sábado, 1 de enero de 2011

Poesía nueva


Yo había comprado una botella cara,
un brindis prometía lo mejor para el futuro,
pero todo lo arruiné con tres palabras
amargas de rencor,
crueles como cruel es la inconsciencia
de dañarte,
de dolerte como nunca te he dolido.
Las lágrimas colmaron la copa abandonada,
subiste inconsolable, humilde y pudorosa en el dolor,
y yo quedé solo, consciente de mi tiro errado
lanzado a bocajarro, sabiendo y no sabiendo
la herida que abriría,
el gesto traicionero que sirvió
para llenar mi corazón de la certeza
de que a pesar de todo
ya nunca dejaría de quererte.

5 comentarios:

Er Tato dijo...

Feliz año nuevo desde el mismísimo año nuevo, que todavía es nuevo, pero que ya no está por estrenar señor Ridao, señor poeta.

Un abrazo

José Miguel Ridao dijo...

Felicidades, Tato. Ahora que el año es nuevo te digo que eres un tío cojonudo, a pesar de tus ideas económicas;-ddd

Mery dijo...

Y pensar que estos versos tendrán una historia de armas tomar detrás...

Un beso

José Miguel Ridao dijo...

Todos los versos encierran historias propias, ajenas o inventadas por el poeta, pero siempre vividas por él.

Vaya, me ha salido muy trascendente.

Un beso, Mery.

Mery dijo...

Lo que te digo...