viernes, 4 de marzo de 2011

La amarga gloria

Ayer vimos la película El cisne negro, ambientada en el mundo del ballet clásico. Dejando al margen lo estrambótico del argumento y la actuación de Natalie Portman, la actriz protagonista, que se pasó toda la película con cara de estreñida, me ha interesado la recreación de ese ambiente tan competitivo, donde las bailarinas consagran su vida entera a la quimera de ser las mejores. Es lo mismo que pasa con el canto, o con los deportes profesionales: personas que se quedan sin niñez, sin adolescencia, sin juventud, a cambio de un sueño improbable, que incluso si se alcanza tiene fecha de caducidad, pues ningún divo dura eternamente, y es difícil asimilar la pérdida de facultades con la edad y la llegada de otros que te destronarán inevitablemente.

La gloria está envenenada, e inocula su veneno a los que la persiguen, ya sean héroes antiguos como Aquiles o Ulises, o nuestros héroes modernos que se matan por correr más rápido, saltar más alto o driblar a cuantos rivales les salgan al paso para meter un gol a sus absurdas ansias. Y lo peor es que esa cultura es la imperante en nuestra sociedad, y se transmite desde la niñez. Los modelos a seguir son empresarios de éxito que dedican todo su tiempo al trabajo y, lógicamente, no tienen familia o la han destruido, o vividores que hacen de la exhibición de sus miserias su forma de vida, o ídolos de la música, del cine o del deporte, que si bien transmiten valores positivos como la lucha y el afán de superación, nos esconden el precio que han pagado para llegar a la cumbre, el mismo que han pagado los millones de aspirantes que se quedaron en el camino sin obtener ningún premio.

10 comentarios:

Luis Valdesueiro dijo...

La entrada te ha quedado niquelada,José Miguel.Es difícl decir más con tan pocas palabras. Leyéndola me ha recordado una anécdota de Faulkner que leí hace poco, no recuerdo dónde,y qué quizás no venga muy a cuento,o quizás sí.Al parecer, le invitaron a comer en la Casa Blanca, supongo que despues de recibir el PremioNobel, y rechazó la invitación diciendo que recorrer 500 millas para almorzar son muchas millas.
Saludos.

Liliana G. dijo...

Nada más cierto, José Miguel, la fama es una amante despechada cuando no se la agasaja como ella quiere. Sin ir más lejos, acabo de ver el noticiero y me desayuné con que un boxeador, Argentino (varias veces campeón, mediático a más no poder), está acusado de intento de violación y agresiones varias.
Parecería ser que una vez alcanzada la tan ansiada gloria, quien la alcanzó deja en el camino el esfuerzo que le supuso lograrla, y además, muchos de ellos se creen en la cima del intocable Olimpo.

No vi "El cisne negro", pero sí "El discurso del rey", película que me pareció MAGNÍFICA.

Besotes carnavaleros.

Paco dijo...

No se porqué, después de leer tu entrada se me viene a la mente "cola de León o cabeza de Ratón". Lo mismo tú lo sabes, yo desde luego que no...

Joaquín dijo...

Se olvida pronto que por cada triunfador, hay 100.000 perdedores, y todos son personas. Algo de esto habla Viktor Frankl, con su crítica a la exaltación del triunfo y la felicidad a toda costa, en el estilo de vida americano.

José Miguel Ridao dijo...

Gracias, Luis. Yo creo que sí viene a cuento la anécdota de Faulkner. Son muy pocos los que se libran de ese ansia, que no es más que una hipertrofia de la vanidad. En literatura pienso en el caso de Salinger, y después hay otros que fingen que no les importa, pero que son los más tocados. ¿Cela?

Tomo nota de la recomendación, Liliana. Será la próxima película que vea. En el boxeo están todos sonaos. Yo creo que a menor cultura más probabilidades de que te "envenenes".

Yo lo tengo claro, Paco: Estómago de glotón.

No conozco el trabajo de Frankl, Joaquín. Desde luego, la sociedad norteamericana es la más criticable en ese aspecto.

Abrazos.

veridiana dijo...

De todas las artes,"la peor":el baile,y lo sé muy bien.

La peli me gustó,pero la protagonista...

Un beso

José Miguel Ridao dijo...

¡Y encima le dieron el Oscar!

Un beso soleado.

Rocío. dijo...

Ridao,yo también he visto la peli,y la protagonista,no es que tenga cara de estreñía to el tiempo,es que tiene una cara de loca,que no veas que te mareas,por cierto yo no me enteré de ná,y mira que le ponía interés,pos ná,la tia mataba a unos cuántos,y luego aparecían vivos,yo creo,que la mezclaron con la noche de los muertos,vivientes.
Lo que si es verdad,que ninguna profesión ni hobby,merece tanto esfuerzo,como pa dejarse en ella la salud,yo de chica estaba apuntada a balet,y me encantaba,pero cuándo le dijeron a mi madre,que era la sargento finlandesa,de´Málaga,que yo tenía que adelgazar,me borró al momento,fijaté yo que era delgadísima,más delgá todavía,lloré unos días,pero hoy estoy mú agradecía,y eso que ya me veía bailando en el balet ruso,y tó.
Un beso bailarino.

Mery dijo...

Acabo de leer el comentario de Joaquín y corroboro sus palabras: Frankl tiene una obra estupenda "El hombre en busca de sentido".

José Miguel Ridao dijo...

Dejémoslo en loca estreñida, Rocío. Hiciste bien, ya puestos te dedicabas al tenis o algo así. Bien por tu madre...

Tomo nota, Mery, como siempre. Gracias.