima por dos razones:
1ª Estoy trabajando.
2ª No puedo ver el vídeo.

Mañana, cuando esté despiertito a eso de las siete y media u ocho, ya sé cómo comenzaré el día.

Un fuerte abrazo, querdio mío.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

¡Qué hermoso documento, tocayo! Muchas gracias. Debo decir que fue una entrada tuya sobre los 'castrati' la que me "enganchó" posteriormente a tu blog cuando exploraba la lista de blogs de J.M. Benítez, mi amigo y "mentor" en esto de la cosa bloguera. No parece fácil encontrar y sentidas referencias a la buena música en la "Cosa". Es cierto que el sentimiento no es apreciado por la ironía postmoderna, pero eso no es más que cobardía, y pusilanimidad ante la vida. Un abrazo.

maile dijo...

Hacía mucho que no la escuchaba... y nunca en la voz de del Monaco... pero he vuelto a llorar como la primera vez.
¡Cuántas veces me he visto en la piel del payaso!¡Cuántas hemos de representar para que nadie, ni por asomo, pudiera imaginar cuales son los males que nos atormentan!
Un impresionante video y una no menos impresionante interpretación. Tanto que hoy me he pintado una gran sonrisa para volver al trabajo.
Y no sé si agradecerselo, mi querido señor Ridao... no me gusta llorar en público, y menos por celos.
Hoy le agradeceré el lujo de una voz que no conocía.

Feliz puente-acueducto mi señor Ridao.

Liliana G. dijo...

¡Tremendo! ¡Conmovedor sin escalas, derechito al corazón...!

Más de una vez te dije que no tengo cultura musical y menos en ópera, pero definitivamente no necesito tenerla para disfrutar de algo tan maravilloso como lo es el canto de Mario del Mónaco. Es el arte por el arte mismo, imposible ser insensible a él.

Un beso grande José Miguel.

Juanma dijo...

Impresionante de 2'00" a 2'33".

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, Juanma. Como dices al final, esos 30 segundos son impresionantes, una barbaridad.

Gracias a ti, tocayo. Curiosamente, fue tu amigo Benítez Ariza quien primero comentó en mi blog, en respuesta a un comentario mío, el primero que hice también. A partir de ahí empecé a navegar en compañía. A mí las modernidades y posmodernidades y en general las etiquetas me revientan. Hay que saber reconocer la calidad y el genio allá donde estén.

Todo lo que sea dibujar una sonrisa es bueno, Maile, y disfrutar de esa voz tapa todo lo demás.

Sabía que te encantaría, Liliana. Tú tienes mucha sensibilidad, y la ópera llega como ninguna otra música, más si es una ópera verista como Pagliacci.

Un abrazo a todos, y gracias por comentar.

Olga Bernad dijo...

Oye, yo que no entiendo nada, nada de ópera, tengo que reconocer que me estás educando un poquito;-)
Me encanta oír hablar a los demás (porque te oigo, ventajas de conocer tu voz) sobre algo que sienten y disfrutan. Lo que se transmite va más allá de la información.
Saludos y buen puente, Ridao. Todavía tengo la casa como si fuese una enfermería, fue presentar y empezar a caer todos como moscas, yo creo que Adrián cogió algo en el suelo de la Biblioteca, jeje, y nos lo contagió a todos.
Pero es bonito volver por aquí con ganas y encontrarte con tus cosas.
Abrazos.

Las hojas del roble dijo...

En aquella época había que interpretar así: el concepto de exageración ha cambiado.
Me encanta la entrada.
Un abrazo, Ridao

Alonso CM dijo...

Ridao, ¡qué maravilla nos ofreces!
La verdad es que no soy un apasionado de la ópera, aunqu poco a poco me va gustando más.
Precisamente, el pasado viernes estuve hablando con un compañero que es tenor lírico. Me estuvo explicando cómo es su mundo y cómo se han formado. Me quedé sencillamente impresionado.
Un abrazo

P.D.: Me ha recordado este vídeo al de W. Whitman...

José Miguel Ridao dijo...

Hija, Olga, deja de hacer presentaciones que la salud de la familia es lo primero... Si te sirve de consuelo por lo que dices de Adrián, ayer Jaime pegó un lametón al suelo mientras dábamos un paseo por Alájar porque vio a un perro hacerlo antes que él.

Muchas gracias, 69. Así da gusto.

Gracias a ti también, Miradme. Se nota que los amigos comparten gustos. Sí que es un mundo apasionante el de los cantantes, aunque hay tela de mamoneo, como te puedes imaginar.

Abrazos alajeños con mucha lluvia.