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Cieno
Vivía en lo más hondo del desierto.
Algunos días oscuros salía a pasear,
y alcanzaba mi casa en dos minutos.
Yo le esperaba siempre, sabía que llegaba
como las otras veces, para cambiar mi vida.
Le esperaba como se espera un trueno
después de ver la luz,
y no tenía miedo,
porque el calor del fuego no da miedo
aunque te queme luego las entrañas.
Su olor era el de siempre,
su rostro era el de siempre,
un rostro sin color,
y entraba sin llamar, sin dar los buenos días,
dejando la chaqueta en el umbral.
Yo no me levantaba, ni cerraba los ojos,
ni asustaba a mi voz para gritar;
sabía que era en vano,
y por eso aguardaba a la entrada del patio,
paladeando el aire,
haciendo perdurar cada momento.
Ayer vino de nuevo, oliendo a muerte,
- ¿Cómo te ha ido todos estos años?
Y le abracé despacio, resignado,
[…] Nota prosaica: escribí este poema inconcluso esta mañana en una servilleta en la cafetería de Carrefour.
10 comentarios:
Yo me voy a retirar las servilletas. he decidido ser un hombre más serio.
A retirar de las servilletas- quise poner.
No crea usted, que queda uno la mar de interesante. Hasta se piensan que soy escritor y todo.
Ridao,cariño que pensamientos más bien pensaos,escribes en las servilletas,yo en ellas,solo escribo la lista de la compra,con lo que comen mis hijas,y colgadas a mi economía,imagina,o también los números de tlf,de los que me ligo en el Carrefour,hay que aprovechar al hacer la compra.
Monsieur RIDAO:
El último verso me despista y me lo trastoca todo. No lo entiendo.
Salu2
Las servilletas que tanto juego dan para escribir el verso, o versos, un poema, llegará con el tiempo al escritorio o se arrojará a la papelera? es la cuestión.
Un abrazo, y no tires nunca servilletas al suelo José Miguel no vaya a ser que te vea Leire Pajín y ten ponga una multa por ser poeta.
El caso es aprovechar el tiempo, Paqui. Lo tuyo es más útil.
Es que está sin terminar, Dyhego. Es mi nueva moda gilipollesca.
Yo guardo las servilletas en una carpeta, Ramón. Igual valen una fortuna cuando esté criando malvas.
Abrazos malveros.
Aquí he venido a hablar de mi poema, y no de servilletas, coño, joder, y como no se hable de mi poema cierro el chiringuito y me voy.
Vas a ser un Robert Walser a la española, pero en poeta y muy muy cuerdo.
Que la muerte no te asuste, y acabes el poema con valor y mucho arte. Se te supone y lo tienes.
Eso intentaré, Mery, muchas gracias.
Un beso.
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