Vuelve siempre, como el frío y las nevadas,
Quelle est cette langueur
Qui pénètre mon coeur ?
para alejarme del engaño del olvido,
para esculpir las huellas de mis primeros pasos,
[Madre mía,
cuando mis pies sabían dónde iban,
y los ojos dolían de tanta risa,
y las angustias y los miedos salían a jugar a las
[canicas.
Vuelve siempre, para tomar café con mis fantasmas
en el bar siempre abierto de mi casa encendida.
Vuelve, y no me acostumbro a verlo volver,
porque yo no he comprado esos boletos,
porque ahora estaba calentito, y no pensaba en nada.
Vuelve, y ni siquiera sé si hay que temer
a ese pájaro sin luz que me penetra
ahora que ya nadie toma ajenjo,
ahora que no existen los poetas,
ahora que hace tanto tiempo y tantos versos
que en el Palacio de Invierno
ya no vive Verlaine.
Imagen: Claude Monet: Puesta de sol en Lavacourt.
8 comentarios:
Precioso José Miguel, precioso.
Besos.
en efeto, además me encantó imaginar el frío en los caminos
saludos
Un sitio precioso,para pasar un frío invierno,arropadita.
Un beso palaciego.
Muchas gracias a los tres, es verdad que ese frío parisino es atrayente... desde un sitio calentito.
Abrazos.
Me gustan los días fríos,para que así me den más calor,el sitio es idílico,para estar allí con mi condemor.
¡Joooorl!
Hoy entiendo muy bien estas palabras.
Magníficas, como la ilustración.
Un abrazo
Gracias, Mery. Las palabras quedan.
Un beso.
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