domingo, 13 de marzo de 2011

Apuntes (LXXIII): 日本庭園 - Jardín japonés



La lluvia redobla con furia sobre la montera del patio, como sólo sucede en los chaparrones primaverales, pero no engaña a nadie con una exhibición tan grotesca, tan de mentira, tan distinta a las lluvias pausadas y eternas del invierno.

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Nos estremece el terremoto en Japón porque vemos a los japoneses como nuestros pares, con los mismos afanes y emponzoñados con el mismo veneno capitalista. Otros terremotos menos intensos pero con mil veces más muertos no nos asustan tanto, y nos limitamos a contemplar con una pena como de telediario los barrios arrasados de míseras chabolas donde se convive a diario con la muerte. A veces es tanta nuestra compasión que anotamos el número de cuenta corriente que aparece en pantalla con el firme propósito de hacer una donación.

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La muerte sigue siendo la misma, ya venga de la mano de un terremoto, de una caída por las escaleras o con un soplo dulce que sorprende a un anciano de noventa años que dormita al pie de su jardín japonés.

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Ante el espectáculo de la tierra abriéndose en canal y los rascacielos temblando como banderolas los poetas no pueden sino callar y sentir. Ya habrá tiempo de componer haikus cuando la naturaleza recupere su amabilidad teñida de sakura y embriagada de aromas del campo.

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En el tiempo que he tardado en escribir estos apuntes la lluvia ha amainado hasta casi cesar. Algunas gotas perdidas aún golpean el techo tímidamente, como pidiendo permiso para entrar, abandonadas a su suerte. Lluvia, viento, rayo... o la madre Tierra que se despereza aburrida, insensible a los gritos de indignación de los hombres ensoberbecidos, protegidos por unos artefactos de papel que se deshacen con un simple aleteo de pestañas.

6 comentarios:

mangeles dijo...

¡¡Es injusta tanta soberbia y demostración de poder de la naturaleza¡...

¡¡Nosostros somos los dioses....aunque pequeños y débiles¡¡¡ y esa pueñetera naturaleza se empeña en ser la JEFA...¡¡¡


Joia porculera....


Besos

Pd. Solidaridad con Japón y sus gentes.

Rosna dijo...

Ridao san
El veneno se transforma en medicina , lamentablemente no nos damos cuenta , que La naturaleza es indomable , una se estremece y nos ayuda , ora nos nuestra su fuerza devastadora , implacable . Sin embargo es compasiva nos invita a ser parte de esa obra invencible .
Gracias por este apunte , lo guardaré en el corazón .
Arigatai desu , yorusku onegai shimasu
Los haikús estan quebrados , pronto llegará la primavera con las flores de Sakura y la miel del cariño curando tanto dolor , como fue en Hiroshima y Kobe .....
Yuriko
Rosna

José Miguel Ridao dijo...

Hola, mangeles. La Tierra no entiende de justicia. Me uno a tu solidaridad.

¡¡Qué alegría, Rosna!! Espero que estés bien, tú y tu familia, en estos momentos tan duros para tu tierra. Me emocionas cuando dices que los haikus están quebrados. Todo renace en primavera. Si los cerezos florecieron después de Hiroshima, nada hay que temer.

¡Mucha suerte!

Mery dijo...

Con tanta desolación alrededor mejor escribir entradas como ésta, que fluye serena y apacigua el ánimo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Lo de Japón ha sido terrible.

José Miguel Ridao dijo...

Otro abrazo para ti, Mery.

Desde luego que sí, Anónimo.