viernes, 18 de marzo de 2011

Apuntes (LXXVIII): Novillos mercuriales



Hace ya mucho tiempo que me entero de las noticias por los periódicos digitales. El otro día cogí con ganas en una cafetería un periódico de papel para leerlo a conciencia, y disfruté realmente de su lectura, a pesar de que cuando llegué a las páginas deportivas me di cuenta de que se trataba de un ejemplar del día anterior .

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Lo de las musas y la inspiración es verdad, pero si hay que escribir un poema, se escribe.

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La modestia sólo es falsa cuando la exhibe un necio.

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Leyendo a Trapiello ayer por la noche he asistido a las riñas de gallos entre escritores y críticos que tienen lugar en el ruedo patrio. Se despliega todo un muestrario de puñaladas traperas, ofensas, egoístas insufribles, ajustes de cuentas y cuitas patéticas que ocupan buena parte del tiempo de los escritores, incluido el antes citado. Mucho predicar que el arte está por encima de las miserias humanas para caer en el mismo defecto que se critica. No es un asunto nuevo, desde luego; no hay más que recordar a Quevedo y a Góngora, pero no por ello deja de ser lamentable que se malgaste de ese modo el talento. Está visto que el gusano de la vanidad contamina a las mentes más preclaras. Por mi parte, me agrada leer a los escritores que están por encima del bien y del mal o, al menos, que se toman con humor los inevitables ataques de los envidiosos. Es un espejo donde me gusta mirarme.

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Ayer no acudí a la tertulia de los Mercuriales y hasta siento remordimientos. Sentía por la noche un extraño cosquilleo en el estómago, como si alguien se estuviera acordando de mí para bien o para mal. Ha habido buenos momentos esta semana en el chat que formamos en el correo electrónico, y me hubiera gustado reírme en compañía.

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El tema propuesto para la tertulia de ayer era el humor en la literatura, y la causa de que éste tuviera mala fama y fuera algunas veces denostado. Yo tengo mi teoría al respecto: el sentido del humor es una virtud escasa, y los críticos literarios no suelen estar adornados por ella. Es sabido que los hombres poco inteligentes desprecian los dones que ellos no poseen, luego es frecuente encontrar críticas adversas sobre libros inteligentes escritos con sentido del humor, a los que tachan de frívolos e intrascendentes. Yo mismo he sufrido una crítica de estas características a mi libro Blogueína en una revista de prestigio, donde se hablaba de la "sal gorda" que vierto en mis páginas del blog. Se presta especial atención a las entradas donde me río hasta de mi sombra usando a veces un lenguaje soez, pasando por alto otras entradas reflexivas de contenido profundo. He comprobado que si uno (¡hola, Trapiello!) escribe de forma desenfadada aparecen como fieras los eruditos intransigentes para revelarme como un escritor mediocre con injustificables concesiones a la galería. De lo que no se dan cuenta es de que no es tan sencillo escribir de esa manera sin perder (¡olé mi inmodestia!) la calidad. Ande yo caliente...

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no hay nada más insorportable que pasar un rato con un escritor (o escritora) sin sentido del humor...

José Miguel Ridao dijo...

Incluso desagradable, Sara.

Ángeles dijo...

Ni caso Sr. Ridao, en mi pobre opinión y por mucho que me gusten sus poesías, se le da muy bien el humor.
Un beso

Elías dijo...

Y si el humor es tirando a negro, con su poquito de mala leche 8también hacia unos mismo), mejor que mejor.
Y pasando de cantamañanas y panolis.

Abrazo.

Alonso CM dijo...

Los novillos a la piedra que nos zampamos ayer estaban acojonantes. Tal vez sea el motivo de tu cosquilleo en el estómago...

En lo demás coincido plenamente contigo.

Se te echó de menos.

Un abrazo

Unknown dijo...

Bien sabes mi opinión, José Mguel,

si uno no se ríe de su sombra mala leche ha bebido siendo niño.

Un abrazo.

Dyhego dijo...

Monsieur RIDAO:
¡Si usted lleva la risa en su apellido: rideo, rides, ridere, risi, risvm!
Salu2.

Liliana G. dijo...

...ríase la gente. Y para eso te acompaño a carcajadas, sí señor. Además, lamento no tenerte en el chat, no entro mucho por falta de tiempo, pero mi "selecto grupo" goza del mejor de los humores, y conectarse es una fiesta.

Un gran amigo mío siempre dice que reírse de sí mismo es un signo de sabiduría. Olé por la tuya, Ridao.

Besos, muchos.

Fernando Moral dijo...

Si es que somos lo mejores. Al poner solomillo de novillo a la piedra en Google mira la quinta foto que sale, je,je,je.

José Miguel Ridao dijo...

Muchas gracias, Ángeles. Siempre recuerdo tus comentarios a mis poemas.

Di que sí, Elías. Mala leche con cachondeíto, que no somos santos.

A ver si coincidimos la próxima, Miradme, que no nos ponemos de acuerdo. Yo sí que os eché de menos.

Claro que la sé, Ramón. ¡Al abordaje!

Pues no había caído, Dyhego. Lo que tú no me descubras...

Lo del chat es una confusión, Liliana. Yo nunca lo he usado, si no te añadiría con gusto. Esto son unos correos electrónicos que nos mandamos los de la tertulia y que al final parecen un chat. Mi blog en sus mejores días también ha parecido un chat. ¡Olé por ti!

Fernando: y si le añades "uno" sale la segunda. Le tenemos comida la moral a Trapiello.

Abrazos nocturnos.

Paco Mediocre dijo...

Y eso de los mercuriales, ¿es que sois algo "hermésticos", pero a lo romano? Que se "escuende" aquí. Que se cuece. Bueno, lo que se cuece ya lo sé: un solomillo de novillo a la piedra...
Supongo que habrá lista de espera para asistir de espectador a algunas de esas tertulias (si es que se puede), pero hacerme el favor de añadirme a la lista.

Unknown dijo...

Buenísima la foto de solomillo a la piedra,
gracias Fernando,

jejejeje,

Mery dijo...

En "La Manía" uno de los diarios de Trapiello, también se desquita con sus adversarios literarios, como Juan Cruz. Y como a ti, me entristeció tanta miseria corrosiva.

No sabía que te criticaran así tu Blogueína. Pero ya sabes lo que decía Machado: aquí se desprecia cuanto se ignora. ¡A la M ! Con perdón.

José Miguel Ridao dijo...

Quedas invitado, Paco, pero has de cambiarte el apodo a "Paco el brillante", no por nada, sino por darte el premio "por detrás y por delante". Somos todos unos cachondos, pero no mordemos.

Pero buena, Ramón.

A mí todo eso me entristece también, Mery, y dice bien poco de quien lo cuenta en sus diarios.

Abrazos.